، 🦋 : No vendrá.

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Recorría los pasillos del supermercado, especialmente ese pasillo lleno de colores por la infinidad de cajas con mezcla para pasteles, decoraciones de todo tipo y moldes.

Jimin tuvo que salir de compras, pues su hija y Jongsuk quisieron hacer un pastel en casa, un pastel el cual Jarin se encargó de embaucar a su papá como su maestro para la receta. Y Jimin no podía negarse a su hija, su gran amor.

Llevaba una canastilla en su mano derecha. Tomaba todo lo necesario para su pastel red velvet especial; vainilla, cocoa, colorante, harina, etc.

Miraba el granillo de colores metálicos, eran una buena opción para que los jóvenes lo decoraran a su gusto. A Jimin le gustaba tratarlos como niños pequeños para ello.

Tarareaba una canción que no salía de su mente, y la llevaba en loop al menos por dos días. Dio una última mirada a su canastilla mientras caminaba en dirección a la caja donde hubiera menos fila. Mala suerte, al parecer era el día en que a todos se les ocurrió hacer su despensa.

Estiraba su cuello, encontrando buscar la fila más pequeña. Su mirada se enfocó en un par de personas en particular, o mejor dicho, en una muy particular y una desconocida.

Parpadeó seguidas veces, entrecerró sus ojos, tratando de facilitarle la vista a la lejanía.

¿Qué hacía Jungkook con una mujer?

Ese reconocido cabello castaño, que aunque no lo dijo la vez anterior, aceptaba que le quedaba ese nuevo corte a la perfección, haciéndolo ver más joven, sin aparentar la edad que tenía. Podría decirse que incluso, soñó con él, tal cual lo vio aquella noche.

Ese no era el caso. Estaba al lado de una mujer, más o menos de la misma edad. Castaña y mechas rubias, labios de un rojo cereza. Era linda, lo admitía.

Jungkook echaba la cabeza hacia atrás, mientras reía. La castaña reía de igual forma, aunque ella cubría su boca. Jimin rodó los ojos.

¿Qué le causaba tanta risa a los dos? ¿Por qué estaban juntos y solos en el supermercado?

Intentó desviar su mirada a otro lado, incluso optó por formarse en la fila más larga, con tal de no estar cerca de escena que no le era muy cómoda de ver, pues, la fila más corta estaba a un lado de Jungkook.

Negaba con la cabeza gacha. El único lugar donde sus ojos se posaban, eran al frente, y también a su canasta, porque de pronto, esos dos puntos se volvieron los más interesantes para él.

No podía describir lo que sentía. No le gustaba verlo de frente con alguien más de ese modo. Ya le tocó presenciarlo antes, y fue su punto de quiebre.

Trataba de relajarse, de controlar sus pensamientos, porque ni siquiera él sabía que era lo que rondaba ahí mismo. Tantos pensamientos, tantos sentimientos y tantas emociones.

¿Dolor? Tal vez uno de ellos.

Su estómago dio un vuelco, podía sentir aquella extraña sensación de un vacío en la boca del estómago. Repasaba la uña de su dedo anular en el borde de su dedo pulgar de su mano libre, haciéndose una herida. Pero eso era la única forma en la que descargaba un poco lo de su interior.

No le gustaba verlo con ella. No le gustaba que riera con ella. Y no comprendía porqué.

Mordió el interior de su mejilla y echó su cabeza hacia atrás, mirando el techo. Repiqueteaba la punta de su pie derecho contra el piso.

Aceptaba que Jungkook tuviera su vida aparte. Que la hiciera y deshiciera todo lo que quería, eso estaba muy presente en Jimin desde que terminaron, sin embargo, lo que no tenía presente, era que años más tarde tendría que presenciarlo de frente. No sabía que volvería a verlo y eso fue lo que descolocó lo que tanto tiempo le costó enfrentar.

not you again, please › kookminNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ