Los Elegidos || Harco

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Narrador omnisciente:

Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta, presentan: El Mapa Del Merodeador.

— ¿Ese es...? – dijo Harry.

— Dumbledore – dijo Fred – en su oficina.

— Cómo siempre – terminó George.

— Ese mapa nos ha ayudado bastante, Harry – mencionó Fred – para llegar a Hogsmeade hay siete pasadizos. Ahora bien, Filch conoce cuatro – los señaló.

— Entoces...¿se puede ver lo que hace cada persona? – los gemelos asintieron – es increíble.

— Lo sabemos – contestaron – ahora, es tiempo de que vayas a Hogsmeade, ¿no creés?

Honeydukes...

— Recuerdo cuando encontré los cuerpos de James y Malfoy – dijo Hagrid – de sus rostros chorreaba la sangre...tenían muchas heridas. Malfoy, él aún estaba con vida..y me dijo: busca a mi hijo – en ese momento, del rostro del semi gigante cayeron lágrimas – cuando llegué a la mansión de los Malfoy, encontré a mi pequeño rubiecito con algo de sangre en su rostro.. él lucia tan débil..su mamá está en la barandilla de su cuna, sus ojos lo miraban fijamente, ella también había sido golpeada en el rostro.

Mcgonagall sobó la espalda de Hagrid cuando éste se hundió en un llanto terrible, la señora Rosmerta, el profesor Flitwick y Cornelius Fudge lo miraron con pena. Pero, Hagrid con algo de calma siguió haciendo la historia.

— Yo..yo tomé a Draco y lo saqué de ahí – un sollozo atravesó la garganta de Draco, que junto a Potter estaban escuchando todo –…cuando Dumbledore me dijo que su tia, Andrómeda Tonks no quería hacerse cargo de él, le dije a Dumbledore que yo lo haría y él me dijo que no; que yo no podría. Y lo enviaron al orfanato – con esto Hagrid rompió en llanto nuevamente.

— Calma, Hagrid – le dijo Flitwick – ahora ustedes son amigos e inseparables.

Una risita salió del nombrado y se limpió las lágrimas.

— Tiene razón, profesor Flitwick – dijo Hagrid – ahora, mi rubiecito y yo somos muy amigos. Dumbledore me dijo que era tonto, pero, yo prometí protegerlo esa noche...se lo prometí a Lady Magic.

Un rato después, también hablaron de Harry...y él descubrió que Black era su padrino y había traicionado a sus padres.

Draco había pasado las últimas horas llorando, luego de escuchar la historia de la muerte de sus padres, y como Hagrid lo había sacado de su casa. El rubio fue dónde Cedric y le pidió regresar a Hogwarts. Y las cosas no fueron tan bien, como él pensó.

Tres horas antes...

— ¿Qué tienes? – le preguntó Cedric durante el camino hacia el castillo.

— Potter y yo... escuchamos a Hagrid hablar sobre...esa noche – contestó Draco – eh, y me hizo sentir triste.

— ¿Con Potter? – dijo – ¡¿qué te dije sobre Potter?!

Malfoy lo miró confundido.

— ¡¿Enserio te importa más Potter, que lo te estoy contando?! – dijo y Cedric asintió – ¡te estoy diciendo como me sentí respecto a la noche dónde mis padres fueron asesinados, Cedric!

— ¿A mí que diablos me importa? – Malfoy negó ante esto – si tus padres están muertos..es porque ellos quisieron, no por culpa de quién-tu-sabes.

Las semanas y meses fueron pasando, Harry había aprendido a conjurar un patronus con ayuda del profesor Lupin. Snape estaba siguiéndole los pasos he incluso; Lupin descubrió el mapa. Esa noche Harry había visto a Peter Pettigrew, el amigo de sus padres que Black asesinó, en el mapa y salió tras él.

Hablando de Snape, éste les había dado clases en sucesión del profesor Lupin, y habían trabajado en los licántropos. Hermione y Draco a raíz de esto descubrieron algo relacionado a Lupin.

— ¿De que querías hablar, Freddy? – dijo Hermione llegando a la cocina del colegio, aunque no se había fijado en nada – ¿Fred? – preguntó al no verlo, y sintió como le tapaban los ojos.

— ¿Estás lista para ver, Hermi? – susurró el pelirrojo y ella asintió, desvelando sus ojos, Granger pudo ver una mesa con velas y algunos de sus platillos favoritos – es todo para tí, nena.

La cena estaba pasando entre risas y chistes por parte de Fred, cuando...

— ¿Ves esa carta? – mencionó él – es tuya.

La castaña la tomó y abrió con sus ojos fijos en él, y leyó:

¿Es acaso un sueño lo que vivo cada que te veo?, ¿mis ojos realmente logran ver la inmensa belleza que tienes tanto por dentro como por fuera?, o ¿mis manos acaso logran tocar tú pelo que luce tan suave ante mis ojos?... Hermione Granger, el día que te conocí...creo, nunca llegué a pensar en las tantas mariposas que me harías sentir. Realmente cada que estoy cerca tuyo, mi corazón late y da brincos rápidamente, y me molesta pero gusta a la vez. Por eso, quisiera pedirte una de las cosas más.. más importantes en mi vida....

— ¿Quieres ser mi novia? – repitieron Fred y ella al mismo tiempo. Hermione leyendo y él con arrodillado ante ella.

Granger soltó la carta y con lágrimas en los ojos y la sonrisa que tanto le gusta a Fred, asintió.

— Lo deseo tanto... Fred – dijo ella y lo abrazó por el cuello – he deseado tanto el por fin, ser tú novia...ser una sola contigo, Freddy...