Capítulo 4

4K 282 14
                                    

 ✵ꕥ Cassandra Mueller –

Respira Cass, respira. Uno, dos, tres. Inhala, exhala.

No acaba de decirte que no fue un placer conocerte. No acaba de dejarte con la palabra en la boca mientras se volteaba a hablar con alguien más.

Respira.

Tampoco es como que si él fuera súper hiper famoso. Y no es como si te estuvieras a punto de subir a un auto con él.

Respira.

Todo lo que estaba pasando se sentía surrealista, había empezado como una noche cualquiera, y ahora estaba subiéndome a un Audi RS Q8 con un piloto de Fórmula 1.

Ese también era un detalle importante, porque aunque cualquier fanático de las carreras mataría por conocer a un piloto, de seguro ninguno elegería conocer a uno de pilotos que le caían mal. Y eso me estaba ocurriendo a mi, por eso me había reído y disculpado con Cisca en la habitación, pues había caído en cuenta de que, cuando veíamos las carreras juntas, yo era muy expresiva en cuanto a mi rechazo hacia los pilotos de McLaren, sobre todo hacia Lando para ser sinceros.

No es que fuera mala persona, o al menos no lo parecía, antes de esta noche yo no lo conocía. Pero simplemente me caía mal, no me gustaba como conducía, no me divertían sus entrevistas o cuando estaba en una Press Conference... Simplemente no era uno de mis favoritos.

Cuándo subimos a su auto, yo me subí en la parte trasera y me puse el cinturón. Lando no se contuvo al momento de pisar el acelerador, lo cual fue divertido y preocupante a partes iguales.

Llegamos en tiempo récord y Lando apago el auto, fue cuando me di cuenta de que Cisca había empezado a quedarse dormida. El castaño suspiró y se bajo sin hacer ruido, para luego rodear el auto y abrir la puerta del copiloto, sacando a su hermana con cuidado y llevándola en brazos. Antes de abrir la puerta se giró a mirarme.

— ¿Planeas dormir en mi auto? — Me preguntó con sarcasmo, y yo no pude evitar poner los ojos en blanco ante su broma.

Me quité el cinturón y baje con cuidado, acercándome a el, aún un poco mareada.

— Vamos a entrar en silencio, voy a subir a Cisca a su habitación y tu te vas a quedar en la sala, en unos minutos bajaré y te diré donde puedes dormir. ¿Bien?

— Lo que tu digas Norris. — Le sonreí de forma inocente mientras lo escuchaba resoplar y abrir la puerta.

Tal como me indico, entramos sin hacer demasiado ruido y cruzamos el patio delantero, cuando estuvimos dentro de la casa me senté en uno de los sillones de la sala, viendo como Lando subía las escaleras con su hermana en sus brazos.

Aproveché para mirar a mi alrededor, era una estancia muy cálida, la chimenea estaba encendida y había fotos colgadas por todas partes, donde podías ver a Cisca y sus hermanos de pequeños.

Quise levantarme y curiosear un poco, pero antes de que me decidiera a hacerlo escuché los pasos que regresaban por la escalera. Lando bajaba con un jogger negro un buzo del mismo color, los puso en la mesa frente a mi y se dirigió a la cocina.

— Es ropa de Cisca, puedes usarla para estar más cómoda. — Volvió de la cocina con un vaso de agua que me ofreció, lo acepte mientras asentía con la cabeza a modo de agradecimiento. — Dormirás en el cuarto de invitados, son las 4:30 ahora, así que no te queda mucho, vendré por ti un poco antes de las 7 para llevarte al internado. Mis padres no pueden verte aquí, y de seguro no quieres perderte las clases de hoy. — Me dijo calmado, aunque aumentando un tono sarcástico al final.

— Esta bien... Gracias.

Sin decir nada más nos levantamos, tomé la ropa que me había dado y el vaso de agua para seguirlo por los pasillos del primer piso, me guió hasta una puerta y al abrirla pude ver la habitación.

Love on Track | Lando NorrisOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz