Epílogo

55.8K 4.3K 666
                                    

.-Sol-.

Salí del apartamento aún apuradamente y con miedo de que se me deshiciera el cabello que me había ondulado Serena. En cuanto miré la hora en mi smartphone solté un grito ahogado. Madre mía, por primera vez en la historia, Elodie Stuart llegaba tarde. Genial, cuando más te toca ser puntual, no lo eres, me dije a mí misma.

Corrí por las calles de New Haven con los tacones que me había comprado Jay para la celebración. Se suponía que era el día de Jay y no el mío. Al fin conseguí llegar al lugar de la graduación. Caminé por las muchas filas de sitios ocupados, menos mal que Hugh y Scott me había reservado un asiento a su lado.

-Decidme que aún no han dicho su nombre.

-Tranquila, solo han dicho el de Cody -me hizo saber Hugh.

Cody y Jay se graduaban a la vez, solo que Jay tenía un año menos.

-Alyson Pertkins -dijo el hombre del estrado por un mini micrófono.

Iban subiendo estudiantes a por su diploma vestidos con toga negra y birrete con tonos azules de Yale.

Los aplausos ya eran parte del aire. Yo no podía evitar morderme el labio, nerviosa, porque Jay subiera al estrado. Habían pasado dos meses desde el incidente en la biblioteca. Merilyn fue ingresada en el hospital con varios huesos rotos y un estado crítico de coma, en cuanto despertó la enviaron a un conocido psiquiátrico de Pensilvania. Todo volvió a su cauce, me sometí a la operación y, tras varios meses desesperantes, milagrosamente, tuvo el éxito que habíamos esperado. Y allí estaba, viva y más feliz que nunca por empezar una nueva vida junto a Jay. Nada más graduarse nos esperaba un avión con destino a Venecia, un regalito de Phillip que en un primer momento Jay se negó a aceptar. Las únicas intenciones de su padre eran darle un premio por terminar la carrera, nada más.

-Jayden Irons.

Escuchar su nombre hizo reaccionar. Comencé a aplaudir sin apartar los ojos del muchacho vestido de toga que sonreía cogiendo su diploma. Irremediablemente guapo desde todos los ángulos posibles. Aún seguía sin entender como podía causar tal impacto en mí que las manos me sudaban al verle.

Los silbidos de Hugh y Scott le hicieron posar la mirada en nosotros y, enseguida, en mis ojos. Sonrió una última vez y bajó del estrado. Me moría por ir corriendo a sus brazos y felicitarle de todas las formas posibles.

Cuando se dio finalizada la graduación, nos levantamos para ir a ver a Jay, el cual estaba junto a sus compañeros, costaba reconocerle, pues todos iban igual vestidos. Mientras Hugh y Scott felicitaban a Jay y Cody, yo me quedé al margen, apoyada en un árbol cercano y esperando el momento oportuno para ir a verle.

-Hola -dijo una voz a mis espaldas.

Giré el cuello para ver a Christopher.

-Hola -contesté secamente.

-Solo quería decirte que siento si alguna vez pensaste que tenía otras intenciones respecto a ti. Que quisiera molestar a mi hermano no significa que no seas una buena periodista.

Hice un amago de sonrisa. Apreciaba la sinceridad de Chris pero no por ello iba a perdonarle lo que le hizo a Jay.

-También me gustaría disculparme con mi hermano, pero dudo mucho que quiera escucharme.

Al escuchar aquello sentí una punzada de compasión.

-Todos cometemos errores, Chris, Christopher. Si quieres recuperar a Jay tendrás que demostrarle que has cambiado, eso hizo él para que yo confiase en él, y míranos ahora. -Sonreí.

-Entiendo, gracias, Elodie, nos vemos.

Y se marchó en un abrir y cerrar de ojos. Esperaba que algún día los problemas familiares de Jay se solucionaran, pero todo a su tiempo.

Llegó el momento de tirar los birretes al aire, y estos volaron arriba y abajo junto a miles de exclamaciones de triunfo. Jay se quedó mirándome, seguramente me habría visto hablar con su hermano, aunque decidí no preocuparme. Tiró su birrete sin apartar sus ojos claros de mí y con un simple movimiento con el dedo me pidió que me acercarse a su encuentro. Comencé a andar hasta que me sumergí en una marea de universitarios recién licenciados. Eran tantos los que se me ponían por delante que le perdí de vista. De poco me servía gritar su nombre, puesto que con aquel ruido lo más probable era que no me oyese. Entonces me atrapó, sus manos se hicieron con el control de mi cintura y me hizo girar sobre la punta de mis pies. Ni siquiera fui capaz de ver otra cosa que no fueran sus labios a unos meros centímetros de los míos. A la vez que volvían a lanzar sus birretes, Jay se apoderó de mi boca tan intensamente que me obligada a cerrar los ojos y dejarme llevar por la pasión del momento. Hundí mis uñas en la raíz de su oscuro y corto cabello atrayéndolo a mí. Aquel vestido veraniego que me había puesto para estar lo más guapa posible en su graduación pareció gustarle, pues lo estrujó pegándome a su cuerpo.

-Estás preciosa -declaró en una de las pausas para tomar aire.

-Felicidades -dije antes de volver a besarle.

-No lo habría conseguido sino fuera por ti.

-Mentira.

Me cayó con otro casto beso, y luego me soltó de una forma del todo inesperada.

-¿Ocurre algo?

Se agachó para recoger su birrete y, en vez de levantarse, se quedó arrodillado y con algo en la mano.

-Parece que ha caído otra cosa más del cielo -añadió mirando el anillo que deslumbraba por sol en su palma.

Me llevé las manos a los labios para retener las ganas de gritar.

Madre, mía.

-Jay...

-Shh -me mandó callar levantándose para quedar a su verdadera altura-. Antes de que digas nada, quiero que lo aceptes cuando te hayas graduado para que tengas todo el tiempo que necesites para pensar.

-Yo... -Sonreí-... no tengo nada que pensar.

Me miró con el ceño fruncido como queriendo saber a qué me refería. Me lancé a sus brazos en modo de respuesta. Me colgué de su cuello y le quité el anillo de las manos.

-¿Estaría mal si me lo quiero probar?

Sonrió mordiendo mi mejilla al mismo tiempo que recuperaba el anillo en su posesión. Cogió mi mano derecha y lo introdujo delicadamente.

-Así que... Elodie Irons -dije-. Sabes, no se suena del todo mal.

Se rió estrechándome más contra sus brazos.

-Desde luego que no me voy a aburrir teniéndote como esposa.

Y ese, ese era el verdadero Jayden Irons, señoras y señores. Aquella persona que tanto me había costado rescatar y que, al fin y al cabo, se había convertido en alguien lleno de luz.

*-Luna-*

He sido sometido a una transformación interior tan fuerte que parece mentira que haya dado resultado.

Desde que entró por mi puerta y sentí... algo, por pequeño que fuera. Una emoción nueva que se fue desarrollando a medida que la iba conociendo y entendiendo. Ella se encargaba de indagar en la herida central del problema, de descubrir que es lo que me atormentaba y me hacía infeliz. Una vez lo hubo descubierto, ya nada fue igual. Y sino hubiese sido por su ayuda, quizás habría seguido viviendo como una simple bombilla fundida.

Entre nosotros habría crecido una envidia, un amor y una luz que nos habían mantenido... eclipsados.

The end


·Pequeños agradecimientos·

Gracias a @phany10 por ser la primera en leer Eclipsados. A @Ruiix_Smile23, @LibrosRDHR y a @PaulaStilinski24 por dejar que les pasase por Whastaap "Eclipsed" el nombre verdadero de la novela, que tiene el mismo significado solo que en inglés. Gracias por aguantarme, y por darme ánimos en las veces que me he estancado escribiéndola. Y a vosotras, las lectoras de wattpad que han llegado hasta el final. Os quiero.

EclipsadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora