Es Igual A Mi...- Sirius Black

#47- El lo sabe y lo quiere.

Sirius comenzó a abrir los ojos lentamente, moviéndose en la cama, intentando dormir. Cuando no pudo, solo abrió sus ojos, viendo a Anna acostada a su par.

—Nena...— murmuró, moviéndola— Hora de levantarse.

—No, no quiero— bufó, sin abrir los ojos—.

—Venga, tienes que desayunar algo. Hoy lo hago yo. ¿Qué quieres?

La chica sonrió, abriendo los ojos y viendo a su novio.

—Un café con frutas picadas, por favor.

—Igual que siempre— sonrió, dándole un beso, para acariciar su vientre— Cada día está más grande.

—No me lo recuerdes— bufó.

—Igual te ves jodidamente bien— ella rodó los ojos, el miró abajo — No te veo feliz por tener un hijo, Anna.

Ella abrió los ojos, tomando la mano del chico.

—Sirius, entiendeme, nunca estuve preparada para esto.— murmuró— Siempre todos se encantaban conmigo por mi cuerpo. Saber que ahora estoy gorda y que a ti una muggle te parezca más atractiva... es un poco duro. Pero no lo niego, estoy feliz por saber que voy a tener un hijo contigo. Solo que no puedo evitar pensar que ya no soy la misma.

—Por favor, Anna, tu cuerpo no es lo que te hace bella. Eres muy inteligente, terca, amable y valiente. Eso te hace irresistible.— le acarició el cabello— No creo que una muggle sea más linda. Estoy enamorado de ti y eso no cambiará. Eres la misma, solo que tus ojos brillan por tener un niño adentro tuyo.

—Te amo— le sonrió, para darle un beso— Mucho. Por ciertoooo, ¿me cumples un capricho?

—Ah, chantaje— sonrió— ¿Ves que sigues siendo la misma? No sé, pero podemos negociarlo.

—¿Qué quieres, Black, a cambio de mi capricho?

—Bueno— sonrió perversamente— Hagamos los pasos para hacer otro hijo.

—¿Aceptarías cualquier capricho?

—Acepto, sin importar qué sea— prometió, tomándola de la cintura—.

—Trato hecho— rió, mientras Sirius se sacaba la remera— ¿Quieres escuchar mi capricho ahora o después?

—Mmm, luego, así no tenga tiempo de arrepentirme— le sonrió, para comenzar a besarla—.

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Anna suspiró, acostándose en el pecho del chico, mientras el acariciaba el gran vientre.

—Ahora sí tengo hambre— murmuró la chica— Pero estoy demasiado bien así para moverme.

—Estoy de acuerdo, aunque una parte del hambre se fue— se encogió de hombros, mientras Anna le daba un pequeño golpe— Vale, te haré el desayuno, tú ve a bañarte. Por cierto, ¿qué capricho debo cumplirte?

—Está bien, Black— le dio un beso, para levantarse de la cama y caminar al baño, se detuvo, viendo al chico— Iremos a cenar con Regulus.

—¡Anna! Es un mortífago, no podemos confiar en el— bufó, cruzándose de brazos—.

—Yo confío en el, si tú no quieres ir, iré sola. Está decidido— se cruzó de brazos, levantando una ceja—.

—Es difícil decirte que no cuándo estás desnuda— se lamentó— Ganas ésta vez, pero te costará caro.

Anna sonrió, entrando al baño, mientras el chico se levantaba riendo, para salir del cuarto, con rumbo a la cocina.

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