100K

3.6K 241 19
                                    

Xiao, gente. ¡Llegamos a los 100K leídos! Gracias, gracias, gracias. No saben lo feliz que me hacen ❤.

Gracias por dejar que meta en sus vidas a Anna Jordan, los mereodadores y Lily Evans.

Gracias por leer a pesar de que subía demasiado tarde a veces.

Gracias por todo, cada leída para mí significó un montón, más de lo que imaginan.

No sé qué otra cosa decirles, solo gracias por esto.

Y, como regalo, les traje un pequeño capítulo, espero les guste.

Extra #1- Solos otra vez.

Anna apoyó su cabeza en la almohada, hace días que no podía dormir, ni aunque fuera un pequeño sueño había tenido. Suspiró, estaba frustrada desde que habían tenido que llevar a Afrodita lejos.

Ella nunca había querido tener un hijo, le parecía una responsabilidad innecesaria. Sin embargo, desde que había nacido su hija con Sirius, su idea había cambiado, cada vez que miraba a la niña sentía una pequeña alegría. Era tan feliz. Pero la felicidad se había acabado.

—Ann, venga, debes comer— Sirius interrumpió sus pensamientos, la mujer se dio vuelta, viendo al hombre que la había hecho inmensamente feliz, le dio una pequeña sonrisa—.

—No tengo apetito, Canuto— el negó, acostándose junto a ella y abrazándola—.

—Yo sé que es difícil, para mí también lo es— suspiró, mientras la azabache apoyó su cabeza en el pecho del chico, dejando que el la abrazara fuertemente—, pero debemos seguir adelante, no es tiempo para rendirnos. No nos rendimos, nena. Somos Gryffindor.

Ella rió levemente, asintiendo, sin poder decir nada.

—¿Sigues segura de que no quieres ir con ella?— preguntó, acariciando el cabello de su novia—.

—No podría dejarte— se encogió de hombros, mientras pequeñas lágrimas corrían por sus mejillas—.

—Pero mírate, Anna— negó— Estás devastada, no puedes ni siquiera levantarte a cenar, estás en un estado de depresión.

—No voy a dejarte, Sirius.— se levantó, negando— Entiendelo de una maldita vez.

El hombre vio como la chica de ojos verdes se iba del cuarto, aparentemente enojada. El suspiró, Anna estaba muy susceptible.

Sirius, sin más que hacer, se levantó, siguiendo a su novia, hasta que la encontró sentada en el piano, tocando algunas suaves melodías, a penas audibles. El sonrió, sentándose junto a ella.

—Siempre me gustó cómo tocas— le confesó, acariciando una de las blancas manos de la chica—, me da una sensación de paz.

Ella sonrió, mientras seguía tocando.

—Cuando Afrodita vuelva a ésta casa, prométeme que le enseñarás a tocar el piano— pidió, sin dejar de observar las teclas—.

—Lo prometo— asintió—.

—Mientras tanto, ¿me enseñas a mi?— preguntó, aún fascinado— Mi madre solo le enseñó a Regulus, decía que yo era muy torpe para poder seguir el ritmo.

—Tu madre tenía razón— sonrió— Pero algo podemos hacer.

La azabache tomó la mano de Sirius, acomodando sus dedos para que pudiera tocar, luego pausadamente y con paciencia le fue explicando el nombre de cada tecla, para después enseñarle algunas pequeñas y simples melodías.

—Ahora, ¿quiere cenar, profesora?— preguntó Canuto, con su sonrisa inocente de siempre.

—Ya que insistes tanto...— rió, levantándose junto a el chica y caminando hacia el comedor.

Una vez sentados y con la comida servida, nos comenzaron a devorar ésta.

—Mejoraste mucho, Black— aprobó la azabache—.

—Aprendí de la mejor— le sonrió— Por cierto, mañana es luna llena, ¿te sientes capaz de ir con Lunático o te quieres quedar a descansar?

Ella negó, tragando la comida que tenía en la boca.

—No, iré con ustedes. Necesito ir a cuidar a Remus.

—¿Segura?

—Sí, Sirius— asintió, terminando su comida.

Ambos terminaron de comer y, con un hechizo, Anna levantó todo, para después de la misma manera lavar.

—Venga— sonrió el azabache, tomando a la chica del brazo y arrastrándola a su cuarto, para luego nos acostarse— Ann, ¿te puedo hacer una pregunta?

—Dime— susurró, acomodándose entre los brazos del chico—.

—¿Cuándo te comencé a gustar?

Anna no respondió, se quedó pensando unos minutos para luego sonreír.

—Primero te mirada y decía "es guapo, pero insoportable". ¿Recuerdas ése entrenamiento que no pude hacer nada porque estaba indispuesta y James no quiso que me moviera mucho?— el chico asintió, soltando una risa— Debo admitir que me pasé todo el entrenamiento viéndote, lo admitía, eras demasiado guapo. Joder, recuerdo que me tratabas de impresionar sacandote la camiseta y ahora te confieso que funcionó un poco. Aunque peleabamos, eras buen chico y gracioso. Esa tarde me pregunté "¿por qué no?" y la idea jamás de fue de mi cabeza. Pero me gustaba pelear contigo, por eso lo hacía.

—Ahora te gusta hacer otra cosa conmigo— le sonrió pervertidamente, ganándose un golpe de la chica—.

—¿Y a ti cuándo te comencé a gustar?

—Bueno, cuando me hechizaste para que no pudiera invitar a salir a ninguna chica, fue una buena broma.— rió— También fue en la semana que McGonagall nos puso en un trabajo juntos, tratando que dejemos de pelear, te veías linda leyendo libros. Pero me gustabas, eso nomás, igual que varias chicas. Creo que cuando te fuiste con Lily de vacaciones fue cuando empecé a sentir otras cosas, ya no solo me gustabas.

Anna sonrió, dándole un pequeño beso en los labios.

—Te amo— le susurró—.

—Yo también, Jordan... Por cierto, quiero otro hijo— soltó, como si nada, logrando que la chica soltara una risa—.

—No, Sirius, con uno es suficiente.

—¡Por favor!— pidió— Quiero un hijo hombre. Dame otro hijo, Leeon.

La chica volvió a reír, negando.

—No, Black. No podemos cuidar una y quieres otro.

—Prométeme que después que ya-sabes-quien caiga, podremos tener otro bebé...

Ella sonrió, asintiendo.

—Hecho, tendremos otro hijo luego de que derrotemos al señor sin nariz— prometió— Pero con la condición de que me prometas que vuelvas a llevarte bien con Regulus.

Sirius hizo una mueca, pero asintió.

—Está bien, si tú lo deseas...— le dio un beso en la frente, logrando que la chica sonriera— Deberíamos dormir, mañana tenemos reunión con la orden...

—Tienes razón.— asintió— Venga, a dormir.

—Antes que nada... una última pregunta— Anna asintió, riendo— ¿Te gusta ser mi novia?

—Sí, me gusta mucho. Aunque antes me parecías insoportable, eres maravilloso. Te preocupas mas por mí que yo— sonrió— y me aguantas en la mayoría de mis caprichos.

—A dormir, nena— sonrió, abrazando a la chica—.

—Como diga, Canuto.

Es Igual A Mi...- Sirius BlackOù les histoires vivent. Découvrez maintenant