Los Elegidos || Harco

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Narrador omnisciente: 

Los chicos de Gryffindor y Hufflepuff iban a su primer clase de Defensa contra las artes oscuras del nuevo profesor Alastor "ojo loco" Moody. 

Neville se había retrasado por estar hablando con Theo. Malfoy intuía que entre ellos había algo, más no le comentó nada a Hermione. 

— Cielos, agradezco que Digorry no esté en nuestro mismo año – mencionó el rubio y Hermione estuvo de acuerdo. 

— Es la gloria eterna, Harry – escucharon la voz de Weasley – a mi me encantaría poder tenerla... 

— Pues a mí no, Ron – le dijo Harry, parecía que estaba buscando algo o mejor dicho a alguien – ¿dónde diablos está Neville? 

Ron alzó los brazos en señal de no saber y ambos tomaron asiento justo en frente de Malfoy y Granger. 

— Fred me invitó a tomar cervezas de mantequilla el sábado, ¿vienes con nosotros? – habló Hermione. 

— Puede que sí..no sé, desde que Cedric terminó conmigo no tengo ánimos de nada, Herms – dijo Draco triste. 

— Ay, Dray – Granger dió un suspiro – debes de dejar de pensar en ese tonto de Cedric Digorry. Tú vales mucho....eres guapo, y...creo que cierto búlgaro está flechado por tí. 

Esto último ganó el desconcierto de Ron, un sonrojo por parte de Draco y un creciente calor en el pecho de Harry. 

— Ay, cállate, Hermione – dijo Malfoy y rieron. 

— ¿Qué?, es la verdad – Draco negó y rieron aún más fuerte – sólo basta con ver como te mira. 

La clase fue divertida, tensa y algo triste, ojo loco les mostró los maleficios imperdonables, Neville había sufrido un poco al ver como una araña que tenían como ejemplo lloraba del dolor ante el maleficio cruciatus. 

— Pobre Neville – dijo Harry mientras él y Ron bajaban las escaleras – ¿viste su rostro? 

— Si...– dijo Ron y observó como al final de las escaleras estaban Theo y Neville abrazados. Y Pansy estaba a su lado con una mirada preocupada. 

— Cálmate, Nev...– le dijo Theo y Neville asistió sollozante – si muestras debilidad eso hará que los Hufflepuff se aprovechen para molestarte... 

— Theo tiene razón, mejor cálmate y vamos a comer – propuso Pansy, y Ron y Harry llegaron junto a ellos. 

— ¿Estás bien, Neville? – preguntó al unísono y éste asintió. 

La noche ya había caído y todos estaban en el salón donde permanecía el cáliz de fuego. Draco y Hermione con libros en mano, Harry y los chicos parados cerca del cáliz, y los demás en algunas esquinas. 

— Vamos, tú puedes Cedric – se escuchó y Malfoy apartó su mirada del libro y la posó en el antes nombrado, Digorry podría su nombre en el cáliz. 

Con orgullo Digorry introdujo su pedazo de pergamino en el cáliz de fuego. 

— Espero que su orgullo se vaya por la vereda – habló Hermione – merece una decepción luego de todo lo que te hizo. 

— Ay, que mala eres – dijo Malfoy – por cierto, ¿dónde están Fred y George? 

Hermione siquiera tuvo que responder cuando los gemelos llegaron con dos frascos llenos de poción rejuveneciente y si prestar mucha atención a Hermione; se la tomaron. 

Cruzando el círculo que los mantenía alegados del cáliz de fuego, los chicos celebraron e incluso Hermione no se la podía creer. Pero, rápidamente cayeron lejos del objeto y cuando se levantaron se dieron cuenta de las barbas que tenían ¡eran como unos jóvenes ancianos! 

— ¡Freddy! – exclamó Hermione y fue dónde su novio – ¿estás bien?, te vez algo....viejo. 

Fred asintió y saliendo hacia la enfermería junto a George, desaparecieron de la vista de todos. 

— Debes de admitir...que se le veía bien la barba, Granger – dijo Blaise y junto a todos salieron hacia el gran comedor – lástima que se perderán la selección. 

— No lo creo – habló Lee Jordan cuando logró ver como los gemelos regresaban con otra poción en manos y unas sonrisas de oreja a oreja. 

— ¿Qué hacen aquí?, ¿no se supone que deben estar en la enfermería? –  preguntó Draco con una mirada inquisidora.

— Madame Pomfrey nos dejó volver, nos dió esto, dijo que volveremos a ser tal y como éramos – explicaron y entraron al gran comedor. 

Después de una larga cena, por fin Dumbledore diría quienes serían los tres campeones del torneo. 

Esperando a que el cáliz de fuego diera los nombres, Dumbledore dió un pequeño discurso. 

—  El campeón de Durmstrang es el señor...¡Viktor Krum! – todos en el gran comedor aplaudieron – felicidades, señor Krum. Ahora bien, la campeona de Beauxbatons es la señorita...¡Fleur de la cour! – la nombrada dió una sonrisa de labios cerrados y se fue junto a Krum – y por último; el campeón de  Hogwarts es el señor...¡Cedric Digorry!

Todos, excepto Draco, Hermione, Lee, Blaise y los gemelos, aplaudieron con emoción y el castaño salió prácticamente volando de lo tan feliz que estaba. 

Dumbledore se alejó e iba a salir del lugar, cuando Snape notó como el cáliz volvía a prenderse en fuego, entonces; el viejo se volvió hacia la copa y dos pergaminos salieron de éste. 

— Harry Potter y Draco Malfoy – murmuró – ¡Harry Potter y Draco Malfoy! 

Todo, absolutamente todo el lugar guardó silencio. Hagrid negó al escuchar el nombre de los chicos y Hermione miró preocupada a su mejor amigo. 

— Debes ir...– le susurró y Malfoy junto a Potter se pararon y, caminaron hacia Dumbledore. Draco miró a Snape con las lágrimas a punto de salir. 

Ahora, el torneo de los tres magos sería de cinco...