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Narrador omnisciente:

Privet Drive..

Harry Potter, hablar de Harry era hablar de alguien profundamente necesitado de amor.

Habían pasado diez años desde que había sido dejado en la puerta de los Dursley, diez años donde lo han maltratado a más no poder.

…¿Estaba harto de eso?, si, Harry deseaba con el alma poder irse de la casa de sus tíos y ser un niño normal, poder jugar y no preocuparse por hacer desayuno ni nada a lo que lo tienen sometido.

—  ¡Vamos, levántate!, ¡Es hora!, ¡A levantarse! – Harry se despertó en un sobresalto al escuchar como su tía golpeaba la puerta en la alacena dónde dormía.

El castaño se sentó en el pequeño colchón viejo y duro que había en el pequeño espacio.

— Vamos, primo, levántate – escuchó a su primo Duddley desde la puerta – iremos al Zoológico.

¡Es cierto, hoy es el cumpleaños de Duddley!, exclamó y pensó Harry en su mente.

Con pesadez logró pararse de ahí e ir a la cocina, donde Petunia lo dejó encargado del beicon para el desayuno.

— Ya, ya, ya – le dijo Petunia – sirve el desayuno, anda.

Harry le sirvió el desayuno a sus tíos y primos.

— Hoy, celebraremos en grande el cumpleaños de nuestro pequeño Duddley –  dijo Petunia emocionada y Harry rodó los ojos –  apurate, niño.

Ya en el zoológico los Dursley junto a Harry, claro, estuvieron viendo a las jirafas, que para Harry tenían un gran parecido a su tía, y a las morsas que se parecían a su tío

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Ya en el zoológico los Dursley junto a Harry, claro, estuvieron viendo a las jirafas, que para Harry tenían un gran parecido a su tía, y a las morsas que se parecían a su tío.

Después de pasar por varias vitrinas, todos llegaron a la de una serpiente.

— ¡Haz que se mueva! – le exigió Duddley a Vernon.

— ¡Muévete! – exclamó el hombre golpeando el cristal de la vitrina.

— ¡Muévete! – gritó Duddley siguiendo a su padre.

— ¡Está dormida! – les dijo Harry con obviedad y ellos se fueron, dejándolo solo – debes de estar aburrida de estar aquí – la serpiente conscientemente señaló al pequeño letrero que estaba dentro de la vitrina « Criada en cautiverio » – Oh, entiendo, yo tampoco conocí a mis padres - mencionó con algo de tristeza.

— ¡Mamá, papá, miren! – llegó Duddley y empujó a Harry, el castaño al recibir el impacto del empujón miró a su primo con algo de odio.

Pero, todo pasó tan rápido que Harry no supo como, pero su primo terminó dentro de la vitrina y la serpiente escapó.

Gracias – siseó la serpiente y él la miró impresionado.

Riendo un poco Harry notó la mirada de su tío. Y ya presentía que al llegar a casa nada iba a estar bien.

— ¡Mira, papá! – exclamó Duddley – ¡Harry tiene una carta!

—  Suéltame, es mía – dijo Harry forcejeando con él – ¡dámela!

— Haber, dámela, Duddley – le dijo Vernon, y él y Petunia comenzaron a leer, dándose miradas cómplices negaron con la cabeza.

— Esto debe ser una mal chiste, de ese hombre – mencionó Petunia incrédula – él sabe que íbamos a alejarlo de todo ese mundo.

— ¿De que hablas, tía? – preguntó Harry – ¿qué pasa?, ¿a que hombre te refieres?

— A nadie – contestó ella – y deja de tanto preguntar, Harry.

El tema quedó hay y día tras días llegaba una lechuza diferente, hasta que un domingo Vernon Dursley tan molesto por la atros cantidad de cartas que inundó la casa decidió que debían irse a una casa en medio del mar.

Un hombre gigante llamado: Rubius Hagrid llegó en busca de Harry, dándole por fin la oportunidad de conocer su verdad.

¡Soy un mago!, pensó Harry.

Y por fin pudo leer la carta.

Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería:

“Estimado señor Potter, tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio hogwarts de magia y hechicería.

Por favor observe la lista del equipo y los libros necesarios,  las clases comienzan el 01 de septiembre esperamos su lechuza antes del 31 de julio.”

Cordialmente, Profesora M. Mcgonagall

El niño quedó impresionado, él podría ir al lugar donde sus padres se conocieron.

Podría conocer el mundo mágico.

Los Elegidos  || Harco Where stories live. Discover now