Capítulo 36

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Charlotte.

—Felicidades Charlotte, tienes doce semanas de embarazo.

Embarazada.

Cada palabra emitida retumba en mi mente en una especie de eco interminable que me lleva a cerrar mis ojos y quedarme muda, después de escuchar a Theo hablar. Es como estar negándome a la paradoja en la que se ha convertido mi vida, pues por un lado siento felicidad infinita por algo que siempre anhele, y a la vez culpable, aun sin serlo, por la ausencia de Alexandre en un momento crucial de nuestras vidas.

Pero el momento presente, la felicidad que expresa mi mejor amiga al echarse a llorar y abrazarme, me calienta el alma y también me echo a llorar con ella. Tyler por el contrario, se mantiene distante y estoico. Comprendo su reacción ante la noticia, que definitivamente me pone en una posición aún más compleja con respecto a mi situación. Y es segundos más tarde, cuando Mary seca sus lágrimas y se aleja para responder la llamada insistente en su móvil, que Tyler se mueve. Solo se inclina hacia mí y deja un beso en mi frente, así tan rápido como lo hace, vuelve a su lugar sin emitir sonido alguno.

Su comportamiento ha cambiado en las últimas semanas desde la muerte de mi padre, aunque me inquieto al principio su cambio,

Theo por el contrario termina de tomar algunos apuntes en su tableta y vuelve su atención a mí.

—Esa es la explicación a las náuseas, los vómitos y la debilidad que presentabas —me explica Theo—. Ahora que sabemos la causa, debes procurar descansos más largos, evitar el estrés, alimentarte e hidratarte correctamente. Dentro de unos minutos realizaremos la primera ecografía, para revisar que el embarazo vaya bien ¿de acuerdo?

Muevo mi cabeza en un asentimiento, en tanto seco mis lágrimas.

—Gracias por todo Theo.

—Es un placer hacer mi trabajo, y en esta ocasión me emociona dar la noticia al tratarse de ti—le asiento sonriente, dándole lugar a sus palabras—. Por cierto ¿dónde está Alexandre? pensé que lo vería aquí contigo.

—Estamos distanciados en este momento, Theo—confieso, sintiendo el nudo en mi estomago crecer aún más, mientras empiezo a pensar en cómo hablarlo con Alexandre —. Pero pronto espero llamarlo, debe saber que seremos padres en unos meses.

—Es lo mejor. Necesitas apoyo y cuidados, Charlotte. —suelta Theo.

Mi mirada se va a Mary, que desde que regreso la noto nerviosa y su mirada me rehúye cuando fijo mi atención en ella, y por si fuera poco vuelve a desaparecer de mi vista, inquietándome con el paso de los segundos mientras vuelvo a ver a los dos hombres dentro del reducido espacio que compartimos.

—¿Cuándo podemos irnos a casa? —indaga Tyler a Theo, consiguiendo mi atención de nuevo.

—Inmediatamente después de la ecografía. —afirma Theo.

—¿Y que estamos esperando?

La piel se me eriza al escuchar la voz de Alexandre y mis ojos lo buscan con naturalidad, acallando el dolor que me causa su ausencia con su presencia en la estancia.

No puedo evitar estudiar su rostro cuando lo tengo tan cerca y enfrento su mirada con la mía. Tan rápido como nuestras miradas se enzarzan y mi anhelo por su toque aumenta, desvió mi mirada para escanear su rostro con la necesidad de saber si está bien.

Me encuentro con una barba incipiente que adorna su rostro, sus ojos y las bolsas bajo estos, delatan que le pasa lo mismo que a mí: intentar dormir es un infierno.

—¡¿Qué haces tu aquí?! —espeta Tyler a la defensiva, interrumpiendo el momento— no eres bienvenido en este lugar, así que márchate.

—Pues quien está fuera de su sitio, eres tú—afirma Alexandre con certeza y serenidad en el tono de su voz—. Puedes llamar a quien quieras y hacer lo que quieras, pero de aquí no me muevo, si ella no me lo pide.

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⏰ Última actualización: Mar 04 ⏰

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𝗘𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗺𝗮𝗻𝗼𝘀 𝗲𝗾𝘂𝗶𝘃𝗼𝗰𝗮𝗱𝗮𝘀 ❤🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora