not you again, please › kookmin

، 🦋 : This is what you want?

El sonido de los choques de sus labios podía ser escuchado por toda la cocina. Las manos de Jimin, apoyadas detrás de sí en la superficie para tener soporte de su cuerpo, Jungkook tomándolo de la cintura mientras más besaba sus labios, al punto en que sentía la necesidad de tenerlo debajo suyo, sobre esa misma isla.

Su pecho subía y bajaba con velocidad, la cual, aumentó cuando Jungkook bajó sus labios a sus hombros, dejando pequeños lametones en éstos. Arrancando sonoros jadeos de lo más profundo de su garganta.

—Quiero aprovechar cada hora contigo, entonces —Park habló sin aliento.

Su cuello estirándose hacia atrás, y su espalda a punto de erguirse por los escalofríos que comenzaban a recorrer cada parte de su cuerpo, gracias a los cálidos y húmedos labios de su novio contra su piel.

Jimin estiró una de sus manos, llevándolas al hombro de Jungkook, a ese hueco entre su cuello y el hombro. Enterrando sus dedos por detrás, casi hasta llegar a su nuca. Acercando su cara a su cuello, pidiendo más de esa increíble sensación que lo hacía estremece y sentirse vivo, al igual que deseado, pues Jungkook no paraba de crear esos sonidos de sus labios chocando en su piel. Sus graves jadeos se adueñaban de sus oídos, haciendo de este el sonido más excitante del momento.

No era un secreto que a Jimin le fascinaba escuchar los gemidos de Jungkook, sobre todo, cuando llevaban su nombre.

El castaño dejó una mano sobre la espalda del menor, aún mientras sus labios se ocupaban de su cuello. Con cuidado, fue guiando la espalda del contrario a la superficie, para poderlo recostar sobre la fría loza. Jimin seguía apoyándose de su cuello, y mientras se dejaba recostar en la cocina, atraía a Jungkook consigo, al punto de tener sus cuerpos chocando, sintiendo el roce de sus piernas.

Jeon soltó una risa ronca, algo que descolocó a Jimin por unos segundos, pero enseguida comprendió el porqué, y es que, Jungkook se abrió paso entre sus piernas. Soltando su cadera, para llevar sus manos a los muslos del rizado, los cuales, tomó con cuidado, y con una sonrisa en sus labios guió sus pies sobre sus hombros, posicionándose en medio de ellas. Enarcó una ceja, y mordió la punta de su lengua, fuera de su boca. Una imagen más que caliente para Park.

Jimin sonrió en grande, haciéndole una seña con sus propias manos para que Jungkook se acercase a él. En cuanto lo tuvo más acerca no quiso perder el tiempo, por lo que se deshizo de la camisa del mayor con rapidez, desabotonando sólo el inicio para sacarla por su cabeza, teniendo ayuda de su novio, quien alzaba las manos y reía ante la urgencia que podía notarse en Jimin.

La pieza de tela quedó en algún lugar de la cocina, al igual que los pantalones de Jimin, los cuales Jungkook se encargó de quitarlos, junto a sus bóxers.

Park seguía recostado dejándose desvestir por su novio, sin embargo, sintió un tirón de sus caderas, llevándolo al filo de la isla. Jungkook le guiñó un ojo y besó sus labios cortamente, para después deshacerse de sus propios pantalones.

—Ven —musitó Jimin en medio de un jadeo cuando Jungkook besó la parte interna de sus muslos.

Jeon enarcó una ceja como respuesta. Park mordió sus labios.

—¿Qué quieres, amor? —preguntó con ese tono ronco y profundo.

A Jimin no le tomó tiempo el enredar nuevamente sus piernas en las caderas de Jungkook, pegándolo a él. Para tenerlo en el punto que su erección rozaba en su entrepierna. Con ese mínimo contacto, mordió sus labios debido a la sensibilidad en aquella zona, mientras apoyaba sus palmas a los costados del menor.

Jimin mordió sus labios y acarició uno de los brazos de Jungkook, mientras que con su otra mano, tomó la de Jeon, guiándolo hasta su cara, o mejor dicho, sus labios. Dirigiendo los toques del dedo del castaño sobre esa suave y carnosa piel rosada, delineándolos con toques lentos. Sus esmeraldas estaban puestas sobre los ojos de Jungkook, mientras sus zafiros seguían cada movimiento que sus dedos hacían sobre los labios de su novio. Embelesándose con el momento que le daba.

Abrió su boca, sacando su lengua para ahora delinear los dedos de Jeon, llenándolos de saliva, porque lo necesitaba dentro, y aunque supiera que no era lo más factible, prefería eso a perder su momento con él mientras buscaban el lubricante en el piso de arriba.

Cuando su lengua tocó sus dedos, Jungkook abrió sus ojos de par en par, sorprendido por ello. Sin embargo, la imagen de Jimin lamiendo sus dedos y metiéndolos a su boca era excitante y hacía que su erección comenzara a palpitar más, rogando por atención.

Jimin seguía guiando sus movimientos, y cuando dejó salir los dedos del otro de su boca, lo ayudó a indicarle el camino que debían seguir. Jungkook comprendió al instante lo que su novio necesitaba de él, y verdaderamente, tampoco creía poderse contener más por estar dentro suyo y sentirlo.

Rozó en pequeños círculos cerca de su entrada, antes de meter el primer dígito, pero, en cuanto estuvo dentro, y el rizado se acostumbró, no fue mucho lo que le tomó llevar un segundo y hacer los mismos movimientos lentos, que después simulaban pequeñas embestidas, que Jimin comenzaba a disfrutar. Sus manos fueron a los hombros de Jungkook, esa fue su señal para hacerle saber que estaba listo.

—Quiero que hables si en algún punto te lastimo, amor, ¿sí?

Jimin asintió, y antes de darle una respuesta con sus propias palabras, ésta fue ahogada en medio en un gemido lleno de placer en cuanto sintió la punta de Jungkook deslizarse en su interior, llenándolo. Un movimiento con cuidado, que poco a poco fue tomando fuerza y velocidad en cada embestida.

Jeon lo tomaba de su cintura, dándole soporte a ambos cuerpos, mientras que Park no paraba de tomarlo de los hombros con fuerza, enterrando sus dedos por cada oleada de placer que recorría toda extensión de su cuerpo, haciendo que la temperatura subiera cada vez que el interior de Jimin lo amoldaba y recibía.

El choque de sus cuerpos, y sus gemidos combinados con oraciones sin completar, eran el sonido que llenó la madrugada de esa cocina.