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Habían pasado tres semanas desde que Jimin y Jinyoung habían vuelto de la Isla Jeju. La escuela se acercaba, tan sólo tres semanas más de vacaciones y ellos volverían a las aulas. Las cosas entre ellos habían estado... Raras.

Fueron los mismos de siempre, se molestaban, Jini lo regañaba y Jimin la hacía enojar. Salían a fiestas, convenciones y galerías de arte. Pero llegaba un punto en el que terminaban en besos o el uno arriba del otro.

Se habían tomado el tiempo para ir con sus familias, habían visitado a Hoseok y Jiwoo, incluso, conocieron el studio de Yoongi. Sus lazos eran más y más unidos, pero no sabían cuál era su relación. Amigos, amigos con derechos, compañeros de piso, no lo tenían claro. Y tampoco querían poner una etiqueta sobre ellos.

"Somos amigos que se dan besos" dijo Jimin una vez y Jinyoung le respondió con "no, somos más que eso pero no sé qué" y eso era exactamente.

Jimin comenzaba a hacerse la idea de sus sentimientos y emociones a Jinyoung y realmente se sentía feliz con  ello, no tenía por qué darle más vueltas, ella le gustaba y mucho. Pero Jini, seguía hecha un lío; lo disfrutaba, amaba esos besos y caricias de Jimin, también lo que le hacía sentir, pero, al final del día, cuando estaba acostada en su cama y se quedaba pensando por horas, había algo que le molestaba, una sensación enfadosa que no la dejaba continuar.

— Entonces, ¿quieres ir a cenar a ese bar?— Jimin se lavaba los dientes y entraba a la habitación de ella.

— Sí.

Jinyoung acomodó los últimos libros en el estante y sonrió. Algo que le gustaba de Jimin era que siempre conseguía buenos lugares a donde ir a comer, estuvieran donde estuvieran.

— Salimos en dos.

Jimin fue el primero en ducharse y arreglarse, le siguió Jini y mientras se secaba el cabello con la secadora, Jimin le estaba apagando la luz del baño para molestarla. Sin tardar más, ambos se encontraban ya en el Camaro y Jinyoung lo había convencido para prestarle el auto. Con la música muy alta, ella iba sacándole todo a la maquina por las calles de Seúl.

— ¡Jini, bájale!

— No seas nena, Jimin-ah.

— Jimin-ah.— Dijo imitando la voz de Jini, al mismo tiempo que miraba por la ventana con una sonrisa en su rostro.— Pero ya en serio, estás por rebasar los cien.

Jini no le hizo caso. Por el bulevar que andaban no había tanto tráfico y ella con demasiada fluidez se metía en los carriles, pasando de uno a otro, como si de un juego se tratara. Jimin tenía su cuerpo pegado al asiento, aunque solía estar acostumbrado, la satisfacción de Jini cambiaba todo el ambiente y sobretodo, la técnica en la que estaba conduciendo, ya que, nunca antes la había visto así.

— Ya llegamos.

Dejaron el auto en el estacionamiento del establecimiento y entraron, se quedaron en la entrada buscando una mesa con los ojos, pero al ver que había una barra, se dirigieron ahí. Charlaron, se metieron a pláticas más profundas y sobre su futuro, cuando les sirvieron su comida, comieron casi sin hablar, prefirieron degustar sus hamburguesas y bebidas.

— ¿A tu hermano le gusta mucho?

Ahora comían postre mientras veían atentos el juego de Baseball que pasaban en la pantalla colgada frente a ellos. Jimin comenzaba a entenderle de poco en poco gracias a Jinyoung, quien le explicaba cada movimiento y jugada. Le impresionaba el hecho de que de ella tenía conocimiento en muchos campos.

— De verdad que sí. Changkyun se hizo fanático.— Bebió de su limonada y continuó.— Y bueno, me lo pegó, no tanto, pero sí puedo ver un juego completo sin cansarme.

That's Enough ➳ Jimin {Save ME Book #1}Where stories live. Discover now