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~Law~

Me desperté lentamente, notando un ligero peso en la cabeza. Abrí los ojos, mirando hacia Mara, que se había quedado dormida con la boca abierta.

Separé la cabeza de la almohada, percatándome de que nuestras manos seguían entrelazadas. Miré por la pequeña ventana que había al otro lado de la sala, volvía a ser de día.

Con mi mano libre, cerré su boca con cuidado, temiendo que se secara más de lo que ya estaba.

Ella se removió ligeramente y buscó con su otra mano mi cabeza, pero no la encontró. Abrió los ojos con pereza, buscándome.

—Buenos días —me miró y frunció ligeramente el ceño. Supuse que pensaba que no había dormido—. He dormido hasta ahora, no te enfades.

Ella relajó la expresión, sonriendo ampliamente. Miró hacia nuestras manos, aún entrelazadas desde el día anterior. Se sonrojó un poco y pasó su otra mano por el dorso de la mía, acariciando mis tatuajes.

La miré con curiosidad, sin saber qué es lo que pretendía. Ella me miró brevemente, poniéndose un poco nerviosa al hacer contacto con mis ojos, poniéndose más roja todavía y apartando la mano que me tocaba los tatuajes.

Tuve el impulso de cogerle de la mano para que continuara, pero no lo hice, pues Shachi apareció por la puerta con esa lúgubre mirada que tenía desde que Mara fue intervenida

—Capitán, te traigo el desa... —miró hacia mi dirección, encontrándose con la mirada de ambos— ...yuno.

Estuvo unos segundos aturdido, subiendo y bajando la mirada de los ojos de Mara a los míos y a nuestras manos, aún entrelazadas.

Dejó rápidamente la bandeja en la mesa y se tiró a abrazar a la chica con cuidado. Ella sonrió ampliamente, aceptando el abrazo sin soltar mi mano.

—¡Mara, estás despierta! —exclamó entre sollozos el pelirrojo— Menos mal... ¡No vuelvas a darnos esos sustos!

La castaña puso su mano libre en la cabeza de Shachi, dándole suaves golpecitos para calmarle.

Cuando se relajó, se sentó a su lado, suspirando.

—¿Por qué no habla? —me miró esta vez— ¿Y por qué parece que has dormido mejor que en toda tu vida? —su tono era de confusión y algo de molestia.

Alcé una ceja por la última pregunta. Es algo que me llevaré a la tumba.

—No puede hablar porque aún se está recuperando. Tiene que estar unos días así, es normal. ¿Te importaría traer papel y lápiz de su habitación para que pueda comunicarse mínimamente con nosotros?

Shachi se levantó rápidamente, saliendo por la puerta.

Cuando nos quedamos solos, bajé la mirada hacia la chica, que me estaba mirando.

—Si tienes que escribir, tendrás que soltarme la mano —dije con una pequeña sonrisa. Realmente estaba bien así, pero tenía que poder hablar.

Ella negó con la cabeza varias veces, haciendo un puchero. Parecía una niña.

—Cuando Shachi vuelva, te dará los papeles y querrá hablar contigo, ¿vas a hacerle el feo? —insistí un poco.

Ella cerró los ojos momentáneamente y soltó un poco de aire.

No se movió ni un poco hasta que llegó el pelirrojo con los papeles, soltándome la mano finalmente. Suspiré en silencio al notar el frío en mi mano.

Me levanté de la silla, notando como mi espalda sufría tan solo del movimiento.

Ella tomó los papeles y el lápiz, escribiendo rápidamente y girándolos cuando terminó.

A través de los mundos (Trafalgar Law)Where stories live. Discover now