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~Mara~

Volví a casa después de un largo día de trabajo. Puede que ser diseñadora parezca divertido, que lo es, pero es realmente cansado. Tengo la suerte de tener un equipo bastante bueno, en comparación a otros.

Dejé mis cosas en el suelo y caminé hacia mi habitación, dispuesta a empezar un nuevo capítulo de One Piece. El último que había visto tenía a Law de protagonista, mi personaje favorito de todos.

Tanto, que mi habitación estaba decorada con su póster de "Se busca", figuras suyas en vitrinas y bueno, mis propios dibujos colgados en la pared. Además de la hermosísima Kikoku expuesta como mi mayor tesoro: una replica a tamaño real.

Me senté en mi silla y encendí el ordenador. Estaba volviendo a ver capítulos antiguos, porque aún no han actualizado los nuevos, así hago tiempo viendo a Law. Tampoco tenía nada mejor que hacer ni nadie a quien ver.

Puse el capítulo que tocaba y esperé. Sin embargo, cuando el capítulo empezó, me sentí rara. No recordaba que fuera así: la tripulación de los Hearts en el Polar Tang, con los diseños después del time-skip, cada uno a su bola. En el anime no se muestra tanto la vida de la banda de Law...

Quise revisar el capítulo, pero no me dejaba salir de la pantalla completa. Suspiré exasperada, pero lo dejé estar y decidí disfrutar del "capítulo".

Law salió en primer plano. Estaba sentado en un sofá, parecía ser su habitación, ya que estaba llena de libros y había solo una cama. En una esquina estaba apoyada Kikoku, la nodachi del azabache, y al lado de éste, su gorro con visera.

Suspiré como una adolescente al ver al hombre. Tengo 23 años y fantaseo por un píxel, ¿algún problema?

De repente, el azabache cerró su libro, como si me hubiera escuchado y lo dejó al lado de su sombrero. Se agachó para coger un pequeño cofre que tenía a sus pies y se volvió a colocar en el sofá.

Lo miré con curiosidad, sin darme cuenta de que me había acercado demasiado a la pantalla.

El de ojos grises, aún sin haber dicho nada, abrió el cofre y metió una mano.
De repente, sentí un golpe en toda la cara, tan fuerte que me echó un poco hacia atrás.

—¡Joder! —grité, poniéndome las manos en la nariz. Miré al frente. Una mano salía de mi pantalla, parecía estar buscando algo— Pero... ¿qué...?

Me acerqué a la pantalla una vez más, aún con la cara dolorida. Acerqué una mano a la que salía de la pantalla y rocé su palma suavemente.

La mano pareció asustarse un poco, pero buscó mi mano y con sus dedos rozó el dorso de la mía.

Me permití fijarme en ella: tenía los dedos tatuados, formando la palabra "death". Un momento...

Me quedé sin aliento un segundo. ¿Qué me estás contando? ¿Que tengo la putísima mano de Law tocando la mía? ¿¡ES ESO!?

Me agobié mucho de repente, no estaba entendiendo nada. La mano agarró la mía con firmeza y me asusté. No sé lo que pretende, pero como me estire me muero.

Y efectivamente, estiró. Estiró y muy fuerte.

Grité algo más alto de lo que me gustaría admitir cuando mi cabeza fue a chocar con la pantalla. Pero no se chocó. De hecho, no sentí dolor alguno. Bueno, al menos no hasta que caí encima de alguien.

Abrí los ojos lentamente, parpadeando un par de veces para acostumbrarme a la luz, un poco más intensa que en mi habitación.

—¿Qué está... pasando? ¿Dónde estoy...? —balbuceé, intentando incorporarme.

A través de los mundos (Trafalgar Law)Where stories live. Discover now