A través de los mundos (Trafalgar Law)

29

~Law~

Me asomé por la barandilla de la cubierta. A lo lejos se podía ver un grandioso elefante caminando sin rumbo por el mar. Desde luego, sabía que ese elefante era el que llevaba Zou al lomo.

Mara caminó hacia mí, con una sonrisa.

—Gracias por haber sido paciente —dijo ella.

—Gracias a ti por darme una de las mejores noches de mi vida —sonreí, juguetón, consiguiendo que se pusiera colorada.

La cogí de la cintura, abrazándola a mi costado. Ella me rodeó la cintura también, apoyando su cabeza en mi pecho.

—Nunca había visto Zou tan de cerca —susurró ella.

—Normal, llegaste hace dos años —contesté simplemente.

Ella asintió. Sin embargo, le di un par de vueltas a su afirmación. ¿"Tan de cerca"?.

—¿Has visto Zou alguna vez? —pregunté, mirándola con una ceja alzada.

Noté como se tensaba.

—Ehm... No. No realmente, solo en... Libros y tal —mintió descaradamente.

—No es necesario que mientas —fruncí un poco el ceño.

—Lo siento... Es que es complicado. Tiene que ver con mi habilidad de ver lo que pasará y esas movidas... —se rascó la cabeza, signo de ansiedad.

Suspiré, dejando el tema de lado. Si no me lo quería contar, no iba a presionarla. Pero había tantas cosas que no comprendía que me hacía sentir un poco idiota.

—Nos acercamos a Zou —la arqueóloga se acercó a nosotros y solté a Mara de la cintura.

Sin embargo, ella no se separó de mí, volviéndome a poner la mano sobre su cuerpo. Al principio no me pareció buena idea, pero volví a pensar en las palabras de Robin. Igual mostrar nuestra relación a los Mugiwaras no era una idea tan alocada como podría llegar a pensar...

Después pensé en Doflamingo. Me tensé bastante, recordando cómo la encontré, nuevamente. Si nuestros enemigos sabían que éramos algo podrían usarlo en nuestra contra. Aunque era inevitable que se pensaran lo peor. Mara y yo estábamos muy unidos y se notaba mucho, sobre todo si nos ven.

Se giró para verme.

—¿Estás bien? —susurró.

—No estoy seguro de si es buena idea mostrar lo nuestro —susurré de vuelta. Estaba teniendo una lucha interna en toda regla—. Nuestros enemigos podrían usarlo en nuestra contra.

Ella apartó la mirada de mis ojos momentáneamente, pensando en una respuesta.

—Está bien. Pero ellos no son nuestros enemigos —sonrió, señalando a los Mugiwaras con la cabeza.

Suspiré suavemente.

—Puede que ahora no, Mara. Pero cuando cumplamos nuestro trato lo serán.

—Dudo que usen esa información en nuestra contra.

No le faltaba razón. Realmente no eran malas personas. Aún así...

El resto de integrantes de la tripulación se unieron a nosotros, observando el horizonte. Cierto peliverde me clavaba puñales con la mirada, a lo que no pude evitar sonreír con superioridad.

—¿Estarán bien? —la voz de Mara me sacó de mis pensamientos.

—Espero que sí —dije intentando disimular mi preocupación—. Nami-ya se quedó con la vibre card que Bepo nos dio.