Narrador omnisciente:
Los niños se adentraron a la tienda y buscaron entre el motón de gente a los Weasley, y los padres de Hermione.
— ¡Qué bien, ya están aquí! – exclamó Molly – enseguida nos tocará.
— Señora Weasley – llamó Harry – ¿cuando terminará esto? – ella lo miró con confusión – la firma de libros y todo.
— Cuando llegue su momento, cariño – contestó.
A medida que la fila iba avanzando, podían ver muchísimo mejor a Gilderoy Lockhart.
Estaba sentado en una mesa, rodeado de grandes fotografías con su rostro, fotografías en las que guiñaba un ojo y exhibía su deslumbrante dentadura.
El Lockhart de carne y hueso vestía una túnica de color añil, que combinaba perfectamente con sus ojos; llevaba su sombrero puntiagudo de mago desenfadadamente ladeado sobre el pelo ondulado.
— Fuera de aquí – gruñó uno de los fotógrafos a Ron – es para el diario el profeta.
— Vaya cosa – exclamó Ron, quejándose por la pisada que el hombre le dió a una de sus pies.
Lockhart lo escuchó y miró con interés hacia los Weasley, percatándose de la presencia de Harry.
— No puede ser – dijo él parándose de su asiento – Harry Potter..
Las personas quedaron sorprendidas al escuchar el nombre de Potter, Lockhart fue hacía Harry y cogiéndolo del brazo lo llevó hacia delante.
— ¿No es incómodo esto, Herms? – preguntó Draco.
— Creo – dijo ella – …no sé.
Malfoy prestó atención al frente, y pudo ver lo ruborizado que estaba Harry.. Lockhart le había estrechado la mano.
— Y ahora sonríe, Harry – indicó Lockhart sonriendo con su encantadora sonrisa – tú y yo nos merecemos la primera plana del profeta.
Cuando las fotos fueron tomadas, Harry quiso volver con los Weasley, pero, Lockhart lo detuvo.
— Señoras y caballeros – dijo en voz alta – ¡éste es un gran momento!, ¡el momento indicado para darles una gran noticia!, cuando el joven Harry Potter entró hoy a Flourish y Blotts; sólo pensaba en comprar mi autobiografía, que estaré muy contento de regalarle – las personas aplaudieron – él no sabía – prosiguió – pero, él y sus compañeros del colegio, contarán con mi presencia, ¡si señoras y caballeros, tengo el placer y el orgullo de anunciarles que seré el nuevo profesor de DCAO en el colegio hogwarts de magia y hechicería!
Harry terminó dándole sus libros a Ginny, quien no pudo evitar sonrojarse. Justo cuando iban a salir de la tienda alguien se interpuso en el camino, era el señor Nott, quién durante toda la conversación, para nada agradable de hecho; tuvo una actitud misteriosa.
— Qué bien se siente estar en casa – dijo Ron apenas llegaron y se tumbó en un sofá.
— Ronald – le dijo la señora Weasley – debes ordenar tú cuarto, cariño, recuerda que Harry durmió con Percy anoche, pero; quedamos que sería contigo y Draco.
Ron se quejó, pero igual fue hacía su habitación.
Hermione había querido quedarse y, aunque suplicó mil veces sus padres no cedieron ante sus súplicas.
— Fue increíble – dijo Fred – hubieses visto todos los objetos de broma que tenía la tienda.
— Será para la próxima – contestó Draco ordenando su baúl – realmente me moría por ver a Hermione.
— Yo igual – dijo nuevamente el Weasley – pero…no pude hablar con ella…
— Verás que si lo harás, Freddy – habló George.
Harry que era el único que estaba solo se unió a los gemelos y Draco, sentándose al lado de éste último.
— Oh, miren, pero si es Potty – dijeron los gemelos, y Harry rió.
— ¿Cómo se sintió estar al lado de Lockhart? – preguntó Percy, que, por primera vez no estaba encerrado en su habitación.
— Extraño… – respondió Harry algo dudoso – no sé qué las brujas le ven.
—…Totalmente de acuerdo – dijo Draco – cielos, Hermione estaba embobada viéndolo.
Fred sintió algo extraño en su interior al escuchar esas palabras, pero, no le hizo caso y continuó prestando atención.
— Al fin terminé – dijo Ron con voz agitada – fue algo duro, pero lo logré.
Siendo sinceros, Draco no deseaba compartir habitación con Harry, aunque no decía nada, porque; él no era dueño de la habitación de Ron ni de la madriguera.
— Dragón… – la voz de Narcissa se escuchó y los chicos voltearon asustados.
— ¿Qué diablos? – dijo Ron, no sólo viendo a Narcissa, sino, también; a Lucius.
— Ellos son los fantasmas de mis padres, chicos – comentó Draco y fue hacia ellos – hola, mami, hola, papi.
— ¿Cómo te fue en el callejón diagon, amor? – preguntó Lucius.
¿Era acaso ese Lucius Malfoy?, ¿y actuando tan... suave?, pensó Molly.
— Me fue de maravilla, papi – contestó –…¿qué ustedes…?
— No, dragón – habló Narcissa – pero, eso te lo diremos más tarde, adiós, te amo.
Ambos se despidieron y desaparecieron, cuando Malfoy volvió hacia los demás pudo notar sus caras de miedo y espanto.
— Tranquilos...
YOU ARE READING
Los Elegidos || Harco
Fanfiction"Los únicos con el poder de derrotar al señor tenebroso se acercan...." Todos los personajes y el mundo de Harry no me pertenecen, todos los derechos a J.K Rowling.