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~Mara~

Salimos rápidamente de la sala donde estábamos, de la mano. Por suerte, la gente seguía en la fiesta, fuera del barco.

—¿Repetimos después? —susurró Law cerca de mi oreja, mordiendo el lóbulo con cuidado.

Me estremecí, poniéndome roja como un tomate, pero le miré.

—Cuando quieras —le guiñé el ojo y él sonrió con malicia. No voy a poder caminar en lo que queda de mes.

Bromas a parte, volvimos a la reunión, pero ya soltados de la mano, pues no queríamos levantar sospechas.

—¿A dónde habíais ido? —Robin se acercó a nosotros.

—No me encontraba muy bien y Law me acompañó al baño, espero que no os haya importado que entrara así como así... —mentí.

—Para nada, ahora somos aliados —sonrió y me calmé—. Espero que estés mejor.

—¡Sí, solo he bebido demasiado! —Robin se rió y continuamos hablando un poco más. Law se mantuvo a mi lado en todo momento con una expresión seria.

Cuando la morena se fue, me giré a mirarlo.

—¿Todo bien?

—Hm... Deberíamos estar hablando del siguiente movimiento para ir a Dressrosa y no estar de fiesta —dijo él pasándose una mano por la cara.

—Ya lo hemos hablado. Cuando Luffy hace algo bien, tiene que hacer fiesta —bromeé.

—Ya, pero una cosa no quita la otra —frunció el ceño—. Si no vamos a hablar de eso, me voy a la cama. Te espero ahí cuando quieras venir —bufó él y yo asentí un poco triste. No quería que se fuera.

No le gustan las fiestas y es normal, sobre todo con lo que se viene encima. Dio media vuelta, caminando hacia el Thousand Sunny.

—¡Maaaara-swaaaaaan~~~! —los gritos del rubio me sacaron de mis pensamientos y juraría que Law paró su movimiento.

Sanji se me acercó tanto que no pude reaccionar bien y me tropecé, cayendo hacia atrás. Por suerte, este me cogió a tiempo por la cintura.

—¿Estás bien? —sonrió ampliamente, ayudándome a incorporarme y asentí.

—Sí, perdona, no te había visto venir —me alisé la chaqueta.

Me tomó de la mano y se la llevó a los labios, besando el dorso de esta. Por la sorpresa, no pude evitar sonrojarme, pero aparté la mano con delicadeza, pues no quería ser brusca.

—Disculpame a mí, he sido muy descuidado —me sonrió y yo hice lo mismo, restándole importancia—. He hecho pasteles, por si quieres ser la primera en probarlos.

—Eh... Claro, por qué no —sonreí y me tomó de la mano, arrastrándome con él.

Giré la cabeza, viendo que Law ya no estaba y suspiré.

—Sanji, no hace falta que me arrastres —me reí un poco y se frenó.

—¡Lo siento muchísimo, Mara-sama! —dijo él agachando la cabeza.

—¿Sama? Bueno... No importa, no pasa nada —sonreí y me sentía un poco incómoda pues no sabía qué hacer para que levantara la cabeza, así que le di suaves palmaditas, dándome cuenta de lo suave que era su pelo rubio.

Levantó la cabeza enseguida, muy sonrojado. Me asusté un poco por lo repentino que había sido. El cocinero es un nervio con patas.

—Eres ridículo, ceja diana —Zoro apareció por detrás de mí.

A través de los mundos (Trafalgar Law)Where stories live. Discover now