//extra 2//

50K 5.2K 1.2K
                                    

pre-menopausia

La música de la fiesta aturdía los oídos de Jini. Ella había estado irritada los últimos días; ni siquiera había disfrutado los arrancones de hace un par de horas, y eso que Hoseok había ganado. No estaba disfrutando la música, ni siquiera el alcohol. Y lo peor de todo, había peleado con Jimin.

Y la razón era muy estúpida, ni ella misma entendía el por qué estaba tan enojada, y eso le molestaba aún más.

Aunque minutos atrás Jimin fue un pesado, seguía siendo un enojo innecesario. Le frustraba encontrarse en esa situación, la situación donde estaba enojada con la vida y no sabía el por qué ni cómo solucionarlo.

— ¡Jinyoung!— Jimin apareció entre la multitud de la sala de estar. Miraba enojado a su novia, ella lo miraba de la misma manera.

— Que no me digas Jinyoung, Park.— Murmuró enojada cuando él se acercó a ella y la tomó del brazo.

— No empieces con eso de nuevo. Sí, estoy enojado. Ahora, vamos.

— ¿Adónde?

Pero no respondió, tiró de ella escaleras arriba y mientras buscaba una habitación vacía, interrumpieron varías que ya estaban ocupadas por parejas calientes. Si hubieran estado con otros ánimos, seguro estuvieran muriéndose de risa, pero no era el caso. Al final del pasillo, había dos puertas, dos habitaciones y una de ellas estaba vacía. Entraron y al segundo, Jini se soltó de Jimin.

— ¿Me vas a decir qué mierda te pasa?

— Nada.

— Jinyoung.— Dijo serio, pero ella no se inmutó.— Dime.

— Nada.

— ¡¿Cómo que nada?! Llevas varios días así, piensa, recuerda qué es lo que te tiene así.

— Lo haría.— Bufó.— Pero la chica finge gemidos de al lado no me deja pensar con claridad.

Jimin suspiró y puso los ojos en blanco. Aunque era verdad, la chica de la otra habitación tenía todo para ganar un Grammy por su magnífica actuación, no había duda que el chico le estaba dando un muy mal sexo. Jimin pasó sus manos repetidas veces por su cabello, despeinándolo, miró a Jinyoung ahora sentada en la cama. Un suspiro más. Se acercó a ella y se sentó enfrente, Jini lo miró.

— Amor, no llores...

Jini dejó caer su cabeza en el pecho de Jimin, él rápido la abrazó y la pegó más a su cuerpo. Sí, estaba llorando, llorando de la rabia por sentirse así.

Era tan asfixiante.

— Últimamente he sentido tanta presión, despierto enojada, veo más notorios mis problemas...— Sollozó.— Mis padres, mi hermano, el estrés de la escuela y las clases... La chica que te coqueteó ayer en el centro comercial.

— ¿Qué?— Rió por lo bajo y la miró divertido. Jini hizo un puchero y lo empujó.

— No hagas como que no te diste cuenta, su absurdo coqueteo fue muy notorio.

— Okay, lo acepto.— Asintió aún con diversión.— Pero así haya sido el mejor de los coqueteos, ¿a mí qué si tengo a la mejor de las chicas conmigo?

— Eso no te va a funcionar, Park.

— ¿Qué? No he hecho nada.— Sonrió de lado. Jini mantenía una pequeña sonrisa y negaba con la cabeza.

— En serio, no.

— Jini, mejor volvamos a lo de tu enojo.— Sugirió.— Estás bajo estrés, eso es todo.

— ¿No será que estoy entrando a la menopausia?— Lo miró aterrorizada.— ¡Jimin tienes una novia menopausica!

— Por dios, Jini.— Jimin se carcajeó y negó con la cabeza.— Apenas estás en los veintes, no pienses en eso.

— ¡No da risa!

— Ven aquí.— Dijo juguetón. La tomó de la cintura y la sentó a horcajadas en él. Empezó a apartar los mechones de Jini, pasándolos tras sus orejas y posteriormente le acariciaba las mejillas con los pulgares. Le sonreía en todo momento, acción que hacía a ella tranquilizarse. Entonces, empezó a darle pequeños besos, sus mejillas, labios, cuello.— Sabes, yo sé algo que te hará olvidarte del enojo.

— Jimin, no empieces.— Pidió ella.— No aquí, con muchos ebrios afuera que en cualquier momento pueden entrar y...— Jimin la calló con un beso.— En serio.

— Está bien, está bien.— Sonrió.— Ahora va en serio, vamos a tener una clase de meditación por Park Jimin.— Jini rió por lo bajo y negó con la cabeza. Estaba segura que Jimin no tenía idea de lo que estaba haciendo.— Ahora, cierra los ojos... Inhala, exhala, respira hondo.— Lo estuvo haciendo alrededor de un minuto, Jimin sonreía al verla así. Era verdad, no sabía qué estaba haciendo, pero sin duda había funcionado, las facciones de Jini se habían calmado, ya no estaban fruncidas.— Piensa en las cosas que te gustan... Autos, baseball, música, pintura... Yo.— Ambos rieron.— Sigue pensando, olvídate de todo lo que te atormenta.— Más tranquilidad, más paz.— Ahora...

No dijo nada más, junto sus labios con los de ella y empezó a besarla con delicadeza, suave, lento, tierno. Jini ahora jugaba con los cabellos de Jimin, sin parar el beso. Podía quedarse así por horas.

— Lo siento, al verte así, no pude aguantar mis ganas de besarte, Jini.

Ella sonrió y asintió.

— Después de todo, tu ejercicio de meditación me ha ayudado mucho.

That's Enough ➳ Jimin {Save ME Book #1}Where stories live. Discover now