~• Capítulo 26 •~

1.2K 145 39
                                    

Mazikeen

4 de marzo de 2016

Desperté con un gran dolor de cabeza. Me llevé las manos a las sienes, hacía mucho tiempo que no tenía migraña. Me he estresado demasiado con el suceso de anoche.

La luz del sol iluminaba la habitación. Levanto mi cuerpo viendo que Nickolay no había despertado aún. El efecto de la anestesia debió de irse hace muchas horas.

A lo mejor despertó y volvió a dormir, joder tenía que haberme quedado toda la noche despierta.

Paso las manos por mi cara. Luego le despertaré, necesito cambiarme.

Bajo las escaleras viendo todo vacío. María debe estar durmiendo aún. Miró de reojo la hora del reloj de mi pared, ¿cómo no iba a seguir durmiendo? Si son las seis de la mañana, por eso me duele tanto la cabeza, he dormido dos horas de milagro.

Me cambié a un pijama de enfermera, es lo más cómodo que puedo utilizar para cuidar de él. Me hice un café y me tomé una pastilla para la migraña, siento que la cabeza me va a estallar.

Subo otra vez a la habitación con Nickolay el cual seguía en el quitó sueño o eso quiero pensar.

Me quedo en pie poniéndome a trabajar, sobre todo hacer la ficha médica de él.

Entonces mi teléfono empezó a sonar. Giré mis ojos viendo que era mi padre, era sospechoso. Él nunca despierta a esta hora. Algo estaba pasando.

Descolgué poniendo el altavoz, no hizo falta que dijera nada para que empezará a gritarme, —¡¿Se puede saber qué es lo que echo?! ¡Me voy a cagar en tu puto padre adoptivo!

Puse los ojos en blanco, —eres tú, listo.

— ¡Me importa una mierda! ¡Le has roto todos los huesos del cuerpo a Damon Petrov! ¡¿Sabes lo que nos va a caer?!

— Más bien te corrijo, a mí. A ti no te van a tocar.

— ¡Así que lo admites! ¡Me he incluido porque sus padres y su abuelo han venido aquí buscándonos! ¡Me acabas de meter en un problema muy gordo!

— Podrías dejar de gritar, te escucho perfectamente. Ah dile a los Petrov que vengan aquí y se enfrenten a mí, la causante de dejar en una camilla al rey hijo de puta, —no le dejé seguir hablando porque colgué.

No me van a estar tocándome el coño. Debí dejar que muriera de dolor, pero no lo hice por él, por la persona que tengo justo enfrente.

Unos pasos que subían por las escaleras me alertaron, pero cuando vi a María me calmé, —uf, pensaba que eras otra persona.

— ¿Quién crees que iba a ser?, —pregunta frotándose los ojos.

— Nadie, pensaba que estabas durmiendo aún, es muy temprano.

— No podía dormir después de lo que le pasó a este hombre.

— Se llama Nickolay, es el hermano menor del rey de la mafia.

— Ya decía yo que se parecían

No se parecen, Nick es más guapo.

— Sí, un poco.

— ¿Te has quedado toda la noche despierta?

— No, he dormido un par de horas. Bueno es como si me hubiera quedado toda la noche despierta, —digo a la vez que me recogía el cabello con una pinza.

Me estaba preocupando porque el no despertaba. Tengo que despertarle.

Me acerco a él y le sacudo un poco, — Nick, despierta, es hora de levantarse. — No abría los ojos. Nada.

Amor perverso [#II Saga emperadores de la mafia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora