Capítulo 23

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*Un regalo para todos ustedes, que han acogido mi novela con tanto amor. 

¡Disfruten la lectura, un beso gigante😘!

—Por la cara que tienes, cualquiera pensaría que no te agrada estar en la boutique. —dice Mary, ojeando el vestido azul en el maniquí expuesto dentro del taller de Oscar de la Renta.

Lo dice porque solo queda un día para el veintidós de septiembre, mi cumpleaños y la razón de estar en este lugar.

Charis me pidió que pasara por el vestido, en tanto se hace cargo de la organización de todo en la recepción, que se realizara en mi casa. Estuvo más que dispuesta a seguir con los preparativos de mi cumpleaños después del visto bueno de papá, a una fiesta que reunirá a toda la sociedad neoyorquina, los amigos de padre y parte de los míos, pero que va en contra de mis deseos de tener algo pequeño e íntimo para mi cumpleaños.

—Sabes que no estoy muy de acuerdo con esto, —contesto, moviéndome a con ella por el lugar, a esperas de que me llamen a probarme el vestido— no necesito esta fiesta. Yo solo quiero una cena en casa, donde solo me rodeen las personas más importantes para mí.

—Y lo sé, Lottie.

Le asiento en respuesta, justo cuando Samantha, la asesora que me recibió al llegar, vuelve con nosotras.

— Señorita Parker. Señorita Prince, síganme por favor.

Apenas llegamos al lugar, Mary se instala en el sofá de la sala, fuera del probador a donde llega una chica vestida igual a Samantha con una bandeja, sobre esta, dos copas de champan que nos ofrece.

—Relájate Lottie, y mira lo positivo de la fiesta—dice mi mejor amiga, después de probar el liquido burbujeante en la copa—. Tendremos donadores, nos divertiremos un poco en medio de la locura de la fiesta.

—Eso y que será mi primer cumpleaños con Alexandre—digo suspirando al mencionarlo.

—Por supuesto, es el primer evento en el que aparecerán juntos como pareja—comenta en voz alta mi mejor amiga —. Y mira que tenía mis reservas con él por el tema de Larissa "perra" Evans, pero ha sabido demostrar lo buen novio que es, en estos pocos meses que llevan juntos.

No puedo evitar reírme al escucharla decir el apelativo que usa para referirse a aquella mujer que después del incidente en el restaurante, no se ha acercado a mí, aunque pocas veces me la he cruzado en el apartamento de Alex si allí se encuentra Amelia, o en la oficina de Alexandre, si paso por allí.

Me adentro en el cubículo donde me deshago de la ropa que llevo puesta y me enfundo en el vestido rojo sangre, tipo strapless, con apliques de pétalos organizados de tal manera que recrean enormes flores por toda el área del vestido, el largo es perfecto para sentirme cómoda en la ocasión.

—¡Lottie, te queda hermoso! —exclama Mary, al verme aparecer por la puerta.

—Gracias.

—¿y que tal lo siente esta vez? —indaga Samantha, ubicándose a un lado.

—Me... me encanta. —contesto quedándome sin palabras, mientras me doy vuelta lentamente en la tarima, donde me subo para mirarme al espejo panorámico.

—Me alegra saberlo—apunta Samantha—. Y déjeme decirle que, estoy de acuerdo con su amiga, le queda fenomenal.

—Gracias.

Media hora después, con el vestido en su funda, ambas hacemos una parada en el spa de uñas para una manicura. Al final nos separamos, Mary debe ir a la oficina, mientras que yo me he tomado el día libre de la oficina para ocuparme de algunos asuntos personales. Al llegar a mi casa voy directamente a mi habitación para colgar el vestido en mi closet, seguido me vuelvo a deshacer de mi ropa por segunda vez y esta vez la cambio por mi atuendo de jardinería porque quiero estar cerca de mis magnolias, evaluar por mí misma el estado de los árboles y hablar con mamá mientras lo hago.

𝗘𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗺𝗮𝗻𝗼𝘀 𝗲𝗾𝘂𝗶𝘃𝗼𝗰𝗮𝗱𝗮𝘀 ❤🔥Where stories live. Discover now