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Narrador omnisciente:

El verano terminó más rápido de lo que Harry habría querido. Estaba algo molesto, ya que, según él; Draco le arruinó sus últimas dos semanas de vacaciones.

Cosa que para nada es cierta.

El ojiverde se sentía o pensaba de esa manera, pues, Malfoy pasaba mucho tiempo con Cedric Digorry.

Ron le había metido ideas estúpidas en la cabeza.

Qué si Malfoy era gay, qué no era más que un horrible dramático, que era un oportunista y muchas cosas más; dijo Weasley.

Por esta misma razón, Harry duró las últimas dos semanas espiando a Draco, él estaba seguro de que Ron le dijo la verdad.

— Harry – lo llamó Ron – despierta, mamá dice que llegaremos tarde a King's Cross.

El miope se paró de la cama entre quejas, y se fue hacia el baño para luego ponerse su ropa y tomar su baúl. Los Weasley, y Draco, estaban muy apurados, por lo que; no desayunaron y fueron rápido al auto.

Molly miró hacía  los asientos traseros del auto, dónde; Fred, George, Percy, Draco y Harry. Se veían bastante cómodos.

— ¿Tienen todo niños? – preguntó Molly y todos asintieron – ¿seguros?, vaya, los muggles saben más de lo que parecen, ¿verdad?

Molly y Ginny iban en el asiento delantero, la mujer no sabía nada sobre los arreglos que Arthur le había hecho al auto.

— Si, señora – respondieron todos.

A Draco apenas le había dado tiempo a
preguntarse cuándo volvería a ver a Molly, cuando tuvieron que dar la vuelta, porque a George se le había olvidado su caja de bengalas del doctor
Filibuster.

Cinco minutos después, el auto tuvo que detenerse en el corral para que Fred pudiera entrar a coger su escoba. Y cuando ya estaban en la autopista, Ginny gritó que se había olvidado su diario y tuvieron que
retroceder otra vez. Cuando Ginny subió al auto, después de recoger el diario, llevaban muchísimo retraso y los ánimos estaban alterados.

El señor Weasley miró primero su reloj y luego a su mujer.

— Molly…– le dijo.

— No, Arthur – contestó ella sabiendo a que se refería.

— Nadie nos verá – dijo él – este botón de aquí es un accionador de invisibilidad que he instalado.

Por más que explicó, Molly no aceptó a lo que llegaron sólo faltando diez minutos para que el tren partiera. El señor Weasley corrió rápidamente con los baúles y demás cosas de los chicos, hasta llegar a la entrada que daba justo al andén 9¾.

— Percy, tú primero – indicó y el chico corrió hasta desaparecer – Fred, George ahora ustedes, vamos rápido – los gemelos siguieron el mismo ejemplo que Percy y entonces Molly y Arthur tomaron a la niña.

— Nosotros pasaremos con Ginny, ustedes tres nos siguen – dijo Molly, hacía Ron, Draco y Harry. Y en un abrír y cerrar de ojos no estaban.

— Vamos juntos, no nos queda tiempo – les dijo Ron.

Tanto Harry como Draco se aseguraron que las jaulas de Mirr y Hedwig estuviesen bien aseguradas. Los chicos se inclinaron y corrieron a dirección de la barrera, pero, oh..un golpe en seco los detuvo.

Los tres carritos chocaron contra la barrera y rebotaron, el baúl de Ron saltó y se estrelló contra el suelo, Harry se cayó y su frente chocó con la de Draco y, las jaulas de Mirr y Hedwig salieron rodando con las lechuzas dando unos terribles chillidos.

Los Elegidos  || Harco Where stories live. Discover now