#48- Una nueva vida.

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4 de Noviembre, 1978. Antepenúltimo capítulo.

Anna comenzó a moverse, sintiendo un líquido en su entrepierna. Maldijo, tratándose de parar y caminar hacia su varita. Pero no pudo, se movía y comenzaba a darle contracciones más fuertes.

—La puta madre— murmuró, para después gritar— ¡Sirius Orión Black!

—Estoy haciendo la cena, nena. ¿Pasa algo?

—¡Está por nacer, joder!— gimió, mientras escuchaba que algo caía y se rompía, a los minutos apareció Sirius, con su varita en mano

— Ya viene Clarisse, aguanta, Jordan.

—Maldita sea, Black.— gimió— el bebé quiere salir. Lo recibes tú o lo recibo yo, mierda.

Cuando Sirius parecía querer responder apareció una mujer rubia, con una túnica blanca y algo que tapaba su boca y nariz. Corrió a Sirius, moviendo a Anna.

—Escucha, abre las piernas— le ordenó, mientras el muchacho abría los ojos y la azabache hacía lo pedido— Ahora, comienza a pujar para que salga. El bebé ya está preparado.

Sirius ayudó a Anna, quitándole las bragas con desesperación, igual que siempre, solo que ahora no entraría en ella, sino que alguien saldría de ahí. Vio como Clarisse le pedía que se fuera, el no quería y se negó, hasta que la mujer entendió que no podía hacer cambiar de opinión al hombre. Cerró la puerta de la habitación, para que nadie entrara, ya que afuera estaban todos sus amigos, esperando alguna noticia. Anna, por su parte se encontraba sudando, pujando, logrando que de a poco el bebé saliera. Su cabeza estaba afuera, Sirius tuvo que tomar la mano de su novia para mantenerse de pie. Ella le apretó, doblándole la mano, el azabache soltó un jadeó, Anna era muy fuerte.

—Escucha, Ann, está casi afuera... solo un poco mas— la nombrada hizo más fuerza, soltando un pequeño grito, el bebé ya estaba en manos de Clarisse.

—Vaya— rió— Es una nena, no un nene.

La bebé comenzó a llorar, logrando que el azabache abriera la boca, impresionado. Anna parpadeó, queriéndose mover para ver a la pequeña. Sintió que Sirius la soltara, vio a dónde el estaba, se había desmayado.

—Es algo común, querida— explicó la rubia— Tapate, iré a limpiarle la sangre a la niña, ya te la traigo.

La medimaga desapareció, mientras la azabache cerró las piernas, tapándose con una sábana que había a un lado. Vio como la puerta se abría, dejando ver a su amigo azabache de pelo rebelde, que se tapaba los ojos.

—¿Puedo entrar o sigues dando a luz?— la azabache rió—.

—Entra, Jimmy— el chico descubrió sus ojos, viendo a su amiga, sonrió—.

El nombrado entró, pero, para sorpresa de Anna, atrás de el entraron Remus, Lily y Belle. La quedaron observando, para sonreír.

—Felicidades, nena— se acercó Belle, abrazando a su casi hermana—.

—¿Dónde está Canuto?— preguntó Remus, frunciendo el ceño.

Anna señaló a su lado, dónde el chico seguía  desmayado, el rubio, el azabache y la castaña se largaron a reír a viva voz, mientras Lily solo sonrió.

—Anna, ¿dónde está tu cámara?— preguntó James entre risas.

—En el segundo cajón— murmuró, para luego ver cómo Cornamenta buscaba el objeto.

Sacó una cámara pequeña. Había sido el regalo de cumpleaños número 18 de Remus hacia Anna, era una cámara de fotos instantáneas muggle. Las fotos no se movían, pero lo mismo a ella le había encantado y se había convertido en una de sus pasiones. James apuntó a Sirius, aún desmayado y le sacó la foto, sonriendo.

—Ann, aquí está...— murmuró, para luego ver que todos ya estaban ahí— Veo que no pueden estar mucho tiempo tranquilos.— caminó a la azabache, mostrándole una bebé que dormía en medio de una manta que la envolvía— Es tu hija, Anna.

Todos se acercaron, viendo al pequeño bulto rosa que dormía tranquilamente, tenía un poco de cabello, era negro, como ambos padres. Clarisse se lo entregó a la madre, que lo sostuvo, sonriendo.

—Nació antes de lo planeado— sonrió la rubia— A los siete meses, pero no es prematura, está muy bien desarrollada. Ah, despierten al padre.

Lily se acercó al chico, para lanzarle un aguamemtis, logrando que reaccionara.

—Joder, soñé que estaba siendo padre— murmuró, parándose— Todos sabemos que Anna y yo nos cuidamos mucho.

James y Remus soltaron una carcajada, mientras Lily y Anna reían. Belle caminó hacia el chico, dándole un golpe en la cabeza.

—Te la follaste a mi amiga y acaba de nacer tu hija, más respeto.— bufó, viendo cómo el chico abría los ojos, viendo el bulto que cargaba su novia—.

—Oh, Merlín...— se acercó lo más que pudo— ¿Puedo cargarla?

Anna asintió, para entregársela al chico de ojos grises. El la observó un momento, viendo que su nariz era idéntica a la de su azabache. Y el cabello negro... sonrió. Dándole un beso en la frente. La niña se despertó, moviéndose un poco, para luego abrir sus ojos. Sirius quiso llorar, pero solo sonrió más ampliamente. Sus ojos eran grises, igual que los de él. La niña lo miraba con curiosidad, para luego soltarle una pequeña sonrisa.

—Creo que me volveré a desmayar.— anunció.

Remus se acercó, primero, viendo a la bebé, le hizo una seña a James para que se acercara. Ambos sonrieron.

—Es tu hija... y es bella— sonrió Remus.

—Una Black— anunció James— Maldita sea, una mezcla entre Black y Jordan. Espero que consideres aprender a lanzar cuchillos como Anna, solo para estar seguros.

—Ja— rió Belle— Ustedes no sabes cómo era mi amiga en época de serpiente, nadie la detenía. Y si esa niña tiene algo de Anna Jordan, no esperen poder hacerlo.

Es Igual A Mi...- Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora