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Narrador omnisciente:

Privet Drive, 12 de agosto 1992..

El cumpleaños de Harry no fue nada agradable, el de lentes no había recibido una sola carta de parte de Ron, Pansy, Theo o Neville. Bueno, en todo el verano.

Los Dursley tenían una cena muy importante para Vernon, y Harry la había "arruinado" aunque quién lo hizo fue un elfo doméstico llamado; Dobby.

Harry había estado encerrado durante más de diez dias, su cumpleaños siendo un treinta y uno de julio fue un martirio, como cada año.

Ahora, Harry estaba encaramándose en la ventana de su habitación, que en realidad era de Duddley, pues, un ruido lo había espantando a él y Hedwig, y quedó sorprendido viendo a quiénes estaban ahí.

— ¡Ron! – exclamó y terminó de abrir su ventana para hablar a través de la reja, que tío Vernon le había puesto – Ron..¿cómo has logrado…?, ¿qué…?

Harry quedó boquiabierto al darse cuenta de lo que veía, Ron sacaba la cabeza por la ventanilla trasera de un viejo auto de color azul turquesa que estaba detenido, ¡ni más ni menos que en el aire!, sonriéndole a Harry en los asientos delanteros estaban Fred y George.

— ¿Todo bien, Harry? – preguntó Fred.

— ¿Qué ha pasado? – preguntó Ron – ¿porque no has contestado mis cartas?, te he pedido unas doce veces que vengas a pasar unos días en mi casa, y papá llegó  diciendo que habías recibido un apercibimiento oficial por usar magia frente a los muggles.

— No fui yo, pero, ¿cómo se enteró? – dijo Harry.

— Trabaja en el ministerio – explicó Ron – sabes que no podemos hacer ningún conjuro fuera del colegio – la mirada burlesca de Harry hacia él y el auto, lo hizo sentirse juzgado –  sólo lo hemos cogido prestado, es de mi padre, nosotros no lo hemos encantado, pero hacer magia delante de esos muggles con los que vives...

— No lo he hecho yo – repitió Harry – mira, puedes decir en Hogwarts que los Dursley me tienen encerrado.

— Deja de decir tonterías – dijo Ron – para eso estamos aquí, hemos venido para llevarte a casa con nosotros.

Los gemelos habían entrado a casa de los Dursley para buscar todas las cosas de Harry, puesto que; tío Vernon las había encerrado bajo llave.

El hombre con aspecto de morsa, hizo todo lo imposible para que Harry no se fuera, pero, de igual forma Potter lo logró.

— Por un momento pensé que no saldría de ahí – dijo Harry en un suspiro – tío Vernon casi no me deja. Pero, olvidando eso, ¿qué hay de contar?

— Malfoy – dijo Ron – está desde hace dos meses en nuestra casa.

— ¿Malfoy? – dijo Harry – ¿y que hace allá?

— Nosotros lo invitamos – dijeron los gemelos.

— Oigan…ustedes saben algo sobre los padres de Malfoy – preguntó Potter.

— Si – contestaron – Lucius Malfoy fue un fiel partidario de quién-tu-sabes, pero, la noche esa donde lo venciste, él y tú padre pues...fueron encontrados muertos en el mismo lugar – explicó George.

— Su madre, también murió defendiéndolo – agregó Fred – de ella no se sabe mucho, sólo que es perteneciente a la familia más respetadas por todo el mundo mágico; la familia Black, oh, y que era una reconocida diseñadora de modas. Por lo menos eso fue lo que le dijo Hermione a Draco.

Harry no podía creer la gran similitud que Draco y él tenían, pues, apesar de que Lily Potter no fue diseñadora de modas como Narcissa, murió defendiéndolo, y el ahora saber que Lucius y James, su padre, habían muerto juntos fue algo que lo dejó estupefacto.

Los Elegidos  || Harco Where stories live. Discover now