Capítulo 49

2.8K 167 15
                                    

✵ꕥ Cassandra Mueller –

Salí de mi última clase completamente exhausta. No quería si quiera empezar a pensar en todo lo que tenía que estudiar para la próxima semana, que empezaba finales.

Me subí a mi moto mientras revisaba mis mensajes, Vienna me había avisado que llegaría tarde, ya que creía que podría conseguir un trabajo en uno de los bares cerca del departamento; le contesté que tuviera cuidado, y me avisara si necesitaba que la recogiera.

En cuanto llegué al departamento, sonreí encantada al encontrar a un Lando sin camiseta en mi cocina, cocinando algo que olía delicioso, mientras movía su cabeza, con sus rizos desorganizados al ritmo de alguna canción que tarareaba de forma suave.

¿Cómo podía ser tan jodidamente perfecto?

Me acerqué con cuidado, sin que lo notara, hasta que puse mis manos en sus abdominales y dejando un beso en su espalda. — Ya estoy en casa, ricitos.

El se giró y se apresuró a besarme. — Bienvenida, rayito. ¿Cómo te fue?

Me encogí de hombros mientras suspiraba, cansada. — Voy a morir con tantos finales.

El rió, acariciando mi cabello. — Anda, siéntate para cenar. Prometo ayudarte a estudiar esta semana.

— No te ofendas. — Empecé divertida. — Pero dudo que alguien que a las justas terminó la secundaria puede ser de mucha ayuda.

— Eres una cabrona, Cass. — Me dijo y yo solté una carcajada.

— ¿Me dirás que eras bueno en la escuela?

El pusó los ojos en blanco, aunque desvió su mirada. — Quizás no era el mejor, pero tenía buenas calificaciones.

— Lo que tu digas, Norris.

Me reí cuando se acercó a mí y besó mi cuello. — ¿Qué haré contigo, rayito?

— Lo que quieras. — Murmuré, dejando un beso en su barbilla. — Puedes hacer lo que quieras conmigo.

Y antes de que pudiera hacer algo, me alejé y me senté en la mesa, con una sonrisa burlona.

— Pero justo ahora muero de hambre.

— Te odio. — Dijo serio mientras se dirigía a la cocina de nuevo, dejándome riendo.

Sacó dos platos y sirvió algo de puré con carne y ensalada en ambos platos, para luego llevarlo a la mesa junto con dos copas de vino. — Espero que no te moleste que haya abierto la botella, pero la ví en el estante y pensé que sería una buena idea.

— Me encanta, Lan. — Dije seria, mientras le sonreía y entrelazaba nuestras manos, dejando un beso en el dorso de la suya. — Gracias, de verdad.

— No es nada, rayito. — Sonrió también y tomó sus cubiertos, para poder empezar a comer.

Suspiré.

Cerrré mis ojos por un par de segundos, con fuerza.

Todo estaba bien.

Nadie te está mirando, nadie te está juzgando.

No estás haciendo nada malo, Cass.

Todo está bien.

Abrí mis ojos de nuevo, segundos después, y tomé mis propios cubiertos para empezar a comer. Joder. Estaba buenísimo.

— Ricitos, esto está delicioso.

El rió, nervioso. — No es para tanto.

— Lo digo enserio, me encanta. — Sonreí mientras llevaba otro bocado a mi boca.

Love on Track | Lando NorrisWhere stories live. Discover now