Los Elegidos || Harco

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Narrador omnisciente:

La madriguera, 20 de agosto 1995..

Harry lo podía escuchar...

Harry podía escuchar como Draco estaba fundido en un llanto terrible, como gritaba y golpeaba la pared.

Digorry, había ido a terminar con él, y a presumirle la chica con la que tenía una relación desde verano del 93, era Cho Chang, una chica de Ravenclaw.

Potter debía de admitir que si sentía algo de pena por Draco.

— ¡TE ODIO!, ¡ERES UN DESGRACIADO CEDRIC DIGORRY! – decía Draco entre sollozos – …te amo...¿por qué me...me dañaste?

Ante esta pregunta, Malfoy por primera vez se cuestionó su relación con Cedric. Todas las manipulaciones que éste le había estado haciendo, y aún, sabiendo esto; no lo puede sacar de su corazón.

— …ella sabia que él sabía... qué algún día pasaría...qué vendría a buscarla con sus flores amarillas – cantó el rubio en voz baja con una pequeña sonrisa al recordar ese momento dónde Cedric le regaló sus flores favoritas – …¿cómo podría dejarte de amar, Cedric?...

Hermione Granger siempre se había caracterizado por ser alguien inteligente...y algo vengativa, si, vengativa. Apenas la castaña se enteró sobre la humillación que Digorry le hizo a Draco corrió hacia su casa con Fred, George, Ginny, Harry y Ron detrás.

— ¿Qué necesitas, Granger? – le preguntó Cedric, mientras abría la puerta de su casa – si es por lo del rubio..

— ¡Tú eres una sucia y asquerosa cucaracha! – dijo ella y puso su varita en el cuello de Digorry, que tragó saliva.

— ¡Hermione, no! – exclamó Fred – él no vale la pena, nena.

Con una mirada desafiante la castaña quitó su varita del cuello de Digorry y se volvió hacia los chicos.

— ¿Es una estúpida, cierto? – dijo Digorry a uno de sus amigos, Ernie Mcmillan mientras él y los otros reían – es igual a Dra..

Ni bien Cedric pudo decir el nombre de Malfoy, cuando el puño de Hermione se estampó en su rostro y lo pegó a la pared.

Acercándose al oído del chico, Hermione, inquirió:

— Si te vuelves acercar a él, no lo pensaré ni un segundo el matarte o golpearte nuevamente, Digorry – amenazó y Fred sonrió orgulloso, pues estaba a su lado – Draco vale muchísimo para tí e incluso; para cualquiera. Vámonos.

Los Weasley, Draco y Hermione habían asistido al campeonato mundial de Quidditch. Dónde hubo un ataque de Los Mortifagos, los seguidores de Voldermort. Alguien había conjurado la marca tenebrosa.

— Fue horrible, Molly – dijo el señor Weasley –…Draco y Harry quedaron desmayados de tal bullicio y gentío que había corriendo.

— Por la barba de merlín – dijo Molly – no me imagino si les hubiese pasado algo.

— Sentí como algo se hundía en mi pecho al no ver a Draco a mi lado – habló Hermione, Fred estaba abrazándola por la cintura, ella estaba temblando – …pensé, creo, lo peor.

— Pero, estoy bien, todos lo estamos – dijo Draco y la  Ginny le sonrió.

Después de esa plática todos se fueron a dormir, Harry se había quedado con Ron tomando algo de chocolate caliente, pero su cicatriz le punzó con tal dolor que la taza se le cayó de las manos.

— ¿Estás bien, Harry? – le preguntó Ron inquieto.

— Ah, si, no es nada Ron – trató de tranquilizarlo – mejor vamos a dormir..

— ¿Colagusano....haz encontrado algo más del chico? – preguntó la fría voz de la última vez.

—  Mi lord, se me ha hecho muy difícil... él no ha dejado rastros – contestó Pettigrew con voz temblorosa.

— ¡No es que haya rastros, es una orden el ir a buscarlo, Colagusano! – exclamó con molestia y Pettigrew se encogió en su lugar.

— Pero...pero mi lord – trató de explicarse.

— ¡Mi lord nada! – gritó – ¡a quienes debes buscar es a Draco Malfoy y Harry Potter, incompetente!, ¡ellos deben morir, nunca debieron existir!

Tanto Draco y Harry se despertaron sobresaltados.

— Voldermort...