15. Estado: shock y profunda negación

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(Triz)

¿Qué había hecho?

¡Había besado a Matt! ¡A Matt! ¡Ese helado de chocolate en vez de dirigirse a su culo como siempre, había tomado rumbo directo a su cerebro! Si, tenía que ser eso. Su cerebro estaba lleno de helado de chocolate, esa era la única explicación razonable para que su beso con Matt le hubiera gustado.

¡Ay Dios! ¡Le gustó besar a Matt!

Tenía que hablar esto con alguien, pero ¿con quién? No podía contárselo a Dafne y Ann, ellas alucinarían en colores. ¡Y seguro que lo primero que le preguntaba Ann era cómo besaba Matt! Lo hacía muy bien, pero esa no era la cuestión.

Dio varias vueltas por su habitación mientras pensaba. ¡Tenía que contarle esto a alguien, si no lo hacía reventaría! ¿Pero a quién? ¿Dan? ¡Por supuesto que no! ¡No podía contarle a Dan, era el mejor amigo de Matt y muy insensible! ¿Nora? Ella le guardaría el secreto y le aconsejaría bien pero... ¿aconsejar? ¿Aconsejar de qué? No es como si quisiera volver a besarse con él ¿no?

Se mordió el labio y comenzó a caminar más deprisa por su dormitorio. Si seguía así haría un agujero en su suelo, pero no le importaba.

¡Había besado a Matt!

¡A Matt!

Tomó su móvil de encima de la mesa y pensó en llamar a Bel. Si, Bel era su amiga, ella la escucharía, la buscó en la lista de llamadas recientes pero no apretó el botón de llamar. No podía contárselo a Bel, le daría un ataque y se presentaría en su casa y hablaría durante horas y luego se lo contaría a Helena y todo el mundo sabría que ella y Matt se besaron.

¡Matt y ella se besaron! Bueno más bien ella besó a Matt, ¿¡pero en qué había estado pensando!? Se dejó caer sobre la silla y golpeó su cabeza contra el escritorio.

Justo en ese momento escuchó como alguien la llamaba a través de skype. Levantó la mirada y vio una foto de Héctor parpadear en el ordenador. ¡Héctor! ¡Podía contárselo a él! Él le aconsejaría sobre qué hacer y estaba en México, nadie se enteraría de su locura transitoria. Aceptó la llamada y un chico de piel morena, cabello castaño oscuro y ojos marrones le sonrió abiertamente.

―¿Qué tal está mi reportera favorita?—saludó Héctor moviendo la mano delante de la pantalla con efusividad.

―¡Besé a Matt!—gritó antes de volver a golpear su cabeza contra la mesa.

―¿Qué hiciste qué?—gritó Héctor tan fuerte que retumbó por toda su habitación.

―Besé a Matt—repitió en voz baja con vergüenza, levantó ligeramente su rostro de encima de la mesa y vio como Héctor abría los ojos con sorpresa.

―¿En serio? —preguntó él, ella asintió con timidez y él parpadeó confuso—. ¿De verdad que no es una broma?

―¿Tengo pinta de estar de broma?—dijo mirándolo mal pero Héctor lejos de enfadarse frunció el ceño y la miró fijamente.

―No, luces bastante alterada—contestó él con sinceridad, ella resopló y volvió a golpear su cabeza contra la mesa a ver si así el helado abandonaba su cerebro e iba al lugar correcto de su cuerpo—. ¿Exactamente qué pasó?

Buena pregunta.

Eso mismo le gustaría saber a ella. ¿Qué pasó y en qué pensaba?

La culpa de esto la tenía el helado, tenía que ser eso. El helado que Angy les había vendido estaba alterado y la había hecho perder sus facultades. No había otra explicación.

¿El mejor sabor de helado? Tú (TQST Libro #3)©  [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora