، 🦋 : Mastermind.

643 122 4
                                    

Si su hija no quería aceptar sus llamadas y tampoco ir a verlo, haría lo que le dio Jongsuk como última opción.

Irle contando la historia de Jungkook y él, poco a poco, por medio de mensajes.

Jarin leyó el mensaje. Sonriendo de poco en poco mientras más recordaba todo lo que Jimin le contó de su amor del pasado. Siempre fueron anécdotas divertidas y lindas. Ella ansiaba por encontrar a alguien que amara como su papá amó alguna vez a esa persona de quién se trataban sus historias.

Jimin preparaba un poco de té en la cocina, listo para ponerse a trabajar en más de sus diseños para las portadas de los libros que le enviaban.

Caminó a la sala de estar, dejando la taza en la mesa de centro. Tomó asiento en el sofá, cruzando sus piernas, cubriéndolas con una cobija, poniendo su laptop sobre sus piernas. Se puso sus lentes que estaban en el resposabrazos, y comenzó a poner en marcha su trabajo.

Sus dedos se movían por el teclado, sobre sus notas, plasmando ideas. Éstos después viajaban al trackpad, moviendo imágenes y colores. Tratando de ocupar su mente al tener que pasar esa noche solo, porque Jungkook tuvo que ir a su oficina, avisando que tal vez llegaría tarde.

No tenía nada más para distraerse que en el trabajo.

Estiró su mano a la mesa, tomando la taza caliente entre sus manos. Sintiendo la calidez en sus palmas. Sopló sobre el contenido, enfríandolo para evitar quemar su lengua. Bebió un largo sorbo, disfrutando el dulce sabor de durazno en sus papilas gustativas.

Su celular vibró sobre el sofá. Haciéndolo tomar entre sus manos, después de darle una vista rápida al reloj que tenía sobre la pared, al frente suyo.

01:28 a.m.

Tal vez un mensaje de Jungkook avisando que iba en camino a su casa, sin embargo, no fue así, pues salió del sofá con un chillido saliendo de su garganta.

Un mensaje de Jarin que le alegró la noche. Al menos había leído todo, y sirvió su primer intentó del plan que tuvo en marcha con Jongsuk.

Justo en ese momento, Jungkook entró a la casa, con ayuda de las llaves que ya tenía. Jimin igual contaba con la copia de las que pertenecían a la casa de Jeon. Una relación que cada vez se volvía más formal a pesar de las pequeñas adversidades.

Jimin corrió hasta él, con el celular en mano. Saltando a sus brazos y hundiendo su rostro en el hueco entre su cuello y hombro. Besó cortamente sus labios, sonriendo después. Dejando a un Jungkook sin palabras, pero con una sonrisa de oreja a oreja.

—De saber que me recibirías así cada que tarde en el trabajo, creo que empezaré a hacerlo más a menudo.

Jimin formó un puchero, negando y golpeando su brazo.

—No, no hagas eso. Te extrañé mucho hoy —mostró su labio inferior—. Pero no es tanto por eso, en parte sí porque no tenía a quien darle cariño, pero no es todo. Mira —puso el celular frente su cara, con el mensaje en la pantalla—. ¡Jarin me contestó un mensaje! Mi bebé quiere saber más de nosotros, amor.

Jungkook sonrió. Leyó el mensaje con cuidado y besó la frente de Jimin. Era lo que ambos esperaban ansiosos.

—Está funcionando la táctica de Jongsuk —alzó ambas cejas—. No me sorprende. Salió igual de inteligente como yo —le guiñó un ojo, haciendo que Jimin negara con diversión.

—Quisieras, amor —mordió sus labios luego de lanzar ese comentario.

Jungkook entreabrió su boca. Jimin se encogió de hombros, caminando a la cocina para servirle un vaso de agua a Jeon. Aunque el castaño no tenía mucho interés en la bebida, sino, en esa cintura que sus manos ansiaban tener entre ellas.

Rodeó la isla, llegando detrás de Jimin, pegando su pecho a su espalda. El menor ladeó su cabeza, Jungkook pasó su mano con su hombro, o mejor dicho, sus fríos dedos, escabulléndose dentro de la tela azul de seda, que pertenecía a su pijama. Su mano libre estaba puesta en su cintura, enterrando sus dedos, tomando posesión de esa parte de su cuerpo.

El pulso de Jimin se aceleró. Su pecho subía y bajaba con velocidad desde que la respiración de Jungkook estaba sobre su nuca.

—Soy muy inteligente, rulitos —susurró y besó su cuello—. Tan inteligente como para saber recuperarte, y ahora tenerte así conmigo.

—¿Tenerme así? —giró sobre su eje, a pesar del agarre de Jungkook sobre su cintura, quedando frente a frente. Jimin apoyó sus manos detrás, sobre la isla. El mayor volvió su mano a la misma posición donde la tenía, antes de que se diera la vuelta.

Jungkook asintió, lamiendo sus propios labios.

—Puede que haya planeado venir tarde para que me extrañaras, y yo a ti —tomó su nuca entre sus manos, acercándolo a sus labios para besarlo con esos movimientos lentos y profundos de su lengua, dejando el sabor lascivo en ellos. Jimin jadeó—. Y así podíamos tener algo que hacer por la madrugada para despertar tarde en la mañana. Después despertaríamos, y bajaríamos a hacer el desayuno. Tú usando una de mis camisetas.

Después de aquel comentario, sus manos fueron a la pijama de Jimin, deshaciéndose de los botones. Exponiendo de poco en poco su pecho y abdomen, al punto de quitar por completo la camiseta, arrojándola a la sala de estar.

—Mi novio tiene una mente maestra —sonrió antes de besarlo con fervor, dejándose subir a la isla, con ayuda de las manos de Jungkook sobre sus caderas.

not you again, please › kookminWhere stories live. Discover now