Capítulo 42

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✵༄ Lando Norris – 

Bajé de la monoplaza frustrado.

Podría haberlo hecho mejor. Podría haber tenido una Pole. Y lo desperdicie.

Me sentía inútil, enojado, quería estar solo y gritar.

Pero entonces la vi.

Estaba apoyada en la pared del garaje, con los audífonos alrededor de su cuello, esperándome, con una sonrisa y ese brillo en sus ojos que me encantaba.

Suspire aliviado mientras me acercaba.

Las entrevistas podían esperar. Los ingenieros podían esperar.

Todo podía esperar si era para estar con ella.

No dude en abrazarla cuando la tuve frente a mí, y ella no dudo en acariciar mi espalda.

— Lo hiciste bien, ricitos.

Negué con la cabeza. No lo había hecho bien. Pero todo lo que necesitaba ahora era estar con ella.

— ¿Podemos irnos? — Murmuré y ella sonrió.

— Sabes que a mi me da igual, pero creo que tendrás problemas si te vas ahora.

Solté un quejido al saber que tenía razón, causando que ella se riera.

— Anda, termina cuanto antes y así podemos ir a tu habitación. — Me guiño el ojo mientras dejaba un beso en mi mejilla.

Con los ánimos un poco mejores me dirigí hacia Zak, que me recibió con una sonrisa.

Después de todo no había sido un mal resultado, era cierto. Pero podría haberlo hecho mejor.

Tuve una rápida reunión con el equipo para la carrera de mañana y algunas entrevistas antes de por fin ser libre de irme del Paddock. Busqué a Cass en el garaje, y la encontré hablando con Oscar y su novia.

Sonreí mientras me acercaba y pasaba mi brazo alrededor de los hombros de la rubia, dejando un beso en su cabello.

— ¿Lista para irnos?

Oscar nos miró sin decir nada, aunque sonrió ante el gesto, al igual que Lily.

Cass asintió. — ¿Podemos pasar por un supermercado antes?

Asentí sin problema y nos despedimos para ir hacia mi auto. Conduje en silencio, con una de mis manos en el muslo de la rubia, y mi mirada cambiando repetidamente de la carretera hacia mi costado, admirando el perfil de Cass que miraba por la ventana del auto, hasta que llegamos a una tienda y me aparqué.

Mi mano dejó un apretón en su muslo, llamando su atención y sonriendo.

— ¿Que haremos en el hotel? — Pregunte divertido mientras mi mano trataba de subir.

Aunque fui detenido por la rubia alejándose.

— Dormir. — Dijo simple y se encogió de hombros. — Estoy en mis días, así que hoy tu simplemente me abrazarás.

Al escucharla deje mi cabeza caer contra el asiento, cerrando los ojos frustrado.

— Y si...

— Ni lo sueñes. — Contestó y se rio ante mi expresión. — No seas dramático, puedes vivir sin sexo por unos días, Norris.

— No cuando te tengo cerca, rayito. — conteste y ella rió de nuevo.

Me acerqué para besarla, cosa que me permitió, y mi mano hizo su camino por su cuello, apretándolo un poco mientras mis dientes mordían su labio inferior, haciéndola gemir.

Love on Track | Lando NorrisWhere stories live. Discover now