Es Igual A Mi...- Sirius Black

#29- Suelta la sopa, Canuto

James miraba impaciente la puerta del cuarto, esperando a su pulgoso amigo. Ninguno de los merodeadores había podido dormir tranquilamente, pues Sirius aún no había vuelto de su cita con Anna y ya era muy tarde. Demasiado tarde. El toque de queda, impuesto por Dumbledore a causa de los golpes de los mortífagos en zonas cercanas, ya había pasado y su amigo no volvía.

—Ya me estoy preocupando, Lunático— murmuró el chico, viendo por unos segundos a su rubio amigo y luego volviendo la vista a la puerta.

—Tranquilo, Cornamenta... Seguro ambos están juntos y bien...— comenzaba a dar posibilidades tranquilizadoras, cuando de pronto la puerta se abrió y dejó ver a un Sirius Black sonriente.

James levantó una ceja, mientras veía como su amigo caminaba tranquilo a su cama, sentándose en ella.

—¿Estás son horas de llegar, Black?— preguntó, llamando la atención del chico.

—Jimmy sabes que aunque salga con otras chicas tu serás el único— comentó mientras se sacaba sus zapatos.

—Uy, no, ya comenzarán los cursis— rió Remus, mientras dejaba su libro de lado.

—Nos amas, Lupin. Ahora, querido Canuto, cuentanos, ¿por qué llegaste tan sonriente?

Sirius se detuvo un momento, mirando a sus amigos con una mirada pensativa.

—No sabría cómo decírselos. Sólo tuve una cita muy buena... Aunque estuvimos todo el tiempo viendo el cielo y hablando.— sonrió abiertamente, mientras sus amigos se miraban entre ellos con una ceja levantada—.

—Alto, alto, alto, ¿Sirius Black está diciendo que le gustó una cita en la que no pudo tocar nada? ¡¿Qué universo es éste?! — James comenzó a dramatizar, diciendo que no debía haber comido ésa tarta, que estaba maldito y otra sarta de incoherencias.—

Remus reía, no podía dejar de lado que lo gracioso en el hecho que Sirius había dicho que la cita con Anna le había gustado. Miró a su amigo, que ahora estaba sonrojado.

—¡Charlus!— bufó, mientras le lanzaba uno de sus zapatos.

—¡No, tóxico!— aulló James, corriendo a la cama de Lunático, protegiéndose.

—Tranquilo, Cornamenta, vas a levantar a Colagusano...— regañó el rubio viendo como su regordete amigo dormía.

James asintió, mientras ahora iba a la cama de Sirius.

—¿De qué hablaron?— preguntó, curioso.

—De nada que te incumba, Potter.

—¿No le piensas contar a tu mejor amigo?— se tocó el pecho, fingiendo que estaba ofendido.

—Deja el drama, James— rió Remus— Pero, venga, dinos de qué hablaron.

—De nada relevante, sólo de algunas cosas de nuestras vidas...

—¡Estás mintiendo! Suelta la sopa. ¿Se besaron? ¿Estuviste a menos de 10 centímetros de ella? ¡Te golpearé si fue así!— advirtió James.

—Oye, Corna, me gusta Anna. No quiero hacerle daño. Tranquilo. Y si, nos besamos una vez. Y sí, pasé los 10 centímetros porque la abracé por unos minutos— ladeó la cabeza— Nada más.

Remus sonrió, muy pocas veces había visto a su amigo así de "normal". Se acomodó, quedando más cerca de la cama de su amigo, mirándolo con más interés que antes.

—Oye, Canuto, ¿puedo hacerte una pregunta? — cuestionó James, ahora con un semblante más serio.

—Ya la hiciste, Bambi— respondió Sirius, queriendo evitar las preguntas de su amigo por ahora.

—Aparte de esa— aclaró, el azabache asintió a poca gana, con una mueca en su cara— ¿Qué sientes por Anna?

El muchacho de ojos grises se quedó callado, mientras sus amigos lo miraba expectante. Lo pensó, lo pensó mucho. Pero no sabía qué responder. Ni siquiera el sabía que le pasa.

—No lo sé, James...

—¿Cómo que no lo sabes? Alguna idea debes tener...

—James, no sé lo que siento por ella, jamás me pasó algo así. No sé cómo describirlo, ni qué hacer.

—Ah, te entiendo, amigo— murmuró el castaño— Me siento así con Evans.

Los tres quedaron callados, viendo a la nada. Pensando un poco en lo que estaba pasando.

—Creo que estamos madurando, chicos... ¡Hasta Sirius está buscando algo serio!— comentó Remus con una sonrisa.

—Bueno, ya era momento, no creía que iba a quedar solo toda la vida— sonrió James.

—Ajá, ¿yo nomas? James parece que le está gustando a la pelirroja, a Remus le gusta una chica, ¡hasta Peter está saliendo con alguien! Hemos madurado, amigos... O eso creo.