❄Capítulo 62❄

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—Los monstruos viven en grupos. Hay algunos tipos con garras afiladas, pero su inteligencia no está lo suficientemente desarrollada como para utilizar activamente esas armas —dijo tranquilamente Rayglen, causando una desconocida sensación de intimidación—. He pasado toda mi vida en el Norte y nunca escuché ni vi nada parecido.

El caballero, que estaba sentado lleno de vendas, replicó en tono severo.

—¡P-Pero sin duda era un monstruo!

—¿Estás diciendo que un caballero pudo escapar del ataque de un monstruo cuando nunca antes ha tenido experiencia en ese tipo de lucha?

—¿Acaso importa eso?

—Suena como si afirmaras que el Norte es fácil de proteger.

El caballero se mordió el labio inferior ante la fría respuesta.

Shuell tiró del dobladillo de la ropa de Rayglen.

No esperaba que el caballero superviviente afirmara realmente haber visto un monstruo, pero de todos modos, sin pruebas, ¿no sería difícil inculpar al Norte?

Elina montó su caballo primero, como si no necesitara escuchar más.

—Descubriremos la verdad cuando vayamos al lugar. Si se ha producido semejante nivel de daño, ¿no habrá al menos los rastros de un monstruo?

«Vete, vete.»

Shuell quería que Elina se fuera de inmediato.

Elina, que terminó de alistarse, comprobó la hoja de su espada y habló.

—No todo es tan incoherente como piensa el Gran Duque —dijo Elina mientras enfundaba su espada—. ¿Sabe? Durante el año en que Su Alteza estuvo ausente de las subyugaciones del Norte, pudieron haber surgido monstruos mutados —añadió Elina, tomando las riendas del caballo—. Si tales monstruos existen o no, no es la cuestión más importante ahora. Mis caballeros han regresado heridos. Es necesario analizar el lugar del incidente. ¡Vamos!

Al sonido de su exclamación enérgica, un grupo de caballeros abandonó el Palacio Imperial y dejó atrás una atmósfera turbulenta.

En medio de la conmoción, Sevi permaneció sentado en silencio y con las piernas cruzadas, frotándose el interior de la mejilla con la lengua y observando la situación con expresión malhumorada.

—Las heridas causadas por los monstruos no pueden curarse con poder divino —dijo Sevi.

A pesar de su tono tranquilo, el significado de sus palabras fue impactante.

Inmediatamente los ojos de Sílkaro se abrieron de par en par, pero nadie lo notó.

Bueno, era raro que un Sumo Sacerdote del Templo visitara la parte Norte, e incluso si lo hicieran, era raro que alguien recibiera tratamiento directamente de él.

Al sentir la repentina atención, Sevi tranquilamente ladeó la cabeza y continuó hablando.

—Básicamente, los monstruos tienen atributos que son completamente opuestos al poder divino.

Al mismo tiempo, la atención se centró en el caballero que decía haber sido atacado por un monstruo. Estaba sentado lleno de vendas, con el rostro pálido y temblando.

—¡Explica cómo es posible esto!

Sílkaro lo regaño con una mirada enojada.

—Bueno, es... Yo...

Los ojos ansiosos del caballero escanearon el campo de entrenamiento, luego se levantó de repente, desenvainó la espada de la cintura de Sílkaro que estaba delante y se abalanzó hacia Shuell.

La villana cautiva al Gran DuqueWhere stories live. Discover now