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~Mara~

Caminé por las calles sin saber muy bien a donde debía ir. Se había hecho más allá del mediodía y a estas horas al menos Shachi volvía al submarino para hacer la comida, pero ni siquiera él había vuelto.

Todo a mi alrededor estaba vacío. No había nadie caminando por donde estaba. Las tiendas estaban cerradas, las cortinas de las casas echadas... Parecía un pueblo fantasma.

Esta situación se me hizo muy extraña: hacía unas horas, al ir a buscar los aparatos, el pueblo estaba lleno de personas por todas partes y se respiraba alegría. Mi primer impulso fue pensar que se habían ido a comer todos a la vez, pero era muy raro, porque los restaurantes estaban cerrados y normalmente la gente sale de su casa de vez en cuando para comer.

Tomé el pequeño caracol nuevamente, marcando el número de Law y empezó a sonar una y otra vez. Suspiré, frustrada y guardé el caracol en mi mochila.

El silencio de los callejones era abrumador. ¿Por qué no había nadie? ¿Por qué Law no contestaba?

Estaba pensando en mis cosas cuando pisé algo diferente al asfalto. Levanté el pie y abrí los ojos como platos al ver el sombrero del capitán tirado en el suelo. Me agaché rápidamente a recogerlo y lo limpié. Miré a mi alrededor.

Estaba en un callejón muy estrecho, donde no llegaba la luz del sol. La tensión que sentía en ese momento se podía cortar con una navaja. Guardé el gorro en mi mochila con cuidado y continué adentrándome en el siniestro callejón.

Lo que más impresión me daba es que no se escuchaba absolutamente nada. Vi una puerta morada al fondo. Me armé de valor y golpeé la puerta. No recibí respuesta. Respiré profundamente y me transformé en agua, colándome por debajo de la puerta.

Volví a mi estado normal, mirando a mi alrededor, tomando mis pistolas. En una mantuve balas de kairoseki y la otra puse balas normales.

Caminé lentamente por aquella sala. Había una luz muy tenue de color naranja que dejaba una mínima visibilidad. Era un cuarto de estar. Parecía una casa abandonada. Lo único raro que había eran marcas de garras decorando los muebles y las paredes de la estancia.

Me recorrió un escalofrío por la espalda. Continué mi camino con sigilo, pero al dar un paso en un sitio equivocado, se abrió una trampilla en el suelo. Ahogué un grito y me cogí rápidamente del suelo donde estaba antes, obligándome a soltar una de mis pistolas.

Miré hacia abajo, viendo una pequeña caída, no parecía mortal. De hecho, parecía llevar a otra sala.

Escalé el suelo y volví a donde estaba. Me puse las pistolas nuevamente en el cinturón y bajé a modo de corriente de agua hacia la siguiente habitación.

Esta vez, una fuerte luz blanca se alzaba al fondo de un pasillo. Me tapé la cara con un brazo mientras avanzaba, cegada por la luz.

Cuando llegué, abrí la puerta y lo que vi me desestabilizó un poco. Mi tripulación estaba atada de pies y manos, herida y semi desmayada. Me acerqué rápidamente a ellos y les desaté, echándoles un poco de agua encima con mi poder.

—¿Mara...? —la voz de Penguin sonó por primera vez y le abracé, al igual que a los demás, que se iban despertando.

—¿Qué os ha pasado? ¿Dónde está Law? —pregunté, sacando un kit de primeros auxilios de mi mochila.

No sabía nada de medicina, pero algo podría hacer. Les curé rápidamente lo mejor que pude.

—Hemos tenido problemas —empezó a hablar Shachi esta vez—. Cuando nos disponíamos a ir al submarino, vimos como todo el mundo empezaba a encerrarse en sus casas. Nos pareció muy raro pero no le dimos importancia. Nos reunimos con Law unos momentos después, yo estaba solo con Bepo, Penguin estaba con el capitán —el mencionado asintió.

A través de los mundos (Trafalgar Law)Where stories live. Discover now