31

224 29 70
                                    

Narrador omnisciente:

— ¿Potter? –  preguntó, y Stan y Ernie se miraron entre ellos con impresión – ¿qué haces aquí?, los Weasley están en Egipto.

— Eh, vine a quedarme hasta que regresemos a Hogwarts – contestó – eh, Stan puedes dejar el baúl ahí.

— Claro, señor Potter – dijo Ernie con emoción.

— Sabía que eras tú – mencionó Stan aún más emocionado que Ernie – nos vemos, Neville.

Draco que no entendía nada, miraba la escena con extrañeza, más no dijo nada. Y dejó a Harry pasar.

— ¿Ellos saben que te quedarás? – cuestionó caminando tras él, que subía a la habitación de Ron. Pero no recibió respuesta – contesta, Potter.

— Si, bueno, más o menos, Malfoy – dijo Harry – le envié mi lechuza a Ron junto a una carta...así que técnicamente lo saben...o al menos en unos días más.

— Okey, pues, has lo que quieras – dijo – yo iré a dormir, ya es tarde.

Cuando Draco salió y cerró la puerta, Harry dió un suspiro estaba jodido, lo expulsarían de Hogwarts, estaba seguro. Había hecho magia fuera del colegio siendo menor de edad y eso estaba prohibido.

— Genial – dijo – lo único que me faltaba era eso..

Al otro día cuando Harry se despertó y bajó a la cocina, Draco estaba desayunando mientras leía un libro de runas antiguas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al otro día cuando Harry se despertó y bajó a la cocina, Draco estaba desayunando mientras leía un libro de runas antiguas.

Harry buscó con su mirada y encontró lo que buscaba, desayuno. Malfoy le lanzó una mirada fugaz y siguió con su lectura. Durante un rato más mientras Harry pensaba en las consecuencias que podría recibir por inflar a Marge y desayunaba muy lentamente, Draco alzó su mirada y vio la hora.

— ¡Demonios! – exclamó y dejó su libro de lado – demonios, demonios, Cedric se va a enojar.

Harry lo miraba confundido y vio como el rubio se colocaba sus tenis rápidamente.

— Wow – dijo Harry – cálmate, Malfoy – se burló – Digorry no se morirá si llegas tarde.

— Cállate, Potter – el rubio frunció el ceño – tú no lo conoces, él debe estar muy enojado. Odia si las personas llegan tarde – dijo y tomó sus llaves, junto a unos cuantos galeones – volveré en unas horas, iré al pueblo. No desornes nada.

Dando un pequeño portazo, Draco se fue.

— Tí ni li cinicis – arremendó con molestia –  estúpido.

Potter odia el calor que sentía en su pecho, cuando se trataba de Malfoy y Digorry.

Aprovechando que Draco no estaba fue a su habitación y se puso a revisarla, dándose cuenta que Malfoy lo único que tenía eran libros y más libros. Bueno y unas cuantas fotos con Hermione, Blaise, Hagrid, los gemelos, Ginny y Cedric. Qué por cierto; las que tenía junto a Cedric estaban en el centro de un corazón.

Los Elegidos  || Harco Where stories live. Discover now