#49- Se busca.

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10 de Enero, 1979. Penúltimo capítulo.

Sirius se acercó a Anna, acariciando su cabello, logrando que la joven abriera sus ojos.

—¿Sirius, qué pasa?— preguntó, viendo al chico con ojos adormilados—.

—Nada, nena— le sonrió— Debo ir a una misión y quería despedirme de ti antes.

La azabache se sentó en la cama, procurando no mover mucho la cama, pues su hija estaba acostada junto a ella. Se acercó, abrazándolo.

—Te amo— murmuró la chica de ojos verdes, sin soltar a su novio—.

—Yo más, Ann— se separó, dándole un pequeño beso— Prometo que volveré. Mientras tanto, cuida a Afro por mi... y recuerda ir a la casa de Remus, a ver a Belle, no me gusta que se queden solas.

—Puedo cuidarme sola— rodó los ojos—.

—Lo sé, pero prefiero que estés con alguien responsable de quedarte sola con la niña, no quiero que les pase nada— suspiró— No sé qué haría sin ustedes.

—Te volverías loco— rió, para darle un beso— Vete, Sirius, seguro James te está esperando...

El azabache asintió, abrazando a la chica por último vez, para luego darle un beso en la frente a su hija. Caminó fuera de la habitación, desapareciendo y dejando a ambas chicas en la casa, completamente solas, en plena noche de invierno.

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Anna se sentó en la silla, teniendo a su hija en sus brazos, meciendola, tratando de que durmiera. Belle se sentó frente a ella, viendo a la niña con una sonrisa.

—Es raro verte como madre...— murmuró, tomando un poco de café—.

—Para mi es raro verte tener una relación con Remus— rió— Nunca lo había visto tan bien.

—Mis encantos siempre pueden— sonrió socarronamente— y eso que tengo 16 años. Te callas, no hagas ningún comentario, soy una persona madura.

La azabache soltó una risa, negando.

—Tu, niña, tendrías que estar en Hogwarts— la castaña rodó los ojos—.

—Ya te lo expliqué, ninguno de los mortífagos mayores de 15 volvió a Hogwarts.— murmuró— Bah, los que el Señor precisó que era necesario.  Entre ellos yo y Regulus.

—Hablando a Reg...— Anna hizo una mueca— Hace mucho que no sé de él, la última vez que lo vi estaba un poco paranoico. Tengo miedo que le haya pasado algo...

—Regulus sabe cómo ingeniárselas, tranquila, ya te mandará algo— le sonrió—.

—Está bien...— suspiró— ¿Qué tal la vida con Remus?

—Bueno— sonrió tontamente— Es genial, es alguien totalmente dulce, amigable y un caballero. ¿Cómo es que soy su primera novia? Explícame.

—El es duro consigo mismo. Cree que por su pequeño problema peludo no merece amor— suspiró— Pero todo lo contrario, es un gran chico y un gran amigo.

—Oye, el lobito ya es mío. Tú ve con tu canino— le guiñó un ojo— Por cierto, dame a mi ahijada, quiero alzarla.

Belle se levantó, cargando a la niña, haciéndole caras para que riera.

—Espero que a los chicos y a Lily les vaya bien en la misión.— suspiró la azabache— Odio tener que quedarme en casa.

—Luego podrás ir, ahora tú debes encargarte de Afrodita— le dio un beso en la frente a su ahijada— Por ahora, hasta que te recuperes, luego puedes dejarmela para ir a las misiones.

—Te lo agradezco, Belle.— le sonrió—.

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Remus entró a su casa, viendo a su castaña novia cenando con Anna, les sonrió, acercándose a la mesa.

—Veo que se divierten sin mi— las chicas le sonrieron— ¿Y mi bella ahijada?

—Cenó y se durmió. Es tan tranquila.— le comentó Belle a su novio, mientras el se entraba junto a ella—.

—Lo sé, hasta dudo que sea hija de Sirius Black— rió, para luego escuchar como alguien caminaba a toda velocidad a la cocina—.

—¡Anna!— llamó Sirius, sorprendiendo a su novia y abrazándola— ¿y mi niña?

—Está arriba, durmiendo— frunció el ceño— ¿Paso algo?

—Su casa está destruida— murmuró Albus, entrando al lugar— La mayor parte son escombros, excepto su cuarto y el de la niña. Parecía un ataque reciente... pero no podemos estar seguros. Anna, Sirius, debemos hablar. Señor Lupin, Señorita Rosier, ¿pueden cuidar a Afrodita?

Ambas parejas asintieron. Para que el anciano tomara los hombros de los dos azabaches, transportandolos a una oficina que ellos conocían bien. Su oficina en Hogwarts.

—Tomen asiento— ambos lo hicieron, mirando al hombre con preocupación— Anna, Sirius, yo sé que esto es difícil para ustedes. Ambos son jóvenes y es su primera hija... pero la situación se está complicando. Ann, sabes tu historia y también sabes que Voldemort no se rendirá hasta cumplir su cometidos. Es el segundo ataque que tienen. La vez pasada fue con un mortífago y te salvaste de el porque eres muy hábil sin varita.

Anna suspiró, asintiendo, sabía a dónde iba el sermón. Tomó la mano del chico bajo la mesa, mirando tranquilamente al director.

—Esto es duro. Y nosotros, especialmente yo y todos sus amigos, no queremos que te pase algo a ti, Anna o a Afrodita. Tiene solo dos meses de vida y ya tiene alguien que la quiere muerta.— suspiró pesadamente— Creo que lo mejor es que se vayan lejos, chicos. Hagan su vida lejos. Los necesitamos aquí, pero primero está la seguridad de ambas.

—No— dijeron ambos al mismo tiempo—.

—Dumbledore, nosotros no podemos irnos. No importa lo que diga, nos quedaremos aquí.— afirmó el chico—.

—Mira, Albus, nosotros amamos a nuestra hija y haríamos cualquier cosa para protegerla, menos irnos. No podemos huir como unos malditos cobardes mientras todos luchar por el bien común.— negó con su cabeza— Simplemente no es nuestras naturaleza.

—Hay otra opción— lo meditó unos minutos—¿Están dispuestos a hacer cualquier cosas para cuidar a su hija?— ambos asintieron— Es más arriesgado, pero es la única manera de mantenerla totalmente a salvo.

—¿Cuál es?— preguntó Sirius—.

—Mandarla lejos.

Ambos chicos se vieron, ambos sabían lo que pensaba el otro. Se miraban con angustia y tristeza.

—¿A dónde exactamente?— preguntó Anna en un susurró—.

—¿Tienes alguien de confianza en Francia?— ella asintió— Ahí está tu lugar. Tenemos que esperar a los tres meses de Afrodita, así puedas transportarte. ¿Están de acuerdo?

—No quiero separarme de ella— murmuró Sirius— Es una de las cosas más importantes que tengo, es mi cachorra. Pero no veo otra manera, no quiero que le pase nada... Anna, ¿qué dices tu?

—Debemos pensar con la mente fría— suspiró— Apolline la cuidará bien... y será como una madre... Lamentablemente es lo mejor para ella. No podemos seguir arriesgando su vida por nuestra felicidad.

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Para que suba el final, tiene que haber 35 votos. Para que no sea tan rápido.

Es Igual A Mi...- Sirius BlackWhere stories live. Discover now