004.

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— ¡Jimin levántate!— Gritó Jinyoung mientras salía del baño.— ¡Es el primer día, no querrás llegar tarde!

La puerta de su habitación se abrió y sonrío al verla gritando con su bata de baño puesta. Parecía su mamá. Pasó a su lado despeinándola, recibiendo sus quejas porque recién había cepillado su cabello. Jimin sólo rió y entró al baño para ducharse.

— Por Dios, Jini ¿qué es eso tan rico que huele?

Jinyoung dejó de hacer lo que hacía y miró a Jimin aparecer por el pasillo. Ya estaba listo.

— ¿Cómo me llamaste?— Preguntó divertida.

— Jini. ¿Te gusta?— Le regaló una sonrisa. Recargó su cuerpo en la mesada y la miró.— Llamarte Jinyoung es extraño ya que, no tienes cara de Jinyoung y es nombre de chico. Jini suena lindo.

— Vaya qué creativo.— Levantó las cejas y rió por lo bajo.

— ¿Eso fue sarcasmo?

— ¿Tú qué crees?

— Está bien, basta.— Rió como niño pequeño, se incorporó y prestó más atención a lo que cocinaba Jinyoung.— ¿Qué es eso?

— Mi desayuno.— Tomó un plato y lo sirvió, Jimin la miraba como un pobre cachorro abandonado.— Y como no soy mala persona, hice suficiente para ambos.

Jimin y ahora Jini, comieron su desayuno con calma e hicieron los últimos preparativos. Salieron del apartamento y como era de esperarse, todo afuera era un desastre, gente saliendo apurada de sus dormitorios, personas corriendo de regreso por cosas que seguro olvidaron. Jimin y Jinyoung llegaron al lobby y saludaron a la señora que había atendido a Jimin el primer día que estuvo aquí.

La facultad estaba en la calle de enfrente, sólo tenían que cruzar y llegaban a la puerta principal. Era una escuela muy grande, muchos edificios, demasiadas especialidades. Era un lindo y agradable lugar, cafetería grande, una al aire libre, zonas verdes y todo muy bonito. Era una universidad de en sueño y todos los estudiantes de allí luchaban por ingresar o simplemente eran hijos de papi con buenas influencias.

— Me voy por mi cuenta desde aquí.— Dijo ella después se haber caminado los primeros cincuenta metros.— Adiós.

Jimin se detuvo un segundo, procesando lo que ella había dicho, cuando captó, Jinyoung ya estaba a metros de distancia. Apresuró su paso para al alcanzarla, jalándola del brazo, pero en ese momento tuvo que retroceder antes de que le soltara un golpe.

— ¡Oye!— Jimin levantó sus manos deteniéndola.— ¡Soy yo!

— Lo siento.— Jinyoung empezó a reír al ver la cara asustada de Jimin.— Eso fue algo muy desprevenido, pudiste ser un loco.

— ¿Practicas box?— Preguntó con un tono agudo. Esa manera en la que volteó e iba a darle un golpe, era claramente un posición de boxeo. Jinyoung no tuvo que decir nada.— ¿Por qué no me lo dijiste?

— Es kick-boxing, en realidad. Y no te lo dije porque no es relevante, eso es todo.

— Estuviste a punto de desfigurar el próximo rostro que todas las chicas querrán.

— Uh sí, lo siento.— Se burló de él siendo sarcástica.— Me voy, tengo que ir por el horario.

— Estamos en la misma carrera, tenemos que ir a la misma oficina de todas maneras. Puedo acompañarte.

— Hmm, no lo creo.— Torció los labios y negó con la cabeza.— Tan pronto como entramos aquí, una docena de ojos cayeron en nosotros, bueno, en ti y estoy segura que lo notaste y eso te gusta.

— Estás en lo correcto.— Sonrío.— Justo ahora nos miran.

— Te miran. Y no quiero estar al lado del chico que roba la atención de todos. No hoy, el primer día.

Jimin desvió la mirada, sintiéndose un poco apenado. Él sabía que tendría la atención de todos. Él lo quería. Sin embargo, Jinyoung era una chica tranquila, con sus trucos bajo la manga, pero tranquila. Estar en el ojo de todos no era su meta.

— Está bien, lo respeto.— Se rascó la nuca nervioso.— Entonces supongo que nos vemos más tarde.

Ella se acercó y le dio un apretón a su hombro, regalándole una sonrisa.— Adiós, Jimin.

Jinyoung se giró sobre sus talones y fue directo a las oficinas de administración, pidió su horario y fue a la primera clase. Estaba muy, muy emocionada –aunque no pareciera–. Tuvo las primeras tres clases sin problemas, cuando la hora del almuerzo llegó, estuvo en el dilema de almorzar adentro o afuera, fue entonces cuando se topó con Jimin y ambos fueron a la cafetería.

— Sólo acepté esto porque necesito que me prestes mil won.— Confesó ella.

— No hay problema.— Sonrío divertido.— En lo que lleva del día, no nos ha tocado ninguna clase juntos. ¿Y si no tenemos ninguna?

— Creo que podrías lograrlo sin mí.

— Sí, pero quiero compartir algunas clases con mi roomie.

— Saca tu horario.

Jimin torció su brazo hacía atrás y sacó una hoja doblada del costado de su mochila, mientras Jinyoung sacó la carpeta donde tenía su horario ya pegado. Se enteraron que tenían juntos cuatro clases de las nueve que les impartían: Dibujo Artístico 1, Pintura 1, Sociedad y Cultura, Teoría del Color.

— Bueno, tenemos cuatro y dos de ellas la dan todos los días. Es genial.

— Sí, entonces supongo que...

Jimin dejó de escuchar a Jinyoung, de hecho, todo a su alrededor dejó de moverse y hacer ruido. De un momento a otro, se sintió como aquel chiquillo de secundaria que siempre estaba al fondo de la cafetería, esperando la llegada de su amada.

Kim Hyemin entraba por las puertas de la cafetería.

Y justo como hace un par de años, ella era la dueña del lugar. Lucía tan radiante, tan espectacular. Su cabello se movía conforme más pasos daba, su sonrisa tan natural iluminaba a muchos. Se había teñido el cabello, ahora era dueña de un efecto californiano y le quedaba bien. Su ropa, perfecta. Todo perfecto. Jimin tragó duro, la adrenalina podía sentirla en su cuerpo.

Que comience el juego.

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HYEMINNNNNNNNNNNNNN ahq

That's Enough ➳ Jimin {Save ME Book #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora