#23- Pociones, confesiones y sueños raros

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"Otro misterioso ataque

En la calle rey Fernando II, ayer en la tarde, se registró el misterioso asesinato de la familia Edwards. La policía aún no ha descubierto cual es el hecho por el cual la familia tuvo esta repentina muerte, aunque se sospecha que fue una intoxicación de gas >>Más información en la página 19<<."

Lily terminó de leer, para luego levantar la vista para ver a su azabache amiga. Anna fijaba su vista en el marco gris de la ventana, mientras sentía como sus ojos picaban.

-¿Dónde queda esa calle? -preguntó con su voz quebrada-.

-A seis calles de aquí- respondió la pelirroja- ¿crees que hayan sido los mortifagos?

-Sí, siempre cuando usan la maldición asesina los policías muggles lo catalogan como intoxicación.

-¿Qué andarán haciendo por aquí? -preguntó Lily a la nada-.

Anna cerró sus ojos, sabía porque los mortifagos merodeaban últimamente en zonas cercanas. Había puesto en peligro a muchos muggles, entre ellos a la familia de Lily. La culpa comía su mente, no podía dejar de pensar en los ataques desde que había sucedido el primero, dando comienzo a una cadena de muertes.

-Animo, Ann, seguro que esto se va a acabar pronto- dijo, tratando de animar a su amiga-.

-Lils, sabes que no es verdad, esto seguirá hasta que alguien pueda vencer al pelón.

-Si, pero no llegaran para aquí, estamos a salvo.

-Pueden llegar aquí- murmuró, cerrando sus ojos-.

Tenía miedo.

Mucho miedo.

Miedo por ella, miedo por los muggles que estaban siendo asesinados. Miedo a la muerte. Miedo a todo aquello que lastimara a los demás.

Miedo por Lily.

Miedo por lo le que le podía llegar a pasar a su amiga y a la familia de esta.

-Anna, ¿estás bien? -preguntó la pelirroja, sacando a su amiga de sus pensamientos-.

-Nada, Lils, es solo que me abruma el saber que hay mortifagos cerca.

-An, tranquila, no legaran a aquí.

La azabache asintió, tratándose de convencer de eso.

.-.-.-.-.-.-.-.-.

Anna miró por la ventana, viendo como su aliento empañaba el cristal, afuera hacia frio, demasiado frio.

Eso solo tenía un culpable. Dementores.

-Es mi culpa.

-¿Qué cosa es tu culpa, Anna?

La azabache se dio vuelta, encontrándose con una pelirroja que la miraba con el entrecejo fruncido. Al parecer la muchacha había estado allí varios minutos sin que su amiga lo notara y logró escuchar lo que esta dijo.

-Nada, Lily, nada- sonrió falsamente. Le dolía no decírselo a su mejor amiga, pero eso no era posible... o eso creía eso-.

-No me mientas, Anna Pyxis, sé que estas ocultando algo...

-Primero, no me llames Pyxis, no me gusta-bufó-. Segundo, no oculto nada. Lo juro.

Lily miró a la azabache, con un gesto que demostraba que no creía, repentinamente sonrió, mostrando sus blancos y delicados dientes. Sacó de su espalda un vaso que contenía zumo de naranja y se lo ofreció a su amiga.

-En un principio venia por eso- aclaró la muchacha de ojos verdes-.

Anna sonrió con confianza, tomando el vaso y bebiendo el contenido de este.

Es Igual A Mi...- Sirius Blackजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें