Piratas

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Ha pasado poco más de una hora y Christian sigue dormido, dicen que siempre que dormimos soñamos, me preguntó que pasa por su mente en este momento.

Luce tan tranquilo, nunca lo había visto así con tanta paz, presto atención a sus tatuajes.

Una brújula con la rosa de los vientos se tiñe en la parte superior de su bíceps, junto a un reloj con números romanos seguidos por unas figuras tribales.

No sé si se relacionen entre si, supongo que si porque un tatuaje debe significar mucho para quien se lo traza en la piel, yo me hecho tatuajes con henna, duran unos meses y los puedes  retirar, no se si algun dia me haga un tatuaje permanente pero si se que si lo hago debe ser algo muy especial que quiera llevar toda la vida.

Mientras tanto converso con las chicas acosadoras, ya que hay muchas noticias que merecen nuestra atención.

—Se llama Edward y me ha mandado un mensaje después de tanto tiempo—Escribe Carly
—¿Es tu ex, tu amigo?
—es complicado, pero no sé si responder
—Conteste Catalina ja,ja,ja— escribe Sofía
—¿Y el dónde está?—pregunta Gabriela
—En Estados Unidos se fue hace dos años, eramos buenos amigos y todo cambio.

Llámenme loca pero aunque sean mensajes escritos presiento que a Carly le ha afectado que este chico aparezca de la nada de nuevo, y eso solo tiene una explicación...

Preguntas sin respuestas, conversaciones pendientes, dudas abrumadoras...

En resumen un pasado que no se ha olvidado, un ciclo que no se ha cerrado y tal vez una herida que no a sanado.

De esas puertas sin cerrar, hay que tener mucho cuidado porque dejan entrar vientos sin previo aviso dejándonos más aturdidos que antes.

Pienso en Carly, es una chica preciosa digna representante de Venezuela, sus rasgos físicos dicen Latinoamérica en todas partes, su cabello es rizado y oscuro, tiene una figura delgada con curvas más que evidentes y sus facciones son muy marcadas, ojos expresivos y labios gruesos enmarcan su rostro coqueto.

Nos a contado su historia, y ese día supe que hay batallas que ni siquiera pasan por nuestra mente...

—¿En que piensas?— la voz ronca de Christian me hace pegar un brinco sobre la cama

—Me asustas—Digo inclinando mi rostro hacia él
—me quedé dormido— dice frotándose los ojos con pereza
—¿En serio? No me di cuenta—Digo divertida rascando su cabeza

El me sonríe y se gira abrazando mi cintura

—Estas muy cómoda para dormir—dice besando mi abdomen
—¿Gracias?
—Aunque eres aún mejor en otras cosas— dice levantando mi blusa
—Ay por Dios, a ver ya levantate que quiero ir al baño—digo moviendome y el ríe mientras se reincorpora

—¿Quieres que vayamos a comer? O pido algo— me pregunta mientras entro de nuevo a la habitación
—Creo que mejor pide, el viento a empezado a correr más fuerte— digo levantando la cortina de su ventanal y el toma su móvil

Afuera el viento corre moviendo los árboles, y un cielo gris y nublado a oscurecido el día

¿Se puede amar y odiar algo a la vez?

Yo diría que si, porque yo odio y amo este clima, lo odio cuando estoy sola porque me invaden sentimientos de soledad y tristeza, mi mente empieza a recordarme todo aquello que me esfuerzo por borrar, y el miedo constante de mi hermano en  medio del mar con este clima no me deja ni un segundo, y lo amo porque simplemente me encanta sentir el fresco, ver las hojas de los árboles caer por el viento y las gotas de lluvia marcar el cristal.

Desde AltamarWhere stories live. Discover now