~• Capítulo 47 •~

632 73 24
                                    

Maratón 4/5

Nickolay

El serbio al casi recibir la bala me mira como si fuera a matarme con la mirada, —¿Qué cojones acabas de hacer?

Mi primo se levanta viendo que todos los hombres de él nos apuntaban con pistolas, —¡te dije que te controlaras!

— ¡No pienso controlarme con este cabron hijo de puta! ¡Primero a mi hermana y luego...! — Gruño con fuerza.

— Dilo, Petrov. Dilo. — Me mira sádicamente. Frunzo más fuerte el ceño y doy un paso adelante escucho como todos sus hombres quitan la seguridad de sus pistolas. — Vuestras esposas.

Mi primo no sabe nada de que estoy casado y él no se casa hasta dentro de dos meses. — ¿Esposa? Ninguno de los dos estamos casados.

— Oh, Petrov, su primo sí.

Nickolay, ¿eso es verdad?, —no se podía creer las palabras del serbio, así que necesitaba que saliera de mi boca.

Yo me cago en los traidores y en toda su puta madre. — Sí, estoy casado desde hace semanas, ¿contento, serbio de mierda?

Nickolay, baja la pistola.

— ¡No! ¡Serbio, con esto te declaro la guerra hijo de puta, ni con mi hermana ni mi esposa!

Estoy a punto de volver a apretar el gatillo, pero mi primo me rodea la cintura con el brazo y me tira al suelo, en ese instante empiezan los disparos de nuestros hombres y los suyos.

Nos escondemos detrás de las sillas, —la has cagado, pero bien, Nickolay.

— Me importa una mierda, Iván. También quería a tu esposa si quieres que te recuerde lo que casi suelta por su bonita boca.

Gruñe sin decir nada. Tarde o temprano se iba a dar cuenta de que es un puto gilipollas, —tenemos que salir de aquí de alguna manera.

Saca su pistola. Me sale una sonrisa maquiavélica imaginándome una masacre, partirle a cada uno el cuello.

Muevo mi brazo al hueco de las sillas y empiezo a disparar. Me posiciono de rodillas poco a poco retirándome y disparando para que no me llegará ninguna bala hasta llegar a la puerta.

Mi primo imita mi acción y salimos por la puerta corriendo, —¡no huyan, Petrov! — Grita Goran disparando a nuestra dirección sin darnos ni una.

Salimos del local sin parar de correr hasta los coches. — ¿Qué vas a hacer? — Me pregunta antes de meterme en el coche.

— Qué me voy a quedar en tu mansión una temporada, en la mía no estoy muy seguro.

Veo como pone los ojos en blanco, —está bien.

Entra en el coche a la misma vez que yo. Nos vamos a toda velocidad siendo perseguidos por los serbios.

Abro la ventanilla disparando hacía atrás justo a las ruedas haciendo que paren y no nos sigan. No tengo una gran puntería, se ha visto al dispararle a él casi en la cabeza, pero cuando me lo propongo de verdad tengo una gran puntería.

Amor perverso [#II Saga emperadores de la mafia]Where stories live. Discover now