، 🦋 : ¿Ves lo que haces?

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La luz se colaba por un espacio entre las cortinas de la ventana de su habitación. Fue lo primero que lo hizo despertar, aunque lo que lo provocó que saltara en su lugar y separarse del pecho ajeno, fue el sonido de su celular.

Talló sus ojos con pereza, alejándose del cuerpo a un lado suyo, dando la vuelta por la cama hasta quedar boca abajo en su almohada, tomando el aparato. Al alzarlo, el nombre de su hija se veía en la pantalla. Dio una mirada a la hora; 10:30 a.m.

—Cinco minutos más rulitos —Jungkook se quejó a su lado, dándose la vuelta para quedar boca abajo, y taparse su cabeza con la almohada.

La noche anterior, Jimin llamó a Jungkook para invitarlo a su casa a ayudarlo con ideas para sus nuevas portadas que debía entregar en la semana, Jungkook no dudó en aceptar, llegando en menos de una hora a su casa. Terminaron desvelándose hasta altas horas de la madrugada, haciendo así que el sueño y la nueva modalidad en ellos, hiciera que Jimin lo invitara a pasar la noche en casa, en su cama. Jungkook se deshizo de su playera, quedándose en pantalones de pijama que Jimin le prestó. Mientras que Jimin usaba su habitual camiseta blanca y pantalones azules para dormir. Lo cual, hacía incomoda la situación al tener a Jungkook descubierto del torso, en el momento que Jarin le hacía una videollamada.

Tomó un largo y apresurado respiro, revolviendo sus rizos con desespero. Estiró su mano a su lado, dando golpes en la espalda de Jungkook, obteniendo quejidos y gruñidos roncos de su parte.

—Kook, anda, por favor. Despierta —su voz cada vez se volvía más chillona.

No supo que el apodo lo hizo salir de las almohadas, despertándolo al cien por ciento. Con una sonrisa. Extrañaba que lo llamara así.

—Que bonita forma de despertar —sonrió.

Jimin formó una línea recta con sus labios, sonriendo después.

—Ponte una camiseta y cállate.

—Era bastante bueno para ser verdad —formó un puchero—. ¿Me vas a echar de tu casa?

—¿Qué? —su ceño se frunció. Negó con la cabeza y le mostró el celular—. Jarin está llamando y no es bueno que te vea casi desnudo en mi casa por la mañana.

—Pero si no hicimos nada... aún —enarcó una ceja.

—¡Ya, idiota! —le arrojó una almohada.

Jungkook se alejó a carcajadas, hasta el baño. Jimin supo que tomaría una ducha porque se llevó consigo la toalla y la ropa que llevaba la noche anterior.

Acomodó un pocos sus rizos y el lado contrario de su cama. Trató de verse lo más neutral posible, escondiendo esa sonrisa delatadora de haber despertado al lado de Jungkook.

Jarin apareció en su campus, sentada en el césped con una sonrisa enorme. Agitaba su mano.

Hola, papá —sonrió—. ¿Cómo estás? ¿Te desperté? —formó un puchero con la última pregunta.

Jimin negó con rapidez, sonriendo de la misma forma. Se sentía doblemente feliz con su hija llamándole porque quería verlo. La echaba mucho de menos, aún más cuando no pudo ir a verlo los pasados fines de semana por todas las tareas que ha tenido.

—No me despertaste, ya lo estaba —mintió con facilidad—. Estoy bien, amor, ¿y tú?

Jarin torció sus labios, algo que llamó la atención de su papá.

Bien, aunque extraño tener tiempo libre —formó un puchero, los cuales Jimin reconocía como a punto de hacer berrinche.

—Bienvenida a la vida universitaria. Ya te acostumbrarás, el inicio siempre será difícil pero después... si te gusta y te sientes cómoda, estarás más que bien —le guiñó un ojo.

not you again, please › kookminWhere stories live. Discover now