36

268 36 8
                                    

~Law~

Me desperté al día siguiente con un cansancio extra en el cuerpo. Había sido un día de lo más ajetreado e intenso pero... había merecido totalmente la pena.

Abrí los ojos lentamente, parpadeando para tratar de acostumbrarme a la luz que se filtraba por la ventana del submarino. Al hacerlo, la vi con la cabeza apoyada sobre mi pecho durmiendo tranquilamente. Sonreí, acariciando su espalda.

Aún no soy capaz de creerme que yo haya sido capaz de hacer algo como lo de ayer por la tarde. ¿Desde cuándo soy tan jodidamente cursi? Ah, claro... desde que Mara está en mi vida. Por supuesto.

La semana anterior había sido del todo complicada. Tenía que planear todo aquello desde cero y ni siquiera sabía por dónde empezar. Cuando se lo conté a Shachi y a Penguin se aseguraron de ayudarme hasta el más mínimo detalle. No saben lo mucho que se lo agradezco en realidad, me han salvado el culo.

El único inconveniente que hubo en nuestro plan fue el problema de la fiesta del otro día. Por un momento pensé que todo se había terminado ahí. Es decir, no nuestra relación, claro. Sino mi plan.

La tensión que se creó entre los dos, mi forma de reaccionar y su forma de actuar fue bastante duro. Me sorprende un poco que haya hecho algo tan imprudente como eso. No es propio de ella.

Bajé la mirada, tomando un mechón de su pelo castaño entre mis dedos para juguetear con él.

Lo peor de todo aquello fue el momento en que la fui a buscar y no la encontré por ninguna parte. Hacía tiempo que no me sentía tan nervioso por algo, pero ese día estaba aterrado. Cuando la vi, me pasé de bruto, quizá. Pero, sobre todo, estaba muy feliz de volver a verla y saber que estaba bien.

Giré la cabeza para mirar el reloj que descansaba encima de mi mesita de noche. Era relativamente pronto, pero teníamos cosas por hacer. Por ejemplo, volver al plan inicial que era ir hacia Wano. Aún faltaba una semana larga para llegar al territorio, así que cuanto antes saliéramos mejor.

—Mara —la llamé, apoyando la mano derecha en su cabeza para acariciarla. Gimoteó un poco como respuesta.

—Hm...

—Despierta, tenemos que irnos —bajé la mano hasta su hombro, donde empecé a sacudirla con suavidad. Frunció un poco el ceño, como si la estuviera molestando.

Suspiré, volviendo a alzar la mano hasta su cara. Usé el pulgar para acariciar su pómulo. La mueca de molestia que tenía se sustituyó por una bonita sonrisa y aprovechó para tomar mi mano entre las suyas y ponerla debajo de su cara.

A pesar de parecerme lo más tierno que había visto hoy, hice una expresión seria.

—Mara. Tenemos que irnos —repetí, esta vez con más seriedad—. No tenemos tiempo que perder.

—Cinco minutos más... —murmuró, volviendo a quedarse dormida en cuestión de segundos. Su boca se quedó medio abierta, así que sus babas cayeron sobre mi mano derecha.

Puse los ojos en blanco y, de un rápido movimiento, roté mi cuerpo hasta quedar encima de ella. Abrió los ojos de golpe, colorada y mirándole con mucha sorpresa. Esbocé una sonrisa ladina antes de hacer una pequeña flexión para quedarme a escasos centímetros de su rostro.

—Si no quieres tener que usar silla de ruedas por lo que te queda de vida, levántate —amenacé con tono sensual y una pizca de autoritarismo en mi voz. No sé por qué, pero he notado que ese tono le pone especialmente, así que pienso aprovecharlo a mi futuro.

Le mordí el labio inferior, consiguiendo que se pusiera toda roja. Es tan adorable... Después la besé y me separé de ella, tocando su cuerpo con mis manos.

A través de los mundos (Trafalgar Law)Where stories live. Discover now