#31- Reto cumplido.

6.3K 575 109
                                    

James sonrió ampliamente, mientras comenzaba a tomar un poco de zumo de calabaza. Miraba a sus amigos con creciente diversión. Sirius y Anna estaban sentados juntos, mientras Peter estaba frente a ellos, con una sonrisa en el rostro, pues le habían aceptado la cita.

—¿Debemos hacer eso?— preguntó Anna, haciendo un puchero.

—Claro que sí, Ann— sonrió Remus.

Sirius miró a la chica, no sabía si ella estaba enojada por lo de la noche anterior, pues no habían hablando. No sabía qué iba a hacer si ella se enojaba, porque tenía razón en hacerlo, el se había comportado como un imbécil.

—Venga, es momento— asintió Cornamenta, mientras miraba a sus amigos en espera que cumplieran el reto.

Anna rodó los ojos, mientras se levantaba tomando la mano de Sirius obligándolo a hacer lo mismo. Caminaron hacia la puerta del comedor, mientras sus amigos los miraban con curiosidad.

—Bien, estos será simple y sencillo, Black. Sólo quedate quieto y sigueme— avisó la azabache mientras se paraban en la puerta

Ella soltó un suspiro mirando de reojo a sus amigos, para luego fijar su vista en Sirius. Se acercó a él, para luego juntar sus labios y llamar la atención de los demás. El azabache saboreó los labios de la chica, estando seguro de que sería la última vez que lo haría, seguía su beso con gusto, poniendo sus manos en las caderas, acercándola más. Gracias a Merlín ningún profesor se había dado cuenta.

—¡Black, Jordan, separense!— demasiado pronto para adelantarse a sus profesores.

Ambos se separaron, mirando a McGonagall que estaba junto a ellos, observándolos con creciente indignación. La mayoría del comedor los miraba, sin poder creer lo que veían, la parte femenina estaba odiando a Anna y la masculina a Sirius. Sus amigas trataban sin éxito de no reírse.

—Black y Jordan, saben que está totalmente prohibido tener ése tipo de demostración pública. Acompañenme a mi oficina.— gruñó, mientras salía del comedor llevando a ambos tras suyo.

Caminaron un trecho, lanzándose sonrisas cómplices. Después de todo, a ninguno le importaba meterse en problemas. La profesora los hizo ingresar a su oficina, sentándose en el escritorio, haciendo un ademán para que ellos también lo hicieran.

—Chicos...— comenzó Minerva, soltando un suspiro u mirando a ambos con una mirada cansada— Saben que el comedor no es lugar para besarse. Que sean pareja está bien, yo les aposté a ustedes dos. Pero no en el comedor, frente a todos.

—Minnie, yo sé que... Espera, ¿qué? ¿cómo que apostabas a nosotros?— dijo Anna consternada.

—Bueno, siempre creí que terminarían juntos. Esas peleas demostraban algo más que enojo— levantó sus cejas, queriendo insinuar algo.

—¡Nosotros no somos pareja!— dijeron al mismo tiempo, para luego verse sonrojados.

—¿Ven? Siempre tengo razón. Bien, dos semanas de castigo. Pueden irse.— asintió la mujer mayor, mientras los otros dos salían de ahí sin querer otro castigo.

—¡Y no salimos!— gritó Anna desde afuera.

—El beso en el comedor no dice lo mismo— contestó Minerva desde adentro de la oficina.

La azabache comenzó a maldecir, mientras caminaban al Gran Comedor, pero Sirius se detuvo a mitad de camino, para ver a Anna.

—No deberíamos volver, todos nos estarán mirando y será incómodo— dijo, ladeando levemente la cabeza.

—Tienes razón— asintió la azabache— será muy molesto. No tengo ganas de pelear con nadie.

—Qué raro en ti— murmuró el chico, para luego sonreír— ¿Vamos para el Lago Negro?

—Me parece bien— asintió, mientras caminaban en silencio.

—Tan callada, Ann... ¿pasa algo?

—No, no, no pasa nada. Solo que estoy un poco dormida— le sonrió al chico.

—Anna, ¿te molestó que estuviera con otra chica, cuando estamos bien?

La chica rió, mientras llegaban a las afueras del castillo.

—No me molesta, Black. No somos nada, solo tenemos citas.— sonrió más ampliamente, al tiempo que se sentaba bajo un árbol—  Por mi sal y acuéstate con quien quieras, pero, si te lo pregunto, no me lo niegues, ni me pidas que yo no lo haga.

—A ver, déjame ver si entiendo.— se sentó junto a ella— ¿Puedo salir con quien quiera y tú también? Sin embargo, también podemos seguir.

—Exactamente.

—Te algo un cuestionamiento.— pasó su brazo por el hombro de la chica—. ¿Qué pasa si no quiero salir con nadie más que no seas tú?

—Bueno— la chica rió, apoyando su cabeza en el hombro del azabache— Para que eso pase tenemos que ser pareja o, simplemente, mantenernos en exclusividad.

—Mmm...— lo pensó unos minutos— Me gustaría exclusividad, ¿qué dices?

—¿Seguro, Sirius? Porque si traicionas la confianza que te doy, adiós toda relación conmigo. ¿Entiendes?

—Lo sé, Anna... pero me gustas lo suficiente para intentar algo más. Es más, desde que salimos no me pude divertir con otra chica. Estoy seguro de esto.

—Si tu quieres, está bien. De ahora en más exclusividad para nosotros, Black.

—Perfecto— sonrió, para darle luego un pequeño beso en los labios.

—Creo que esto va a quedar en la historia— rió Anna.

—Callate, déjame disfrutar el momento.

La chica sonrió, simplemente quedando en silencio junto a él.

Es Igual A Mi...- Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora