Capítulo 28

142 20 0
                                    

Capítulo 28

*Nos vemos con nuevo capítulo el sábado.

¡No te olvides de votar, ayúdame con el ranking plis!

Instagram: @Elbaescritora


Me quedo sin aliento al observar con detalle, la desnudez de su figura femenina.

La cintura estrecha es fiel a la curvatura de una guitarra, su vientre plano y terso, despierta mis ansias por recorrerlo palmo a palmo por mis labios. Mi mirada baja un poco más, específicamente a su cadera, de ahí se sujetan los extremos de una diminuta y delicada tanga de encaje y seda color azul celeste, el mismo color de la liga que rodea su muslo grueso y tonificado, la cual no pude retirar en la recepción.

Mi pene se endurece al seguir con la mirada el giro que su cuerpo hace lentamente y con una elegancia digna de reina. Su trasero es firme y redondo, su espalda es un lienzo que pienso probar a mi antojo, sus pechos llenos y proporcionados me antojan.

Y justo cuando la atraigo a mi cuerpo y siento su piel desnuda frotarse con mi pecho, Cinthya, la auxiliar de vuelo, interrumpe al otro lado de la puerta nuestro momento.

-¿Señor, señora Ward? Lo lamento, pero vamos a despegar y deben regresar a sus asientos. Han subido el equipaje de mano, lo dejare a su alcance, señor.

-Enseguida estamos allí. -contesto sin poder evitar la ronquez en mi voz.

Se hace el silencio, desnudos nos abrazamos respirando agitados. Charlotte besa mi pecho luego mis labios.

-No volvamos a discutir por lo que los demás digan del otro-le pido, sujetando su barbilla para mirarle-. Si hay algo que queramos saber, nos lo diremos. Solo debe importar que nos amamos, que confiamos el uno en el otro y que, si tu has saltado por mí, ten por seguro que lo has hecho por algo bueno.

-Está bien-responde aceptando ponerle fin a su malestar.

Aprovechándome de la oportunidad que tengo de tocarla, nalgueo su glúteo derecho, Charlotte respinga por la sorpresa y gime bajo ante la sorpresa.

-Esto no acaba aun, ángel. - sentencio.

Charlotte se sonroja, busca mi camisa con naturalidad y cubre su cuerpo desnudo. Solo cuando lo ha hecho abro la puerta para tomar la maleta de mano.

Sincronizados nos deshacemos del resto del atuendo que usamos para nuestra boda. Noto cuando Charlotte lleva sus manos al muslo para bajar la liga, con rapidez la detengo sujetando su mano.

-No lo hagas-le pido, volviendo atrás los pocos centímetros que consiguió deslizar-. Déjame hacerlo más tarde ¿sí?

Es ella quien me sonríe y luego me besa.

-No tardes entonces.

Mi esposa usa un vestido veraniego azul celeste, que le encanta ese color. Yo me decanto por una bermuda beige y una camisa blanca de lino. Siguiendo el pedido de Cinthya, nos vamos directo a nuestros lugares, uno al lado del otro y con rapidez abrochamos nuestros cinturones.

El despegue es breve, nuestro piloto nos saluda y de paso nos felicita por el enlace. No menciona el destino, atendiendo mi pedido para sorprender a mi mujer. Cinthya se acerca a atendernos, Charlotte pide una taza de te y yo un vaso con whiskey.

Estaremos en aire unas diez horas, tiempo suficiente para empezar a pasarla juntos, disfrutarnos mutuamente y animar a mi hermosa mujer a familiarizarse con lo que ha pasado a ser suyo en automático, antes de llegar al paraíso que mi ángel, aún desconoce.

𝗘𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗺𝗮𝗻𝗼𝘀 𝗲𝗾𝘂𝗶𝘃𝗼𝗰𝗮𝗱𝗮𝘀 ❤🔥Onde histórias criam vida. Descubra agora