، 🦋 : Noches.

1.1K 148 9
                                    

Jarin frunció su entrecejo en cuanto su padre terminó la última oración. Sin entender a lo que quería referirse, ni tener idea de lo que se podría tratar. Por su mente no pasaba nada malo, su papá a veces exageraba en las cosas, así que no se preocupó, aunque su corazón latió con fuerza, esperando que terminara de decir lo que comenzó a salir de sus labios.

—No creo que sea tan malo, ¿o sí?

Jimin torció sus labios como respuesta. Despegó su espalda del sofá. Sentándose lo más derecho en este, mientras su hija se acomodaba a su lado.

Jimin sentía sus nervios a flor de piel. Estaba a punto de contarle la verdad a su hija, y decirle todo lo que había pasado con Jungkook, desde sus inicios en universidad, hasta donde se encontraban en el momento. Sus sentimientos puros hacia él, y su devoción entre ellos. El amor que flotaba cada que uno aparecía en el radar del otro.

Era lo más hermoso que sentía en mucho tiempo, lo más real. Y tenía miedo de decirlo, pero a la vez, se moría por no hacerlo.

No es como que Jungkook se mereciera estar oculto con lo que le ha demostrado. Sus detalles día a día. Jungkook merecía que Jimin gritara a los cuatro vientos lo que le hacía sentir.

Sí, estaba un poco cansado de no poder decir que Jungkook lo tenía nuevamente enamorado, incluso más que antes.

—Tengo algo que decirte sobre Jungkook —tragó con fuerza.

—¿Ya no será el señor Jeon? —enarcó una ceja, burlona.

Jimin rodó los ojos con un poco de diversión en el gesto. Su hija jamás podía comportarse en momentos serios.

—No, porque ya sabes que lo conozco desde antes. ¿Me vas a dejar hablar o me seguirás interrumpiendo? —reclamó en forma de berrinche, con un ligero tono chillón en su voz quejumbrosa.

Jarin sonrió y alzó sus manos, agitándolas de un lado a otro, negando con la cabeza.

—No, no, no. Sigue, papá. Te escucho.

Jimin asintió, juntando sus propias manos sobre su regazo. Nervioso. Podía sentir el inminente temblor en éstas, que podría aparecer en cualquier momento.

—Cuando fuimos a Ibiza y nos obligaron a compartir habitación por su error de sistema, a un inicio seguía enojado con Jungkook y quise mantenerme en la misma posición. Hice mi mayor esfuerzo para tener el menor contacto con él cuando supe que estaría casi siempre en mi casa al recoger a Jongsuk, pero...

El sonido de su celular se hizo presente, llamando la atención de ambos. Jarin estaba a nada de clickear al botón rojo, pero al ver el nombre y la hora; teniendo en cuenta lo qué pasó antes, contestó.

—Hola, cariño. ¿Qué pasa? —preguntó en cuanto tomó la llamada de Jongsuk.

La voz nerviosa de su novio se hizo presente al otro lado de la línea, haciendo que Jarin frunciera su nariz a medida que la llamada avanzaba hasta el punto que colgó y miró a su papá.

Él conocía esa mirada preocupada.

—¿Qué pasa?

—Jongsuk dice que su papá tomó lo que le recetaron para calmar el dolor de la nariz que se lastimó, pero es fuerte, y no para de preguntar por ti y por mí, y Taeyong. Que no quiere que Jongsuk me diga cosas que no, sólo para molestar. Jongsuk no sabe cómo tenerlo quieto en su casa.

Jimin se puso de pie de inmediato, asintiendo y tomando las llaves de su auto.

—Ve por algo para abrigarte, amor. Después hablaremos de esto que quería contarte.

not you again, please › kookminWhere stories live. Discover now