22. ¡No me gusta!

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(Triz)

―Sobre Pablo...—empezó Matt captando su atención y haciendo que su enfado se marchase.

¿Sobre Pablo qué?

¿Iba a decirle que le caía mal y que no quería que volviese a juntarse con él? ¡Que fuese eso, por favor! Así podría mandarlo a la puñeta y acusarlo de estar celoso. Entonces lo negaría y ella se burlaría de él durante toda la tarde. Además, de sólo pensar que podría estar celoso sentía una gran emoción.

Se detuvo y lo miró expectante, Matt se rascó la barbilla y abrió la boca para hablar pero de repente frunció el ceño a algo que había tras ella.

―¡Shit!

No. Eso no era para nada lo que esperaba.

―¿Qué? ¿Qué pasa?—preguntó dándose la vuelta para reconocer la causa de que Matt pareciera como si hubiera visto un fantasma—. ¿Ese no es el enfermero gay que te mete mano cada vez que te ve?

―Sí—murmuró él con pesar—. Y ahora sabe que Nora y yo no somos novios.

Se mordió el labio para no estallar en carcajadas.

Si, recordaba eso. José no había parado de repetirle al enfermero que Nora y Matt nunca habían sido novios ni lo serían mientras él viviese. Lanzó una mirada de reojo a Matt y lo vio con cara de sufrimiento. Bueno, se lo debía por haberla sacado de la cárcel.

―No te preocupes, yo me encargo—aseguró antes de ponerse de puntillas y juntar sus labios.

Matt tardó unos segundos en reaccionar pero en cuanto lo hizo y la acercó a él tomándola de la cadera, se olvidó del mundo, se olvidó de que era sólo un beso para espantar al enfermero y se dejó llevar.

Notó como la piel se le erizaba y apretó la camiseta de Matt con fuerza. Quería más y más... Besarlo era tan refrescante y dulce, aunque eso podría deberse a que antes de ir a sacarla de la cárcel había estado comiendo helado. Ice-cream, ice-cream.

Sonrió mentalmente y pasó una de sus manos por la nuca del rubio para atraerlo más a ella, sintió una mano subiéndole por el costado y su piel se fue erizando a medida que sentía su roce por lo que profundizó el beso aún más.

No sabe cuánto tiempo estuvieron besándose y tampoco le importó. Había sido un beso grandioso y ardiente y... ¡besar tan bien debería considerarse delito!. Miró a Matt y lo vio un poco agitado, estaba despeinado y sus ojos brillaban de forma extraña pero no la veían, él agitó la cabeza y en cuanto la miró fue consciente de lo que había hecho y quiso morirse.

¡Lo había atacado otra vez!

¡Se suponía que tenía darle un simple besito para espantar al enfermero, no besarlo como si fuera el último helado en mitad del desierto! ¿¡Qué estaba mal con ella!?

―De nada—masculló avergonzada dándole una palmadita a Matt en el hombro antes de salir corriendo sin mirar atrás.

¡Lo había hecho de nuevo!

¡No podía creer que lo hubiera besado de nuevo!

¡¿Pero qué le pasaba?!

¿A cuál de sus neuronas le había parecido una buena idea besar a Matt para espantar al enfermero gay? Bueno, en teoría era una idea grandiosa, ellos se besaban y el enfermero dejaba de perseguir a Matt. Con un pequeño roce de labios hubiera bastado, ¡pero no! ¡Ella tenía que excederse y convertir otro inocente beso en uno caliente como el infierno!

Corrió y se metió en la parada de metro más cercana, quería ir a casa y golpearse contra la pared.

¡Había vuelto a besar a Matt!

¿El mejor sabor de helado? Tú (TQST Libro #3)©  [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora