Arrecifes

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Un sonido que amo y odio a partes iguales se escucha a lo lejos...

Mi alarma no deja de sonar  4:30 am

Es hora de  retomar mi rutina habitual, me levanto y me dirijo a la ducha, algo bueno de vivir en un lugar tropical es que te puedes bañar prácticamente a cualquier hora sin correr el riesgo de morir de una pulmonía.

Estoy agotada pero no físicamente, la verdad es que siempre he tenido bastante energía fisica por lo general, todo lo contrario a mi energía emocional, siempre mi cansancio es mental.

Pase una noche fatal con todo lo sucedido, ojos verdes y unas manos indescriptibles atormentaron mis pensamientos por varias horas.

No sé bien que pensar o sentir al respeto, Christian es todo un misterio para mí y está volviendome loca sin siquiera intentarlo, siempre supe que  era un hombre capaz de volver loca a cualquier a chica, pero hay algo en él que no termina de cuadrar en el concepto que tengo.

Ni modo Kailani, tendrás que vivir con esa duda permanente.

Mis uniformes laborales siempre están los lockers del recinto portuario dónde trabajo, así que eso me permite llegar a la oficina con la ropa que desee, solo me cambio cuando es obligatorio usar el uniforme.

Hoy no tengo juntas ni presentaciones así que los tacones están descartados.

Me pongo unos Jeans de mezclilla ajustados con roturas, unos tenis  urbanos converse, una blusa deportiva roja con letras grises y negras, escojo algunos accesorios, me encantan las pulseras, los reloj y prácticamente todo los accesorios bohemios y brillantes.

Por lo general mi maquillaje es muy discreto y natural, pestañas, base y bálsamo, todo lo que te puedes hacer a las 4 de la mañana, me pongo una gorra gris,  por lo general no las uso pero hoy algo me dice que debo ser discreta y estoy lista, bueno arreglada porque ya saben que lo de lista no mucho.

5.30 am

Salgo de mi edificio y aún está oscuro, pocos autos están en la avenida a esta hora, conduzco por la bahía costera que he recorrido miles de veces, es un paisaje hermoso  ver el cielo y el mar a esta hora, con oscuridad de la noche  pero matices de un nuevo amanecer.

Ya en las oficinas entro como de costumbre...

—Buenas, Buenas...
—Pero Ing Kailani, se ve que estuvo bueno este fin de semana heee—me dice mi supervisor  en Jefe estrella, que si el mundo fuera justo todos tendrían un jefe como él.
—Algo Mau, ya sabes bellakeo hasta el suelo—Le digo golpeando su hombro
El ríe
—Si ya me imagino, no tengo pruebas pero tampoco dudas— dice en tono dramatico

—Vayaaaa pero a alguien le fue mejor—digo sonriendo y señalando a Dennise mi compañera que duerme sobre su escritorio y un montón de documentos
—Es lo de hoy Jovencita, también deberías conseguirte alguien que te deje así—Dice Mauricio con su voz de locutor

—Vamos viendo, vamos viendo, pero luego no te quejes si no sacamos el trabajo— le digo divertida

En mi escritorio ya tengo muchos permisos que autorizar, y es que de acuerdo a las normas mexicanas de seguridad en este recinto portuario nadie puede usar siquiera un encendedor sin autorización previa firmada por un supervisor, quien analiza que no haya riesgos ni peligros... A veces es agobiante y fastidioso que los trámites de permisos sean más tardado que la acción a realizar, pero teniendo en cuenta que tenemos contenedores y silos llenos de hidrocarburos, conductos de Gas y químicos altamente peligrosos ya no suena tan fastidioso tomar precauciones.
Además hay muchas empresas más de logística y transporte, de exportación e importaciones, así que no queremos que por un descuido imprudente todos volemos en mil pedazos por una simple chispa.

Desde AltamarWhere stories live. Discover now