Love on Track | Lando Norris

Capítulo 8

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✵ꕥ Cassandra Mueller –

Mi alarma me despertó, y me costó algunos minutos decidirme a levantarme, pues sentía como si tan solo hubiera descansado por 5 minutos.

Eran las 7:00 am y el sol ya estaba saliendo, abrí mis cortinas y aprecié la maravillosa vista que se apreciaba desde esta altura.

Sin perder más tiempo me metí en la ducha. Cuándo salí rapidamente cepillé mi cabello y empecé a maquillarme, nada muy elaborado, solo algo de rubor, máscara de pestañas e ilumnador, junto con un labial rosado. Para vestir elegí algo simple, un jean con un cinturón negro, unas converse negras y un top blanco.

Podría haberme esforzado más, pero aún faltaba la parte importante, con cuidado saqué de mi maleta una chaqueta de Red Bull, era de mis posiciones más preciadas, pues la había comprado con mi propio dinero hace poco más de un año; la había pedido por cumpleaños y navidades, pero mis padres eran firmes en que un deporte como es la Fórmula 1, no era adecuado para una señorita.

Puse los ojos en blanco de solo recordarlo, pero me decidí a eliminar dichos recuerdos y disfrutar el día.

Salí de la habitación un par de minutos antes de las 8, y me sorprendí al encontrar a Lando frente a mi puerta.

— Bien, estaba por tocar, tenemos que irnos.

— Buenos días a ti también, Norris. — Le dijé mientras empezaba a caminar por delante de él.

— ¿Enserio? ¿Red Bull?

El comentario me tomó por sopresa, ¿No me saludaba pero si quería hablar de mis gustos en el deporte?

— ¿Qué esperabas? ¿Qué fuera tu fan o algo? — Le contesté mientras caminaba hacia el ascensor, sin molestarme en mirar si estaba cerca presioné el botón, esperando a que se abrieran las puertas.

— Esperaba algo más básico, como Mercedes quizás.

Lo ignoré y entré al ascensor en cuanto abrió sus puertas; saqué mi teléfono de mi bolsillo y le escribí un mensaje a Cisca para avisarle que ya estábamos bajando, a lo que me respondió que ya estaba esperando el ascensor.

— Quizás soy un poco más impredecible de lo que crees. — Le guiñé el ojo y cuando estaba por responder las puertas se abrieron de nuevo, revelando a una Cisca mucho más despierta y llena de energía.

— ¿Estás lista? Será genial, te mostraré todo y luego veremos las práticas desde el box.

Le sonreí algo emocionada, ¿A quien quería engañar? Era un sueño hecho realidad, y lo iba a disfrutar como nunca.

─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───

Un auto nos dejó en la entrada del circuito, dónde Cisca tomó mi mano al bajar.

— Lando, los pases.

Lando asintió y sacó de su bolsillo dos pases para el Paddock. — No los pierdan, o no podrán entrar.

Ambas asentimos y tomamos uno cada una, pasándolos alrededor de nuestros cuellos.

— Bien, te veré luego. — Se despidió de su hermano y empezó a caminar conmigo. — Se tardará en la entrada, pues firmará autógrafos y se tomará fotos con los fans, así que es mejor que entremos primero y ya lo buscaremos luego.