11. Te lo juro por Snoopy

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By Camila

Llega la hora de la cena y como es tradición me arreglo para ello, llevo un vestido de seda rosa palo y el pelo recogido en una coleta alta, que es adornada por mis rizos, Daiani me ha maquillado para que me olvide un poco el hecho de que tengo a cuatro inquilinos en las habitaciones contiguas a la mía. Me miro en el espejo cuando esta ha terminado.

- Wow, viéndome así hasta diría que soy guapa. - Me examino detenidamente.

- Eres preciosa, no me metería entre tus piernas ni loca porque eres lo mas parecido a una hermana para mí, pero sé de unos ojitos verdes que después de verte esta noche estarán encantados contigo y, para que mentir, puede que yo acabe entre la cabellos de fuego y la carita de ángel. - Chillo nerviosa como una niña pequeña y Daiani estalla en carcajadas, es una pervertida.

- ¡Ya te he dicho que no me gusta, pesada! - Reprocho con las mejillas rojas como tomates.

- ¿No te gusta quién? - Matheo entra interrumpiendo en la habitación, sus rizos dorados le caen sobre la frente, lleva una camisa blanca arremangada y unos pantalones del mismo color, este chico es precioso y siempre con una sonrisa cálida que me transmite tanta paz, ¿Serán sus poderes de ángel el ser un trankimazin con patas?

Matheo se sienta en mi cama y se pone modo gossyp girl, nunca había visto un chico tan cotilla, pero parece que ha Daiani le gusta porque se sienta a su lado y le susurra algo al oído, los dos estallan en carcajadas.

- ¿Se puede saber que os hace tanta gracia? - Reclamo.
- Ay cielito, no te enojes, ella tiene razón, cualquier hombre con vista te sacaría a bailar toda la noche con ese conjunto. - Hace que me sonroje, a mi también me cae bien este chico.

Bajamos al gran comedor, Chloe y mi padre ya están sentados en la mesa charlando alegremente, la verdad es que se la ve una chica muy dulce, propio de un ángel, ¿Irónico, no? Me siento en la mesa al lado de mi progenitor pero Daiani no toma su sitio habitual al lado del mío, sino que se sienta al lado de Matheo dejando un sitio libre al lado de mi persona, ¿Qué está tramando? No pasan más de dos minutos cuando Arioch baja las escaleras, lleva una camisa negra desabrochada, lo que deja ver un poco de tinta en su pecho y unos pantalones negros roto, casi me atraganto con la copa de vino, ¿Por qué coño me resulta tan atractivo? Sin embargo Lilith no se queda atrás, lleva un vestido corto rojo de cuero con escote pronunciado que hacen que le resalten sus pechos, si yo me he fijado en ellos, imaginaos Daiani, puedo ver como se le cae la baba desde donde estoy. Cómo no Arioch toma su asiento al lado del mío.

Mi padre se levanta una vez que estamos todos y se pone a bendecir la mesa, Chloe y Matheo parecen encantados con el gesto, no puedo decir lo mismo de mis otros dos inquilinos, que miran a mi padre con cara de horror. Rober rompe el silencio sepulcral.

- Y bien chicos, ¿Por qué no nos contáis algo de vosotros? - Matheo se levanta de la mesa, como si fuese hacer una exposición sobre sí mismo en este caso y sonríe ampliamente.

- Lo primero, le quería agradecer al señor Nevesa su hospitalidad. Bueno como ya os he dicho antes soy Matheo y ella es Chloe, ambos íbamos en el mismo instituto en el instituto de Londres, llevamos haciendo intercambios desde los 13 años por toda Europa, quiero estudiar filología inglesa y derecho y qué mejor manera de entrar en una buena universidad que añadiendo una experiencia como esta.

Mi padre asiente contento, wow, para ser un ángel el chico miente de maravilla, hasta casi yo me lo creo.

- ¿Y qué hay de vosotros dos? - Lilith mira a Arioch, para que este comience a hablar.

- Bueno, yo soy Arioch Ohên, vengo de Alemania, al igual que Matheo llevo en programas de intercambio desde que tengo 12 años, - ¿Cuántos años se supone que tiene esta gente? - practico boxeo, entre otras muchos deportes de defensa, desde los 13 y quiero dedicarme a la psicología.

- Vaya, Camila también practica boxeo, pero ella empezó hace un año, la apunté para que aprendiera a defenderse. - Arioch me mira sorprendido, ¿Qué pasa? ¿Nunca has conocido a una chica que practique boxeo?

- ¿Y que hay de ti? - Pregunta a Lilith.

- No hay mucho que contar, mi apellido es Ixmukané, yo también practico deporte de lucha, vengo de Rusia y hablo siete idiomas contando con mi lengua natal y es mi primer año de intercambio, ah y soy bisexual. - Lo suelta así sin más, con toda la confianza del mundo.

Menos mal que mi padre tiene una mente abierta al respecto, el hecho de que Daiani también sea bisexual lo hace también más fácil. La cena continua con normalidad, después de la confesión de Lilith sobre sus gustos y preferencias.
Subimos a nuestros respectivos dormitorios y me dejo caer sobre la cama totalmente agotada. Poco después Arioch entra y se apoya con los brazos cruzados en la pared, permanece un rato callado hasta que decide hablarme.

- Sé que toda esta situación es complicada, pero quería agradecerte tu hospitalidad.

- Cómo si pudiera negarme, prácticamente os habéis adueñado de la casa. - El me sonríe y se acerca a mí.

- Esta noche estas especialmente guapa, rubita. - Y se marcha, dejándome a mi con la cara completamente roja, tardo un buen rato en reaccionar y salgo corriendo en busca de Daiani.

Jamás imaginé ver la escena que acabo de presenciar, Lilith está en ropa interior frente Daiani, puedo ver como se muerde el labio, esta la atrae hacia la puerta, para poco después soltarle "esta noche no" y dejar a mi amiga sola en el pasillo.
Esta me mira incrédula, yo tampoco entiendo muy bien lo que acaba de pasar.

- Si le cuentas a alguien esto, juro que nuestra amistad termina hoy mismo. - Dice mientras me arrastra hacia la habitación.

Cuando entramos veo a Matheo, ha hecho palomitas y se ha propuesto el que miremos los doce primeros capítulos de Riverdale, poco después se queda dormido en mi litera. De repente, Daiani rompe el silencio.

- Oye Cami...

- ¿Si, Didi?

- Ahora que las cosas se han vuelto más raras de lo habitual, quiero que hagamos una promesa.

- ¿Una promesa?

- Prométeme que pasa lo que pase, vamos cuidar siempre la una de la otra, como hasta ahora.

- Promesa de pulgar, porque el meñique se rompe muy fácilmente. - Ella se echa a reír y sellamos nuestro juramento.

Si algo tengo claro entre todo este caos, es haría lo que fuera por Daiani y esta por mí.

El despertar de los mundos (Acabado)Where stories live. Discover now