7. ¿Hay algo más divertido que molestar?

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—¿De verdad Dan dijo eso? ―le preguntó Nora asombrada dejando de mirar los libros de la estantería para mirarlo a él.

Asintió con solemnidad y Nora resopló antes de mirar de nuevo hacia la estantería.

—Pero eso no fue lo peor ―contó apoyando la espalda contra la estantería; Nora volvió a mirarlo y él levantó un dedo―. Volvieron a discutir sobre el yeso falso y Dan dijo que ella estuvo una vez un año entero rellenando sus sujetadores con calcetines y que eso sí que había sido un engaño.

—¿Dijo eso delante del compañero de clase de Sonia?

—No, él había huido quince minutos antes, afortunadamente―contestó entre risas―. Ahora Dan tiene la entrada totalmente prohibida a la pizzería.

—No me extraña―murmuró Nora mirando hacia los lados en busca de la escalera, una vez que la encontró fue hasta ella y la colocó al lado de la estantería―. Espera, ¿Marco y Matías de verdad no van a dejarlo entrar?

—Sí.

—¿En serio?

—No, probablemente ahora mismo está allí―contestó sacándole una sonrisa a Nora, ella subió las escaleras y comenzó a sacar libros y leer las sinopsis―. Marco y Matías siempre lo dejan entrar, al fin y al cabo es el único cuñado que van a tener.

—Se nota que Dan ha pasado unos días contigo ―se burló Nora mirándolo de reojo, él rio y se sentó en el suelo.

Cuando Nora se ponía a mirar libros podía quedarse ahí durante horas. Miró su tablet que estaba en el suelo dentro de su estuche, suerte que siempre estaba preparado. Mataría el tiempo jugando o trabajando en su videojuego.

—¿Ya se fue o esta noche va a volver a esconderse en tu casa?―indagó Nora sin mirarlo.

—Anoche regresó a su casa ―contestó mientras tomaba su tablet y la encendía, no obstante una idea malvada cruzó por su mente, así que miró a Nora―. ¿Por qué lo preguntas? ¿Es que acaso quieres pasar la noche conmigo?

—¡Matt! ―exclamó Nora con las mejillas sonrojadas.

—¿Qué?―preguntó inocentemente, Nora lo fulminó con la mirada antes de lanzarle un libro que esquivó por los pelos―. No dije nada, hay que ver lo mal pensada que eres.

—Claro, soy yo―murmuró Nora con sarcasmo―. Tú eres el que hace que todo suene pervertido.

—Entonces, ¿vas a pasar la noche conmigo o no?―preguntó de nuevo con voz sexy y guiñándole el ojo―. Prometo que no te dejaré dormir.

—¡Ag! No puedo contigo ―se quejó Nora que completamente roja dejó de mirarlo para centrarse en los libros.

—No vamos a dormir porque vamos a ver películas, ¿qué más iba a ser?―curioseó con malicia, Nora le lanzó una mirada asesina y él rio.

Nora siempre se sonrojaba. Siempre.

Era tan tímida que era adorable. Le gustaba que con el paso de los años esa timidez y ese sonrojo por cualquier cosa no desapareciese. Si lo hubiera hecho, ya no sería tan divertido hacer que todo sonase pervertido.

Se dio cuenta de que su tablet ya estaba encendida así que revisó el correo por si su profesor le había respondido, pero nada. Menudo hombre más lento.

Bueno, pues jugaría a algo para matar el tiempo mientras tanto.

—¿Y no deberías estar en una de tus citas? ―curioseó Nora sin levantar la mirada de un libro.

¿El mejor sabor de helado? Tú (TQST Libro #3)©  [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora