35. Cuando los planes salen bien

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(Matt)

―Puedes hacerlo.—Lo animó Ann mientras él se sentía cada vez más incómodo.

―Enséñale a ese estrés postraumático quién manda—animó Sonia, él asintió y colocó las manos sobre el volante.

―Sólo una vuelta, sé que puedes hacerlo—volvió a repetirle Ann, él asintió y no pudo evitar mirar a Triz que apretaba los puños y lo miraba con mucha preocupación.

Sintió una oleada de ternura y apretó el volante entre sus manos para aguantar las ganas de abrazarla y decirle que estaba bien. ¿Eran imaginaciones suyas o se volvía mucho más linda cuando se veía preocupada por él?

Respiró profundamente y encendió el coche para salir con cuidado del aparcamiento e incorporarse a la "carretera". Inmediatamente imágenes del accidente le vinieron a la mente, sacudió la cabeza para lanzarlas lejos pero no lo consiguió por lo que intentó pensar en otra cosa, como en lo preciosa que se había visto Triz moviendo la nariz mientras lo miraba con enfado minutos antes.

No le extrañaba que estuviese enfadada y furiosa con él, estaba haciendo un papel insuperable como chico en estado de negación. Fingía no darse cuenta de las cosas cuando realmente era muy consciente de todo lo que estaba haciendo para conquistarlo.

Y estaban ideando planes, muchos planes de conquista, todos los días lo sorprendían con algo nuevo; pero esas tres no tenían nada que hacer contra ellos. Junto con Nora y Will estaba neutralizando todos sus planes al mismo tiempo que trataba de hacerla confesar primero sus sentimientos.

Por eso mismo que ayer esperó a que ella saliese de casa para meterle mano a su coche con la excusa de que había visto salir humo del capó, como era de esperar Triz se puso hecha una furia mientras refunfuñaba que "a su coche sí pero a ella no".

Fue bastante divertido verla lanzarle miradas furiosas mientras abrazaba su coche y lo consolaba a la vez que murmuraba lo injusto que era que toquetease a su coche y no a ella.

Un empujón más y soltaría que estaba enamorada de él. Lo sabía. Nunca había sido buena guardando secretos y la conocía, ya estaba en su límite. No aguantaría mucho más.

Por otra parte, tenía que reconocerle que estaba poniendo mucho empeño en conquistarlo. Casi le daba pena hacer que todos sus planes de conquista fracasasen, aunque el de ella usando sus camisetas lo llevó por el camino de la amargura mientras duró, Triz usando sus camisetas favoritas era tan jodidamente sexy. Menos mal que Nora muy sutilmente las convenció para que abandonasen ese plan, porque estuvo a una camiseta suya más de arrastrarla por la fuerza a su dormitorio para comprobar si usaba ropa interior de superhéroes.

Detuvo el coche frente a un paso de peatones por el que pasaban Lydia y Eli y suspiró antes de frotarse el rostro.

―¿Cómo lo llevas? —preguntó Nora.

―Bien.... creo—murmuró con malestar.

―Lo estás haciendo muy bien—felicitó Nora y él sonrió agradecido.

―Necesitaré un gigantesco helado después de esto—dijo intentando sonar despreocupado aunque estaba bastante nervioso—; ¿crees que conseguiré algún helado cuyo envoltorio no ponga "sal con Triz"?

―Lo dudo—dijo Nora con una sonrisa sincera.

―Opino lo mismo—contestó volviendo a mover el coche.

―¿Y qué le estabas diciendo a Triz para que quisiera golpearte con el helado gigante de plástico?—curioseó Nora y él sonrió con maldad.

―Le decía que amo los helados.

¿El mejor sabor de helado? Tú (TQST Libro #3)©  [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora