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~Mara~

Al día siguiente me desperté sin que Law tuviera que invadir mi habitación, pues me había puesto el despertador con el reloj que tenía a la derecha.

Después de comer del día anterior, nos pusimos a entrenar, esta vez sí con unas espadas de bambú. La verdad es que fue bastante divertido, pero recibí bastantes golpes, pero no demasiado fuertes.

Me levanté de la cama, yendo hacia la ducha. Me metí en el baño y me empecé a duchar cuando escuché que alguien tocaba a la puerta de la habitación.

—¿Mara-ya? ¿Estás despierta? —me llamó Law desde el otro lado de la puerta.

—¡Sí, estoy en la ducha! —exclamé esperando que pudiera escucharme.

—Voy a dejarte la ropa de abrigo en la cama —avisó y escuché la puerta abrirse.

—¡Gracias! —dije mientras me aclaraba el pelo.

—Cuando termines ven al comedor —me pidió antes de marcharse.

Terminé rápidamente y me envolví con una toalla el pelo y con otra el cuerpo, saliendo del baño.

Vi la ropa perfectamente doblada sobre la cama y sonreí un poco. Me sequé y me vestí con el jersey que me había dejado, unos pantalones de chándal gorditos que me apreté con un cordón y unas botas que me venían un poco grandes. Me sequé el pelo con la toalla que lo envolvía y la dejé secando con la otra.

Cogí el abrigo y salí disparada hacia el comedor, donde estaban todos esperándome.

—Siento haber tardado —me disculpé sentándome al lado de Law.

—Que va, acabamos de llegar —me sonrió Penguin. Parecía estar de mejor humor hoy, cosa que me alegró.

Observé la mesa, llena de bollos.

—¿Los has hecho tú, Shachi? —le miré sorprendida y asintió— Genial, eres genial.

Todos empezamos a comer y bebernos el café que nos habíamos preparado.

—Captain —interrumpió Bepo el silencio. Todos nos giramos para verle—. ¿Cuál es el plan de hoy?

—Mara-ya y yo iremos a comprar ropa para ella. Shachi, Penguin y tú iréis a comprar los alimentos y lo que necesitemos para estar una semana sumergidos. Sin embargo, como no podemos sumergirnos hasta dentro de unos días, podéis explorar el lugar en cuanto terminéis las tareas.

Penguin y Shachi chocaron los cinco, contentos por poder salir a pasear libremente. Bepo suspiró aliviado, con cara de no aguantar ni un segundo más en el submarino. Yo me limité a sonreír.

Cuando terminamos de comer, recogimos la mesa y nos fuimos cada uno por su lado, no sin antes de que Law dijera que antes de las nueve de la noche deberían estar aquí.

No perdimos mucho el tiempo, las compras de mi ropa fueron bastante rápidas. Después fuimos a una librería, pues Law quería comprar unos libros más de medicina. Yo exploré las estanterías con curiosidad, pero no encontré nada que me interesara.

Salí afuera, respirando profundamente el aire frío de aquella isla. El pueblo en el que estábamos era muy tranquilo, había pocos habitantes pero era muy bonito, había nieve por todas partes.

Me puse a caminar por los alrededores de la librería hasta que sentí una mano cogerme de la cara, tapándome la boca con firmeza. En acto reflejo, golpeé con fuerza el pecho del que me había agarrado con el codo y me separé de él mientras seguía aturdido. Me asusté un poco al ver un marine frente a mis ojos.

A través de los mundos (Trafalgar Law)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora