Capítulo 29 ∞ El mejor

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     *–Luna–*

Había querido besarla durante semanas. Unir mi boca con la suya para demostrar mis verdaderos sentimientos. Y aún seguía sin creerme que me hubiese devuelto el beso. No había adjetivos suficientes para describir la sensación de júbilo que me recorría el cuerpo, pué  aquello lo cambiaba todo, absolutamente todo.

    Elodie era lo más importante que me había pasado en toda mi jodida existencia. Era como un soplo de aire fresco que se introducía en tus pulmones permitiendo que estos volvieran a respirar de nuevo.

  —¿Quién anda ahí? —nos interrumpió una voz anciana que alzaba una linterna, la cual desprendía una luz que se introducía por las estanterías de madera.

  Separé mis labios de los de ella recuperando el aliento.

  —Shh —le dije rozando mi boca por su mejilla—. Tenemos que irnos.

  Ella asintió y dejó que entrelazara mis dedos con los suyos para marcharnos de la biblioteca. Anduvimos a hurtadillas esquivando al guarda de vigilancia. Y al final conseguimos llegar a la puerta principal y salir, por fin, al exterior. Ambos soltamos una carcajada victoriosa mientras corríamos por el césped empapado de humedad del campus.

   —¡Corre!

Elodie se detuvo al ver que con el vestido sus fuerzas se agotaban. Me di la vuelta y la cogí en volandas para poder cruzar el campus universitario lo antes posible.

   —Suéltame. —Rió golpeándome en los hombros.

  —Jamás.

  Me puso esa carita irrechazable que consiguió que mis brazos cedieran y la depositaran en el suelo de la acera, a nuestra izquierda pasaba algún que otro coche.

  —¿Y ahora qué? —me preguntó colgando sus manos de mi cuello.

   La cogí de la cintura como si estuviésemos bailando.

   —Pues se celebra una fiesta de disfraces en los apartamentos de la universidad...

   —Mmm... ¿Hay otra opción?

  Me hice el interesante mirando al cielo y luego volví a depositar la mirada en ella.

  —Podemos hacer lo que quieras. Cómo si te apetece que nos fuguemos a Europa.

     Soltó una dulce carcajada y se mordió el labio, tuve cierto arrebato en besarla de nuevo. Ella no tardó en proponer:

   —Hoy ha sido un día muy largo... ¿Qué te parece si me acompañas a casa? Para que no me pierda. Luego tu podrás ir a la fiesta... si quieres.

  Esta vez el que se rió fui yo. Pude ver como los focos de un coche nos alumbraban dejándonos ciegos, debía ser tarde.

  —Como desee, señorita Stuart.

                    ∞ • ∞

  Ninguno tenía sueño, que yo supiese. Ella se fue a ponerse el pijama, y mientras, yo cocinaba algo para picar. Me sentía tan lleno, tan feliz. Cualquiera habría borrado la sonrisa de estúpido que marcaba mi rostro.

   —¿Tienes hambre? —quiso saber ella entrando en el salón con su pijama puesto y el cepillo de dientes en la boca.

   ¿Qué si tenía hambre? Tenía hambre de comérmela a besos hasta que me sangraran los labios. Incluso al verla con aquellos pantalones de nubes blancas y la sudadera de Yale gris seguía viendo su deslumbrante atractivo. Elodie me atraía de mil maneras distintas. Aunque se tatuara una calavera en toda la frente me seguiría atrayendo, y estaba seguro de ello.

     —¿Tú no tienes hambre?

Negó con la cabeza mientras pasaba el cepillo por cada uno de sus dientes perfectos. Se marchó hacia el baño y, para seguirla, tuve que dejar mis tareas como cocinero.

  Mientras ella se enjuagaba la boca le retiré con una mano la melena para que esta no chocase contra el lavabo mojado. Se secó con la toalla blanca del baño y se levantó mirando al espejo. Mi cuerpo estaba muy pegado al suyo y pudimos vernos reflejados. Me hubiese encantado poder captar aquella imagen con mi cámara.

   —¿Por qué eres tan bonita? —susurré en su oído, y después besé el lóbulo de su oreja provocando que se estremeciera cerrando los ojos.

  —Jay —dijo mi nombre levemente—. ¿Qué estamos haciendo?

  —No lo sé —me sinceré—. No tengo ni idea de lo que hago, solo sé que no quiero parar y espero que tú tampoco.

   Se dio la vuelta y posó sus dedos en mis anchos hombros.

   —Voy a tener que confiar en ti. Estoy muerta de miedo, Jayden.

    —Yo también. —Le sostuve la barbilla—. Por eso me voy a comportar como un caballero contigo. Quiero demostrarte que no soy el de antes y no lo voy a volver a ser.

    Esbozó una dulce sonrisa de satisfacción que me convirtió en una hoja de papel temblorosa.

    —Me muero por ver la nueva versión de Jayden Irons.

     —Es de último modelo —bromeé—. Solo personas privilegiadas como tú van a poder disfrutar de ella.

   —¡Qué importante me siento!

  Mi labio volvió a temblar como si me estuviese mandando una señal para besarla de nuevo. Tenía que controlarme, Elodie era un premio que había que ganarse. Ella era la que decidía cuando besarme; yo, en cambio, era la víctima que seguía sus instrucciones.

   —Vamos. —La saqué del baño—. Te llevo a la cama.

    Antes de que me pusiera pegas la cogí entre mis brazos igual que a una princesa. Al llegar a su habitación la deposité sobre la colcha como si se tratara de una pluma. Puse empeño en arroparla mientras oía el sonido celestial de su risa. Y cerré la luz de la lamparita de noche dejando que la única luz que me permitiera verla fuera la del pasillo.

   —Tengo que confesarte, Irons, que no tengo nada de sueño.

   Mierda.

  Al ver la expresión abochornada de mi rostro se mofó.

   —Es broma, se me cierran los párpados —declaró hundiéndose en la almohada.

    —Gracias por esta magnífica velada —dije cortés despidiéndome con una caricia en su sien derecha.

     —Si te soy sincera..., ha sido el mejor beso que me han dado, y eso que no ha habido muchos otros.

   Aquello me hizo sonreír.

     —El mío también —confesé.Ella soltó bostezo y supe de inmediato que debía retirarme—. Buenas noches, mi sol.

    Justo antes de que cerrara la puerta, me paró diciendo:

   —Jay, no me hagas daño.

  —Prometo que no te lo haré.

  Al cerrar su puerta, me quedé pensativo un par de minutos. Quizás yo no le hiciese daño a Elodie, pero corría el riesgo de que ella sí me lo hiciera a mí.

    Hola! Solo quería deciros... Que aún quedan muchos capítulos por subir, pueden pasar miles de cosas. Y que mañana no podré subir, así que padado mañana tendréis una nueva actualización. Besos ❤

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