Huracán

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Mi alarma suena sacándome de mis pensamientos, me estiró para tomar mi móvil sobre el buró y apagar ese sonido que de unos días a la fecha se me hace incómodo.

Tengo algunas notificaciones pero no es momento para revisarlas, me levanto y me dirijo al baño para cepillarme los dientes y tomar un baño.

La verdad es que es divertido atravesar en la madrugada hasta mi edificio pero se me hace un poco desconsiderado para Christian, al final está en sus días de descanso, ya mucho hace llevandome al trabajo, claro una decisión que el tomo pues yo nunca se lo pedí.

Observo el tocador del lavabo, entiendo que alguien más ayuda con la limpieza de este departamento pero definitivamente Christian es muy ordenado, siempre deja las cosas en su lugar se fija hasta en los detalles mas minimos y eso me divierte y me frikea a partes iguales.

Mientras no sea un psicópata Kailani
¿Y si limpia todo porque está acostumbrado a limpiar sus escenas del crimen?

Ay por Dios amiga ya deja de ver tanta serie de asesinos y gente perturbada

Después de la ducha me observo con cuidado en el espejo.

Mis ojos están un poco hinchados porque he llorado más de lo habitual, busco en mi mochila un gel que suelo utilizar para el contorno de ojos y que no se note si he dormido 3 o 8 horas.

Estoy en eso cuando escucho unos pasos acercarse y mi cuerpo se tensa de pronto.

—Hola nena—me dice Christian pasando su mano por mi cintura mientras toma su cepillo de dientes.

Su rostro está agotado, su reflejo es cansando y eso me preocupa porque todos sabemos que el cansancio físico es un enemigo, que no reacciona de la mejor manera a las circunstancias.

Salgo del cuarto de baño antes de que me empiece a parecer raro que los dos estemos en él.

Estoy agotada por todo lo de anoche, me doy 5 minutos para acostarme y sentir la comodidad de esta cama tan blanda antes de que sea hora de salir.

—alguien no quiere ir a trabajar— dice la silueta que está parada en el marco de la puerta
—ese alguien debería de aceptar que la mantengan y pararse a desayunar a las 10 am— digo estirando mi cuerpo mientras escucho una risa baja de él

Se acerca y toma su móvil, mientras yo me coloco una almohada en el rostro.

Uno
Dos
Tres

—No se cómo puedes dormir así ¿ No sientes que te ahogas?—Digo retirando la almohada y buscándolo con la mirada

Su rostro está un poco desencajado y su ceño fruncido mientras ve la pantalla del móvil

—¿Que... Que pasa?—Digo reincorporándo mi cuerpo ya nervioso
—Revisa el grupo de incidentes Kai— mi alma cae a mis pies porque ese grupo solo puede significar algo y su mismo nombre dice que es.

Kalell
Kalell
Kalell
No Kailani Kalell no está en servicio ahora

¿Diego?
Tampoco, bajaron juntos.

Las manos me empiezan a sudar porque odio esta sensación
Enciendo mi móvil rápidamente y busco lo que me ha dicho.

El rostro de  un chico aparece en mi pantalla, mientras miles de mensajes de compañeros lo despiden.

Con tan solo 26 años a perdido la vida en una embarcación que náufrago en los estragos de un huracán en costas mexicanas.

Leo los mensajes que lo despiden como un héroe; un héroe que ya no estára más.

Desde AltamarWhere stories live. Discover now